¡Por nuestros camaradas proletarios! ¡Resueltos a
vencer! El insurgente ¡Con la guerra popular! ¡El EPR triunfará!
Año 22 Nº 189 octubre de
2018 Pág. 3
EDITORIAL El
insurgente
El gobierno
encabezado por Enrique Peña Nieto está por terminar y la violencia que azota al
pueblo se incrementa, ésta a diario cobra nuevas víctimas, es el terrorismo de
Estado que como política de gobierno se ceba sobre el pueblo y los ajustes de
cuentas entre los diferentes grupos de poder económico y político en el proceso
de reacomodo por el fin de sexenio.
Como toda economía
dependiente México juega un papel de coadyuvante para garantizar los intereses
del imperialismo, en esa tesitura el gobierno de carácter antipopular y
represivo asume el papel de gendarme al asegurar las fronteras de aquél, toda
la política de seguridad está en función de los intereses del imperialismo
norteamericano.
La lucha contra el
narcotráfico toma nuevos derroteros, ayer fue el argumento para justificar el
terror contra el pueblo, sin embargo, hoy en la medida que se cierra un ciclo
de acumulación originaria del capital y los capitales acumulados en ese proceso
deben entrar a la lógica de la economía capitalista el cambio de política de
nuevo es impulsada desde los centros imperialistas, a eso obedece también la
regulación y legalización de las drogas.
El narcotráfico se
confirma como un fenómeno desde y para el Estado, a la vez que se utilizaba la
lucha contra éste como cortina de humo para enmascarar la contrainsurgencia, a
la par se envenena a la juventud con claros propósitos de podrir la base
social. Enormes fortunas se acumularon a partir de la realización de las
mercancías superfluas que significa para el ser genérico.
Tiempos de crisis
capitalista, también para que los burgueses incrementen sus fortunas de la mano
del Estado, los grandes negocios que hace la oligarquía al amparo de toda la
estructura gubernamental ya se han proyectado, unos cuantos oligarcas son los
beneficiarios directos en nombre del desarrollo de la “nación”, pero a su paso
sólo queda depredación, ecocidio, despojo, violencia y enriquecimiento ilícito.
Termina un gobierno
que no puede ocultar su condición corrupta, la corrupción también es un fenómeno
inherente al capitalismo, el cual en nuestro país está exacerbado por el grado
de descomposición del régimen y la condición antipopular del gobierno. El
régimen neoliberal lleva implícito en sus entrañas la corrupción. En ese marco
de crisis, violencia de Estado, militarización y corrupción las desigualdades
son inocultables en una sociedad dividida en clases sociales.
Los migrantes sean de
nuestro país o de otros pueblos hermanos tienen una base económica y política,
son expulsados de su tierra, de su origen geográfico por hambre, es decir, por
pobreza producto de las políticas neoliberales; son desplazados forzados por la
violencia que emana del Estado; es fuerza de trabajo que se le expulsa por la
crisis económica.
Es comprensible que
tengan puesta su mirada en el “norte”, allende el río Bravo, no obstante, esa
no es la solución al problema; llegar y cruzar la frontera para pelear un lugar
en ejército industrial de reserva en el seno del imperialismo constituye una
falsa esperanza.
La solución está en
que ese ejército de desplazados se transforme en un ejército político de los
explotados y oprimidos, una fuerza que despliegue crítica política y acción
revolucionaria para combatir el capitalismo en su propia tierra. La solidaridad
con un hermano de clase es necesaria pero más importante es generar la
conciencia política para comprender que los explotados y los oprimidos debemos
organizar la lucha por el socialismo, porque éste es la única alternativa
viable ante el capitalismo que degrada y deshumaniza al ser humano.
¡Por nuestros camaradas proletarios! ¡Resueltos a vencer!
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