14 de noviembre de 2010

El Baldón: Reflexión bicentenaria

Por José Miguel Cobián
Leyendo mis correos electrónicos, me encontré con este poema que me el Tío Sergio Othon, de la autoría de Ancizar Castrillón, compositor colombiano a quién se le solicitó expresamente un poema para celebrar el bicentenario, para el proyecto Andino Histórico 1810-2010. El Título del Poema es ¨Canto a los Próceres¨, y lo comparto a continuación con la idea de que si circula por internet es de uso libre, y por ello no violo derechos de autor al compartirlo contigo estimado lector.

¿De que me están hablando?... ¿De qué bicentenario me están hablando?… Yo me pregunto, si van 200 años de sueños truncos… de que bicentenario me están hablando, si el látigo tan sólo cambió de mano. Los que nos conquistaron… nunca se fueron, si hasta en algunas plazas de nuestros pueblos les hicieron estatuas, bustos y templos, que para nada cuentan sus atropellos. La historia no ha cambiado en 200 años, en nuestra propia tierra somos extraños, se robaron el oro y nuestras riquezas, y a cambio nos dejaron solo pobrezas. Luego llegaron otros lobos hambrientos, le inventaron colores al pensamiento, le enseñaron al pueblo que había que odiarnos y … entre rojos y azules fuimos muriendo. La patria… La patria ha estado herida desde el comienzo. La fe nos la impusieron con miedos nuevos. Con credos y con cruces nos doblegaron… Los otros a la fuerza nos desplazaron. Los que nos conquistaron que no se fueron, nos siguen conquistando por otros medios, hoy ya no usan corazas petos ni yelmos, han refinado el modo de someternos. Los otros solo miran con complacencia como el pueblo se ahoga con la miseria. Esos conquistadores que hoy son modernos no olvidan la avaricia de sus ancestros, y con una consigna en su pensamiento parece que dijeran ¨vamos por el resto¨… Los otros con nuestro propio consentimiento hace 200 años que están mintiendo. Ya no importan colores ni sentimientos, se ha vuelto un arcoíris nuestro azul cielo. Ser honesto no cuenta. Para ser sincero, solo importa la forma de hacer dinero… Entre conquistadores y lobos hambrientos, los unos del pasado, otros modernos, poco a poco la patria se van llevando… por eso es que hoy pregunto con tono extraño: ¿De qué bicentenario me están hablando?

Mucho dolor y reflexión expresa don Ancizar Castrillón, pues con toda razón afirma que en toda América Latina la independencia sirvió para que algunos murieran, pero la situación de abuso y saqueo siguió igual a lo largo de los siguientes 200 años. Salvo en Perú, en todo el subcontinente latino siguen gobernando aquéllos que alguna vez vinieron a saquear y explotar. No hay gobernantes indígenas y de hecho, casi no hay indígenas, ahora la población es mestiza, sin embargo la explotación sigue igual que hace 200 años. Las desigualdades sociales y la falta de sensibilidad de los que tienen respecto de los sufrimientos de los que no tienen sigue igual también.

Buena reflexión, que también aplica a México con nuestro centenario de la revolución, que surgió por los abusos de los propietarios de los medios de producción sobre la clase trabajadora, mismos que el día de hoy siguen repitiéndose de manera continúa y cotidiana. Revolución por las tiendas de raya, que hoy se han modernizado convirtiendo a nuestro país en una tienda de raya enorme con pagos mínimos al trabajo y con cobros elevadísimos a todo lo que se vende, incluso intereses altísimos para aquéllos que algo tienen que empeñar o para los que piden prestado.

Leer las causas de la revolución y las de la independencia, es recordar que hoy seguimos igual, con muy ligeros avances. Leer y entender el origen de la revolución y de la independencia mexicana, implica entender la lucha de intereses entre las clases privilegiadas, usando al pueblo como carne de cañón. Logrando que hoy, los que subieran al poder se olvidaran de los descendientes de aquéllos que dieron su sangre por un México mejor.

Feliz 20 de noviembre, celebrado por cierto el día 15 para hacer ¨puente¨. Tan barata es la celebración y tan bajo ha caído el mercantilismo a cien años del inicio de esa gesta que se pretende celebrar de manera tan deslucida y descuidada.

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