FIDEL HERRERA Y JAVIER DUARTE, LOS DOS GOBERNADORES DE VERACRUZ, NO
SOLAMENTE PUDRIERON AL PRD DE LA ENTIDAD, SINO QUE DE PASO CONTAMINARON LA LUNA
DE MIEL QUE VIVÍA PEÑA NIETO CON LA OPOSICIÓN AFÍN, PUES UNA DE LAS
PREMISAS DEL PACTO POR MÉXICO ERA QUE EL PRI Y LOS GOBERNADORES PRIÍSTAS
OBSERVARAN RESPETO A LOS PROCESOS ELECTORALES.
|
¡¡¡QUE BONITAS CARITAS...QUE BONITO ES EL PODER!!! |
6 marzo, 2013
Con el aval del PRD nacional o no, el desmembrado PRD veracruzano poco
representa como opción opositora en los próximos comicios electorales.
Para estos momentos, los propietarios de la franquicia del PAN en Veracruz —sean los Yunes o
los Pipos o el mismo Julen Rementería— deberían estar reconsiderando si les
conviene aliarse con un partido que está casi o completamente contaminado por
el fidelismo, amén de sus múltiples conflictos internos.
El co-gobierno de Duarte-Fidel, si bien destripó a uno de sus adversarios
—el PRD veracruzano—,ya provocó la ruda intervención de la Comisión Política
Nacional del PRD que en su calidad de “órgano superior” determinó que será esa
instancia la que decidirá en el proceso electoral del estado de Veracruz, por
lo que desechó cualquier resolutivo del Consejo Estatal y reconoció en Juan Vergel Pacheco, su dirigente
estatal. las facultades para encabezar los acuerdo ante el Instituto Electoral
Veracruzano (IEV).
Fue, literalmente hablando, un manotazo en la mesa y un intento, quizá
tardío, de poner orden en el remolino de pasiones que sacude al PRD estatal,
donde unos rechazaban la alianza con el PAN, otros la apoyaban y finalmente
todos terminaron repudiando ir a la próxima elección de la mano del panismo.
El conflicto del PRD veracruzano tendrá serias repercusiones en la agenda
del nuevo Maximato neoliberal. El CEN del sol azteca advierte del “marcado
intervencionismo del gobierno priista de Veracruz y la descomposición de un
reducido grupo de perredistas que facilita el divisionismo interno”.
Fidel Herrera y Javier Duarte, los dos gobernadores de Veracruz, no
solamente pudrieron al PRD de la entidad, sino que de paso contaminaron la luna
de miel que vivía Peña Nieto con
la oposición afín, pues una de las premisas del Pacto por México era que el PRI
y los gobernadores priístas observaran respeto a los procesos electorales.
Con esa y otras reglas, PAN y PRD le entraron al Pacto por México, un instrumento político
que no solo legitima a Peña Nieto sino que permite consensuar las reformas
estructurales, llevarlas al Congreso y convertirlas en el motor del gobierno
peñanietista. Lo que hoy se observa, sin embargo, es que el PRI sigue en su
cultura del fraude y en la perversión de sus enemigos políticos, por supuesto,
saboteando a la oposición. Dice que sí a la limpieza electoral, pero se dedica
a la puerqueza electoral.
La Gran Alianza por Ti se erigía como la alternativa de cambio para el
pueblo veracruzano, pues tranquilamente PAN y PRD podrían haber duplicado los
votos del PRI y cambiarle al rumbo al estado en el último tramo del gobierno de
Javier Duarte. Sin el control del Congreso, el PRI difícilmente tendría podría
retener la gubernatura.
Todo marchaba bien hasta que apareció el factor Fidel. Un sector del
perredismo, notoriamente identificado con el ex gobernador de Veracruz o
cobijado por Javier Duarte, se opuso a la alianza y la combatió con las
herramientas de que disponen los militantes del PRD para frenar las decisiones
y los acuerdos de sus órganos de dirección.
Lo que los veracruzanos han observado es de locura. El grupo inconforme
creó un nuevo consejo estatal, integrado por perredistas que no fueron electos
en ningún proceso interno, o por personajes ajenos al PRD. Ese consejo patito
desconoció los acuerdos que permitieron entablar la alianza con el PAN.
Esos consejeros desconocieron al líder estatal del PRD, Juan Vergel
Pacheco, lo destituyeron y colocaron a un títere de la fidelidad y del duartismo, Sergio Rodríguez, ex alcalde de Ciudad
Mendoza, como nuevo presidente estatal. Sergio Rodríguez había sido director
del Servicio Estatal de Empleo al inicio de este régimen, aunque luego lo
botaron por conflictivo y soberbio, pero nunca dejó de ser uno de los
esquiroles del co-gobierno Duarte-Fidel.
El conflicto llegó a grado de que la fracción fidelista del PRD registró a
Sergio Rodríguez como nuevo presidente ante el Instituto Electoral Veracruzano.
El otro consejo estatal del PRD, el que apoyaba a Juan Vergel Pacheco, de
pronto dio un viraje. De respaldar la alianza con PAN, finalmente la rechazó.
En los tribunales se dirimía si el registro de la alianza era legal, si
existía o no consejo perredista, si éste avaló la alianza con el panismo, si la
Comisión Política Nacional del PRD tenía facultades para sostener el acuerdo
con el panismo. Todo un show en el que un día se rompía la alianza y al otro la
remendaban.
Por último, el PRD nacional dijo que sí a la alianza y sostuvo a Juan
Vergel como su representante ante el IEV.
La mano de Fidel Herrera descuartizó al PRD y los perredistas, con su
habitual beligerancia y su predisposición a convertir en conflicto hasta lo más
noble y genuino, se encargaron de dar el espectáculo.
A distancia, los dueños de la franquicia del PAN, los Yunes, la corriente del Pipo Vázquez Cuevas y los
seguidores de Julen Rementería, observan cómo se desgreñan sus aliados
electorales y, por supuesto, analizan qué tan conveniente es ir juntos a la
próxima elección del 7 de julio, luego que la sociedad ve que el PRD no es la
opción y mucho menos una oposición seria a la que se le pueda dar la confianza
para que represente a los veracruzanos.
Lo que ocurre en Veracruz tampoco es de mero consumo interno. La
intromisión de Javier Duarte y Fidel Herrera en la vida interna del PRD, y el
esmero por destroncar la Gran
Alianza por Ti, tendrá fuerte impacto en el presidente Peña Nieto y
su Pacto por México.
Confrontado con el PAN y el PRD por el caso Veracruz, difícilmente logrará
los acuerdos para sacar las reformas estructurales, la hacendaria, la
energética. Gran parte del conflictose
lo deberá a Fidel Herrera, quien en su afán por sabotear a sus
adversarios y sostener el gobierno de su títere Javier Duarte, no midió las
consecuencias y, mucho menos, que terminaría agriando la luna de miel de Peña
Nieto con la oposición.
¿O será que ese fue su propósito?.
FUENTE: NOTIVER
No hay comentarios:
Publicar un comentario