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diciembre, 2019 - Por Breaking
Es común que en México los menores de edad y adultos mayores recurran a empleos con pésimas condiciones laborales. Una de las actividades más injustas y comunes son los cerillos (personas que ayudan a colocar las compras en bolsas de plástico), los meseros o los despachadores de gasolina. No tienen sueldo fijo, ni una sola prestación y tampoco gozan de aguinaldo, seguro social o plan para el retiro.
Una senadora morenista ha lanzado la iniciativa para forzar a las empresas (principalmente supermercados) a que den garantías laborales a estas personas. En este país, miles de adultos mayores que no cuentan con una pensión se ven obligados a seguir trabajando en estos espacios a cambio de dádivas que desee donar el consumidor. Por lo tanto, tiendas como Aurrerá, Walmart, Chedraui, entre otras, continúan sin hacerse cargo del servicio.
La idea es que no trabajen de manera gratuita y sin ninguna garantía laboral en gasolineras, restaurantes y supermercados. Estos abusos a la necesidad económica de ciertos sectores de la sociedad le han ahorrado miles de millones de pesos al año a grandes empresas. Todo apunta a que se podría reformar la ley general del trabajo para obligar a que se les den garantías laborales.
Los cerillos, meseros y despachadores están bastante cerca de tener salario fijo, al menos del mínimo nacional (102.8 pesos al día), sin posibilidad de cubrir el monto gracias a la propina de los consumidores. Esta propuesta de la senadora María Luévano también busca generar castigos a las grandes cadenas que se niegan a incorporarlos como trabajadores, en donde se podrían incluso cerrar las tiendas.
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