La deuda recibida por
las administraciones anteriores, principalmente en las del expresidente Felipe
Calderón (PAN) y Enrique Peña Nieto (PRI), cobran de manera diaria, solamente
de interés y costo financiero, más de 1.2 mil millones de pesos, donde la menor
parte de los abonos van a capital, pues fueron contratadas para regalar
billones de pesos a la banca con el pasar de las décadas.
Lo anterior de acuerdo
con el Presupuesto de Egresos 2021, mismo que revela que para 2021 serán
destinados 723 mil 898.5 millones de pesos para el pago de la deuda pública, de
empresas estatales, y del Fobaproa.
De dicho monto sin embargo, al menos 448 mil 347 millones de pesos serán solamente para pagar intereses y costos de financiamiento, como se dio en 2020 por el aumento del precio del dólar durante gran parte del año.
Así, solamente de
intereses y otros costos por el total de deuda, diariamente se generan 1 mil 228
millones de pesos.
Desde que Andrés Manuel
López Obrador (AMLO) llegó a la presidencia del país, en términos reales, la
deuda no se ha incrementado, es decir, que se ha engrosado no más allá del
crecimiento de la inflación, si bien nominalmente ha sido de 3% de manera
anual.
En números redondos, la
deuda pública recibida por Calderón fue de 3 billones y la elevó a 6 billones,
mientras que Peña Nieto hizo lo propio al llevarla a 11 billones de pesos, es
decir, que prácticamente duplicaron la recibida sin que ello necesariamente se
haya reflejado en un bienestar para la población en general.
Carlos Fernández Vega
de La Jornada, bien lo expresó al señalar que “Año tras año la tétrica
información se repite: el pago de intereses de la voluminosa deuda pública
–externa e interna– carcome las arcas públicas y cada día que transcurre crecen
las erogaciones por tal concepto. De hecho, anualmente el gasto destinado a tal
fin resulta ser el más voluminoso del Presupuesto de Egresos de la Federación,
con todo y que en sus dos primeros años el gobierno de la 4-T no ha recurrido a
mayor endeudamiento”.
Por su parte la también
columnista de La Jornada Dora Villanueva refirió que “pagar los intereses,
comisiones y amortizaciones que integran el costo financiero de la deuda y
otros financiamientos públicos en México ha resultado más gravoso a lo largo
del año que el gasto hecho en inversión física, bajo la cual se encuentra todo
lo ejercido en infraestructura pública, exhiben los datos de la Secretaría de
Hacienda y Crédito Público. Entre enero y octubre pasados, Hacienda reportó que
al sumar los pagos derivados de la deuda pública, el rescate bancario y el
financiamiento para empresas productivas, banca de desarrollo y diversos fondos
y fideicomisos se habían erogado 611 mil 388 millones de pesos, 70 mil 663
millones más que lo destinado a obra pública”.
“Sólo entre los abonos
de interés y comisiones para una deuda pública que este año se disparó con el
encarecimiento del dólar frente al peso, se habían pagado entre enero y octubre
330 mil 293 millones de pesos por este concepto y otros 43 mil 330 millones de
pesos se abonaron al rescate bancario que hace más de dos décadas consume parte
del dinero público, y ahora lo hace en el marco de la emergencia por el Covid-19.
El resto de los recursos que se van en costo financiero derivan de las
operaciones de la banca de desarrollo, fondos y fideicomisos públicos para
actividades agropecuarias, pesqueras y mineras, el Fondo Mexicano del Petróleo
y la Comisión Federal de Electricidad”.
Fernández Vega continuó
señando que, sin incrementar la deuda pública, el gobierno de la 4-T debe pagar
cada vez más por la espeluznante herencia de los gobiernos neoliberales en
materia de deuda pública. Para dar un ejemplo, sólo en los sexenios de Vicente
Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto la deuda pública –interna y externa–
se multiplicó por cinco sin que ello se reflejara en una mejoría económica ni
social. Por el contrario, de 1990 a 2018 los mexicanos pagaron alrededor de 6.6
billones de pesos sólo por concepto de intereses, donde la mayor parte se dio
en los gobiernos del Borolas y el copetón.
“De hecho, como lo
documenta el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento
Económico, sólo en los sexenios de Calderón y Peña Nieto la deuda externa se
incrementó 281 mil millones de dólares (173 mil y 108 mil millones de billetes
verdes en cada caso), monto que supera la suma acumulada del endeudamiento
registrado en los seis sexenios previos (de Luis Echeverría a Vicente Fox).
La información de La
Jornada detalla que los recursos destinados al pago de intereses (98 por ciento
del total erogado), comisiones y amortizaciones resultan mayores a los
canalizados a inversión física, “bajo la cual se encuentra todo lo ejercido en
infraestructura pública”. Pero no sólo eso, pues equivalen a casi el doble de
los canalizados a la SEP para 2020 y 4.7 tantos por arriba del presupuesto
asignado a la Secretaría de Salud.
Lo anterior, sin olvidar la deuda eterna del “rescate” bancario de 1995. Al cierre de octubre pasado, el saldo del Fobaproa (disfrazado de IPAB) ascendió a poco más de 965 mil millones de pesos, con todo y que anual y puntualmente los mexicanos, a quienes nadie consultó, no han dejado de pagar por el “regalito” de Ernesto Zedillo”.
Con información de La Jornada.
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