Por: Martín Moreno
+Siete de cada diez
reprueban al Presidente
+“No tengo amigos”,
dice EPN.
¿Correrá a Videgaray?
Son preguntas con respuestas incluidas…aún por adelantado: ¿Por qué Enrique
Peña Nieto no crece en las encuestas?
¿Por qué, haga lo que
haga, diga lo que diga, la mayoría de los mexicanos no lo respalda?
¿Por qué se le tiene
desconfianza? Por razones de peso y de fondo: por su pasado. Por su origen. Por
lo que representa y a quienes representa. Por sus encubrimientos. Por su
opacidad. Por cómo llego al poder presidencial.
Peña Nieto es visto,
a tan sólo 18 meses de gobierno, con recelo. Sus niveles de aceptación están
por debajo de Salinas, Fox y Calderón. Peña no prende. Peña no entusiasma. Peña
no puede.
“El presidente de
México no tiene amigos”, le dijo Peña Nieto a Javier Moreno en entrevista con
EL PAÍS. La frase se la fusiló a Carlos Salinas de Gortari, quien en sus días
dorados dijo lo mismo. El patrón de conducta salinista se aplica hoy en Los
Pinos. ¡Cuidado! De seguir así, el sexenio terminará con la ruina económica de
millones. Como con Salinas, a quien tanto admira Peña Nieto.
Y en ello, en detonar
crisis financieras por su manejo irresponsable de las finanzas públicas, por la
politización del gasto público, por su corrupción y dispendio, los priistas son
expertos en desastres. De López Portillo a De la Madrid. De Salinas a… ¿Peña
Nieto? Ese factor –el pésimo manejo de la economía-, tiene contra la pared a
empresas y al sector productivo, y es, en buena medida, causa de la
desconfianza al gobierno peñista.
Esa nefasta reforma
fiscal que ha frenado, en gran parte, el crecimiento del país, es un lastre
cada vez más repudiado. Es el engendro hacendario de Luis Videgaray. Y el pez
por su propia boca muere. Si Peña Nieto dice que no tiene amigos, ya veremos si,
en la praxis, respeta el adagio: o remueve de Hacienda a Videgaray –su mejor
amigo, su cómplice, su confidente-, y respeta la palabra presidencial o,
simplemente, la frase dicha a EL PAÍS fue una etiqueta demagógica y vacía.
Si Peña no tiene
amigos, correrá a Luis Videgaray de Hacienda ante la innegable parálisis
económica. Si Peña le mintió a EL PAÍS, mantendrá entonces a Videgaray al
frente del desastre financiero. Vaya dilema para Peña Nieto. *****
El último día de mayo
se cumplió el primer cuarto de gobierno del priista Enrique Peña Nieto.
Consulta Mitofsky, dirigida por Roy Campos, hace una evaluación a detalle.
De manera integral,
los resultados son desalentadores para el gobierno y, por encima de ello, para
los mexicanos: -El 70% considera que economía, seguridad y política, van mal.
Siete de cada diez mexicanos rechazan los resultados obtenidos. -El 57% de los
mexicanos estima que el rumbo de México con Peña Nieto, es erróneo. -La
aprobación sobre el trabajo de Peña Nieto al frente de la Presidencia está por
debajo del 50 por ciento, el más ínfimo de los recientes sexenios. -Salinas de
Gortari tenía, en su sexto trimestre de gobierno, una aprobación del 75%; le
siguió Vicente Fox, con 63%; Calderón, con 61%; Peña Nieto está en 49%.
Sólo Zedillo, ante la
brutal crisis económica heredada por el salinismo, estuvo más bajo que Peña,
aunque tras la recuperación financiera repuntó en las encuestas. -55% opina que
Peña Nieto no tiene las riendas del país. Solamente 41 por ciento considera que
sí las tiene. -Cuando 7 de cada 10 mexicanos reprueban a Peña Nieto como
Presidente, la peor evaluada es su gestión económico-financiera.
Es la consecuencia de
la reforma fiscal fallida y la falta de estrategia en Hacienda. Más impuestos
para todos fue una medida no sólo impopular, sino veneno para el impulso de la
productividad y la competitividad.
El fracaso de
Videgaray se llevó entre las patas a su amigo Peña Nieto. ¿Permanecerá el amigo
Luis o respetará Peña la advertencia que hizo a EL PAÍS? -Sólo un tercio de los
ciudadanos considera que México va por el rumbo correcto, porcentaje similar al
de los últimos dos trimestres del gobierno peñista. (Ello indica que la
confianza hacia Peña Nieto se mantiene estancada. No avanza). - Este portal –en
un minucioso trabajo periodístico de nuestros compañeros Linaloe R. Flores,
Shaila Rosagel, Mayela Sánchez, Marco Antonio Martínez y David Martínez-,
revela una cifra decepcionante: en 18 meses de gobierno, Peña solamente ha
cumplido el… ¡4.5% de sus compromisos firmados ante Notario Público durante su
campaña presidencial! A este ritmo, Peña Nieto necesitaría… ¡32 años para
cumplir sus promesas! Es el fracaso del primer cuarto del gobierno priista con
el mexiquense en Los Pinos. Son las cifras. Son los escenarios. Son las decepciones.
***** Que aprehendieron a Elba Esther Gordillo. Que ya cayó El Chapo. Que las
reformas. Que salvando a México. Que hay menos muertos. Que vamos muy bien.
Okey. Entonces, ¿por qué la mayoría de los mexicanos no confían en su
Presidente? Por varias razones. A saber: 1) Por su formación política y origen.
Peña Nieto es fiel representante del priismo más nocivo, corrompido y
antidemocrático: el mexiquense. 2) Porque Peña es maestro del encubrimiento:
protegió el enriquecimiento insultante de su padrino político, Arturo Montiel;
solapó a los padres de la niña Paulette Gebara Farah, a pesar de que Lisette y
Mauricio confesaron ministerialmente ser los responsables de la desaparición de
su hija; soslayó la muerte de más de mil mujeres cuando fue gobernador del
Edomex. 3) Porque, hasta ahora, Peña Nieto se ha negado a revelar quién le
regaló seis de sus nueve propiedades incluidas en su declaración patrimonial.
Hoy por hoy, los mexicanos ignoran quién o quiénes enriquecieron a su
Presidente. 4) Porque, como buen priista, Peña Nieto no ganó la elección
presidencial. La compró. ¿La prueba? La Comisión Legislativa que investigó el
Caso Monex dictaminó oficialmente, el pasado 10 de marzo, que la campaña
presidencial de Peña rebasó el tope de gastos permitidos en … ¡4 mil 500
millones de pesos!
No hubo castigo para el PRI. ¡Viva la impunidad! Podrá ser
presidente de México, pero durante todo el sexenio tendrá que resignarse a su
condena histórica: Enrique Peña Nieto jamás será respetado por la mayoría de
los mexicanos. Y eso, nunca cambiará.
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