Una mujer armada vigila las afueras de El Terrero, en el estado de Michoacán. Foto: Armando Solís/AP.
Madres embarazadas y
con bebés de brazos toman las armas y se enfrentan al CJNG y a “El Mencho”
SinEmbargo
enero 16, 2021
Desde hace tiempo, El
Terrero ha estado dominado por los grupos delictivos La Nueva Familia
Michoacana y los Viagras, mientras que el Cártel Jalisco Nueva Generación
controla la orilla sur del río Grande. Muchas de las mujeres vigilantes de esa
localidad de Michoacán han perdido hijos, hermanos o padres en la lucha.
Por ARMANDO SOLÍS
El Terreno, Michoacán,
16 de enero (AP) — En el lugar de origen del movimiento de “autodefensas” de
México, ha emergido un nuevo grupo conformado por puras mujeres, las cuales
cargan fusiles de asalto y colocan controles de carretera para ahuyentar lo que
dicen es una violenta incursión en el estado de Michoacán por parte del
violento Cártel Jalisco Nueva Generación.
Algunas de las más de
40 mujeres están embarazadas, mientras que otras llevan a sus niños pequeños a
las barricadas. La zona rural está atravesada por caminos de tierra, a través
de los cuales temen que los hombres armados del CJNG puedan ingresar en
momentos en los que la tasa de homicidios de Michoacán ha aumentado a niveles
que no se habían visto desde 2013.
Muchas de las mujeres
vigilantes en la localidad de El Terrero han perdido hijos, hermanos o padres
en la lucha. Eufresina Blanco Nava dijo que su hijo Freddy Barrios, un
recolector de 29 años, fue secuestrado supuestamente por los hombres del CJNG
en unas camionetas pickup. Desde entonces, no ha tenido noticias de él.
“Han desaparecido
muchos. Muchas muchachas también jovencitas”, dijo Blanco Nava.
Territorios de Michoacán son dominados por criminales. Foto: Cuartoscuro.
Una mujer, que pidió
que no se mencionara su nombre debido a que tiene familiares en zonas que están
controladas por el CJNG, comentó que la organización criminal secuestró y
desapareció a su hija de 14 años. Añadió que “vamos a defender a los que nos
quedan, a nuestros hijos que nos quedan, los vamos a defender con nuestras
vidas”.
Sujetos anuncian el
inicio de un nuevo Cártel en Michoacán. “No invadan nuestra tierra”, alertan
“Porque ya estamos
cansadas de que nos desaparecen así a nuestros hijos, a nuestras familias”,
señaló la mujer. “Se llevan a nuestros hijos, a nuestras hijas, a nuestros
parientes, sean esposos”.
Esa es una de las
razones por las que las mujeres decidieron tomar las armas: Cada vez hay menos
hombres en la tierra caliente de Michoacán.
“Sea nomás un hombre
que pueda usar un arma, se la lleva”, dijo la vigilante. “Lo desaparece. No
sabemos si los traen o ya los mataron”, añadió.
Además de las
barricadas y los controles en las carreteras, las vigilantes tienen un tanque
casero y una camioneta pickup con una armadura de chapa de acero. En otras
localidades aledañas, los residentes han cavado trincheras en las carreras que
conducen al vecino estado de Jalisco para mantener fuera a los criminales.
Alberto García, quien
también es vigilante, ha visto el lado medieval de la guerra: Él es oriundo de
Naranjo de Chila, un poblado justo al otro lado del río de El Terrero y el
lugar de origen del líder del CJNG, Nemesio Oseguera. García dijo que fue
expulsado del poblado por los hombres de la organización debido a que rechazó
unirse al grupo.
“A un hermano mío lo
mataron también”, dijo García. “Lo descuartizaron y a una cuñada embarazada de
ocho meses también”, agregó.
Civiles se defienden de los grupos criminales. Foto: Cuartoscuro.
Desde hace tiempo, El
Terrero ha estado dominado por los grupos delictivos La Nueva Familia
Michoacana y los Viagras, mientras que el CJNG controla la orilla sur del río
Grande. En 2019, los Viagras secuestraron y quemaron media decena de camionetas
y autobuses para bloquear el puente que pasa sobre el río para evitar que unas
caravanas del CJNG ingresaran en un ataque sorpresa.
“Zacatecas es nuestro”:
convoy del CJNG pasea por las calles con armas largas y proclamas (VIDEO)
Y ese mismo año, en la
localidad de a lado San José de Chila, los grupos rivales utilizaron una
iglesia como un reducto armado para luchar contra una ofensiva del CJNG.
Atrincherados en la torre de la iglesia y a lo largo del techo, trataron de
defender el pueblo contra la incursión, dejando la iglesia llena de agujeros de
bala.
Es esa profunda
división en la que la gente se ve obligada a elegir un bando —ya sea el del
cártel de Jalisco o La Nueva Familia Michoacana y los Viagras— la que ha
convencido a las vigilantes de El Terrero, que simplemente son soldados de a
pie, a unirse a uno de esos últimos grupos.
Las vigilantes rechazan
las afirmaciones de que sean parte de una organización delictiva, aunque
claramente consideran que el CJNG es su rival. Señalaron que estarían más que
felices si la policía y el ejército viniera e hiciera su trabajo.
El Terrero no está
lejos de la localidad de La Ruana, donde se formó el movimiento de autodefensas
real en 2013 por el productor de limones Hipólito Mora. Luego de perseguir con
éxito al cártel de los Caballeros Templarios, Mora, al igual que la mayoría de
los primeros líderes, se ha distanciado de los grupos que se denominan
autodefensas y que siguen activos, y ahora es candidato a gobernador.
¿Cuándo y cómo nació el
Cártel Jalisco, objetivo prioritario de autoridades de Estados Unidos?
“Casi te puedo asegurar
que no son autodefensas legítimas”, señaló Mora. “Es crimen organizado”, dijo y
añadió que los pocos grupos de autodefensas que existen han permitido que los
delincuentes se infiltren.
El gobernador actual de
Michoacán, Silvano Aureoles, es más tajante. “Son criminales, punto. Ahora,
para tender una manta allí para proteger sus actividades delincuenciales se
hacen llamas autodefensas, como si eso fuera un pasaporte de impunidad”, puntualizó.
Pero de alguna manera,
señaló Mora, las mismas condiciones que dieron lugar al movimiento en 2013
continúan: Las autoridades y la policía no aplican la ley y no garantizan paz a
los residentes.
Sergio García, miembro
del grupo de El Terrero, dijo que su hermano de 15 años fue secuestrado y
asesinado por el CJNG. Ahora, quiere la justicia que la policía nunca le ha
dado.
El periodista de The
Associated Press Mark Stevenson en la Ciudad de México contribuyó a este
despacho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario