#Desempleo #México
Durante el mes de
diciembre se perdieron 277 mil 820 empleos en México, por lo que la tasa
decreció 1.4%. La economía se ha visto severamente afectada por la pandemia,
pero la desestabilización no es producto de la pandemia, sino del sistema
capitalista.
La tasa de participación
laboral se disminuyó 4.9% al descender de 60.4% a 55.5% en el 2020, esto
significa que una gran mayoría de personas perdieron su empleo formal durante
la pandemia.
Mientras que en enero a
marzo del año pasado el 3.4% se encontraban en situación de desempleo, para
noviembre de 2020 la cifra subió a 5.1%. A esto hay que sumarle los más de 200
mil trabajadores que fueron despedidos.
Al respecto AMLO dijo
que esto pasa todos los años en el mes de diciembre, pues así las empresas
evitan el pago de aguinaldos y prestaciones. Lo que agrava la situación porque
el outsorcing creció durante el 2019 y la precarización laboral esta afectando
a millones de mexicanos.
Cabe mencionar que de
los trabajadores formales más del 50% de la población gana de 1 a 2 salarios
mínimos, que es un aproximado de 6 mil 700 pesos. Sin embargo, de acuerdo con
el CONEVAL este salario está en la línea de la pobreza extrema, pues solo
alcanza a cubrir los gastos de alimentación, y se queda fuera transporte,
vivienda y servicios como luz y agua.
Aunque la crisis se
agudiza y cada día afecta más familias de la clase trabajadora el actual
gobierno no ha implementado medidas que ayuden a sobrellevar la situación. Las
mujeres han sido las más afectadas, pues la tasa de desempleo es más alta en
este sector y la violencia contra ellas también incrementó durante los meses de
confinamiento.
La situación de
desempleo no sólo repercute a las familias en lo económico, sino que empeora la
situación de violencia en las familias y genera deserción escolar.
Por ello, es importante
que la clase trabajadora se organice contra la explotación laboral y por
mejores condiciones, que permitan a los trabajadores que sus derechos laborales
estén garantizados, que el Estado suspenda los pagos de luz y agua. Que la
crisis la paguen los ricos, porque a pesar de que en el centro del país el
semáforo está en color rojo, las grandes empresas industriales siguen
exponiendo a sus trabajadores a que el virus los mate. Muchos de ellos laboran
por contratos trimestrales en los cuales el derecho a la salud no está
garantizado.
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