17 de noviembre de 2014

NO SE ESPERABA MENOS

TEXTO IRREVERENTE

Por Andrés Timoteo
 

Que nadie se diga sorprendido con el abucheo que recibió la noche del viernes pasado el gobernante en turno, Javier Duarte de Ochoa y el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong durante la inauguración de los Juegos Centroamericanos y del Caribe (JCC) en el estadio Luis “El Pirata” de la Fuente en Boca del Río. Era lo que se anticipó y que se cumplió pese a los filtros para evitar que al evento ingresaran activistas y estudiantes. El acaparamiento del boletaje para acomodar acarreados y gobiernistas no les alcanzó.
 
Por cierto, el gobierno estatal pregona que se agotaron los boletos para todas las competencias de los JCC pero hay espacios que lucen completamente vacios como la Arena Córdoba y el estadio Beto Ávila en el puerto así como otros centros en Coatzacoalcos, Jalapa y Tuxpan, según lo han difundido los reportes periodísticos. Es decir, no hay boletos a la venta pero tampoco hay espectadores. ¿Qué significa?. Que, efectivamente, el boletaje fue adquirido de forma masiva para controlar el acceso de personas e  impedir actos de protesta o boicots aun cuando las justas se realicen sin público. Mal negocio, pues.
 
Regresando al tema inicial, la rechifla contra Duarte y Osorio tampoco es una mera anécdota sino un termómetro de la popularidad del cordobés y del copetón Enrique Peña Nieto –porque el abucheo no fue para el Secretario de Gobernación sino para el mexiquense-. Ninguno-  Duarte y Peña- son queridos por pueblo. No hay otra lectura aunque eso también era sabido desde hace tiempo. Si acaso la particularidad fue que el rechazo es tan grande que los mismos acarreados al estadio se unieron a la rechifla pese a que tenían la instrucción de aplaudir y gritar porras para tratar de acallar el abucheo.
 
LA FANTASÍA Y LA REALIDAD
 
Sobre el informe del cuarto año de gobierno de Duarte de Ochoa se puede decir que no hay nada nuevo. El 2014 fue un año perdido, más de escándalos que de avances. No hay que ser un auditor para saberlo. El mismo discurso del gobernante es revelador. Para empezar la frase con la que inició es todo de lo que se carece en Veracruz “orden, disciplina, responsabilidad y eficiencia”. Aseguró también  que su gobierno estatal “preparado para proteger a los ciudadanos, para garantizar su tranquilidad y patrimonio” pero en la realidad simplemente los ha dejado solos ante la criminalidad.
 
No hay municipio que se salve de la ola de ejecuciones, secuestros, extorsiones, amenazas y robos con violencia. Los operativos policiacos llamados “mandos únicos” y “blindajes”, son una farsa, y lo más grave que ante el clamor generalizado de los ciudadanos tanto Duarte como sus funcionarios se han reído de ellos al recomendarles que se compren un perro para que los cuiden o diciendo que en Veracruz solo se roban “frutsis” y “pingüinos”. Para  el tema de inseguridad, Duarte solo destinó dos párrafos de su discurso pronunciado en la sede del congreso local.
 
Menos de 150 palabras solo para resaltar la nueva policía llamada Fuerza Civil y que la procuraduría con Luis Ángel Bravo Contreras al frente es “ágil, transparente y con nuevos mecanismos de solución de conflictos”, cuando en Veracruz no se necesita solucionar conflictos sino aplicar la ley, perseguir y castigar a los delincuentes. En el tema económico dijo que  hay mil nuevas empresas abiertas en el estado pero no dijo todos aquellos empresarios que han huido a causa del “cobro de piso”, amenazas y secuestros.
 
Por supuesto no habló de los 300 jóvenes desaparecidos ni de las fosas clandestinas ni de la ola de asaltos –de los que ha sido víctima su propia familia política- ni de los grupos de autodefensa que han surgido ante la ineficacia de la policía municipal y estatal. Esa es la realidad.  Sobre las grandes obras, el informe se reduce a proyectos que llevan más de veinte años en proceso: la autopista México-Tuxpan, el libramiento a Coatepec y la ampliación del recinto portuario de Veracruz.  
 
Es decir, nada nuevo que haya realizado esta administración, si acaso las remodelaciones a instalaciones deportivas que se hicieron por los Juegos Centroamericanos y del Caribe, obras que llevan más pena que gloria por todos los escándalos de corrupción que encierran. En fin, no hay novedad en el citado informe, solo reportes de proyectos viejos y retórica de cifras sobre la infraestructura y actividad económica de la entidad que cada año se recicla para rellenar el texto.
 
Respecto a las protestas estudiantiles, éstas tampoco cesaron durante el día del informe duartista. Ese fue el motivo por el cual se mandó a resguardar por los policías de Fuerza Civil –para eso sirven- un perímetro de veinte cuadras a la redonda de la sede legislativa y el cordobés acudió de mañana. Por si acaso los estudiantes o maestros burlaban los filtros policiacos, también acarrearon cientos de colonos de la periferia jalapeña para usarlos de grupos de choque contra los manifestantes.
 
En el centro de Jalapa si hubo manifestaciones y hasta algunos con el rostro cubierto quemaron parcialmente la sede estatal del PRI- aunque hay versiones de que fue un ataque auto-planeado pues desde un día antes los trabajadores del partido fueron desalojados porque desde el gobierno estatal les avisaron que habría un ataque al inmueble- y también derribó el busto del intelectual orgánico, Jesús Reyes Heroles, uno de los últimos  ideólogos del tricolor.
 
Ante la vulnerabilidad en que los dejan, a los estudiantes universitarios no les queda otra salida que recurrir a sistemas de autoprotección para no caer en manos de los policías bermundianos y ese es el motivo por que ocultan sus rostros durante las manifestaciones. Tontos serían si no lo hacen. No cubrirse sería un suicidio en el Veracruz de las desapariciones por parte de las corporaciones policíacas. Empero, ocultar su rostro como medida de seguridad sirve a los aplaudidores oficiales para descalificarlos y criminalizarlos, denominándolos  como "encapuchados" y "vándalos", al tiempo que se clama para que los repriman.
 
Se antoja que hoy en día el gobierno veracruzano le ha declarado la guerra a los estudiantes, a los cuales detiene, desaloja, amenaza, persigue y desparece. A cuatro años, quedó comprobada la mentira de Duarte de Ochoa cuando se promocionaba en su campaña electoral como el “gobernador de los jóvenes”. De la famosa “sangre nueva” que tanto proporcionó la mentirosa fidelidad,  solo se tiene el baño de sangre que le está dando al pueblo, especialmente a la juventud. Ya persigue a tuiteros, ya apalea a estudiantes, ya encarcela periodistas y ya sus policías desaparecen a jóvenes. ¿Cómo quiere que no lo abucheen?. Qué se diga agradecido que todavía no estalla el pueblo y lo pasea en un burro como escarmiento.

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