Columna:
Fuera de Foco
La
debacle financiera en el estado de Veracruz es palpable. No se tiene que ser un
erudito para poder sostener con bases sólidas que el estado de Veracruz no
contó con proyectos de obras serios y realmente responsables. Se sabe que la
federación ha enviado los recursos necesarios para que se lleven a cabo; el
problema, es que quienes mal gobiernan la entidad simplemente no les ha dado la
gana de destinarlos y han hecho uso de los recursos del erario para desviarlos
a sus cuentas personales y para derrocharlo a diestra y siniestra con todo el
cinismo que les caracteriza.
Los
ayuntamientos han tenido que padecer dicha actitud tan nefasta de parte del
gobernante en turno, quien sin ningún empacho, ha jineteado el dinero de los
municipios, originando con ello, que estos no puedan canalizar los recursos
para la proyección de su plan de obras programadas para 2014. Muchos
presidentes municipales han callado derivado del color de su partido.
Obviamente no podemos considerar que alcaldes como Ramón Poo Gil o Américo Zúñiga
Martínez de extracción priísta, denuncien y sobre todo culpen a Javier Duarte
de Ochoa sobre la tramposa actitud de este, para destinar los recursos
federales etiquetados para cubrir el Ramo 23. Pese a que sus informes de
gobierno, haya sido un documento en blanco para sus gobernados.
El caos
financiero se deriva de la incapacidad de Javier Duarte de Ochoa. El sujeto
nunca entendió nada de hacer política, porque no lo es; tampoco supo
administrarlo y ejecutó la estrategia tal vez de su madre para llevar las
finanzas del estado. Tapaba y destapaba hoyos para poder cumplir la avaricia
personal y también el hambre de sus colaboradores. Por ello vemos a un Arturo
Bermúdez Zurita, a un Erick Lagos Hernández, a un Marlón Ramírez Marín –por
citar algunos porque todos los de su gabinete cumplen tal característica-
sujetos que los veracruzanos conocen no precisamente por pertenecer a los
importantes círculos de la sociedad. Individuos que vienen de las esferas
sociales más marginadas y que teniendo la oportunidad de amasar el poder, no
repararon en robar a manos llenas el dinero de los veracruzanos para sentirse
“señores feudales”.
La
posible demanda de parte de Miguel Ángel Yunes Márquez, alcalde del municipio
de Boca del Río de extracción panista en contra de Javier Duarte de Ochoa por
no haber entregado los recursos del Ramo 23, etiquetado por parte de la
Secretaría de Hacienda y Crédito Público, esperemos que no sea sólo una amenaza
para presionarlo políticamente y que dicho acto no sea llevado a tribunales.
El
gobierno de Enrique Peña Nieto está consciente del caos de Veracruz. El estado
navega dando tumbos y las necesidades prioritarias desde el gobierno de Fidel
Herrera Beltrán y el actual gobierno a cargo de Javier Duarte de Ochoa, jamás
han sido cubiertas. Ambos gobernantes se dedicaron a destruir al estado.
Herrera Beltrán supo llevar una estrategia política del hambre; supo “joderse”
a todos los sectores y los priístas lo dejaron robar a manos llenas. Duarte de
Ochoa, sólo dio continuidad de su padre putativo, con una estrategia política mediocre.
Todo
esto amable lector, toda esa polución política de parte de ambas
administraciones, son la causa que en este momento, Javier Duarte de Ochoa haya
ordenado el cabildeo entre los partidos satélites y el Partido de la Revolución
Democrática (PRD), para que se rasguen las vestiduras en defensa de su
propuesta legislativa de una gubernatura de dos años. Al ejecutivo estatal le
importa un bledo la economía de los veracruzanos. Él está preocupado que
derivado de su mal desempeño, sus nefastos candidatos no podrán aspirar a ser
candidatos para las próximas campañas electorales. La orden del gobierno
federal a este patético gobierno es de: “No decidirás ni postularás a ningún
candidato”, los nombres de los próximos candidatos serán decididos por parte del
gobierno de Enrique Peña Nieto.
Todo
esto tiene en berrinchado a Javier Duarte de Ochoa. Pero su cólera debería de
transformarse en miedo pues en dos años de un gobierno panista, puede conocer
en carne propia los padecimientos que actualmente ha sufrido la directora del
Instituto Municipal de la Mujer (IMM) de Boca del Río, María Josefina Gamboa
Torales, quien yace en la cárcel por su capricho.
Silvia Núñez Hernández
Licenciada
en Ciencias y Técnicas de la Comunicación, directora general y columnista.
Sustenta su trabajo, tras 23 años de ejercicio periodístico adquirido en
diversos medios de comunicación situados en el estado de Veracruz. Su principal
objetivo dentro de su carrera profesional es ofrecer a la ciudadanía una editorial
ética y objetiva. Un espacio donde los temas sociales y políticos, son
analizadas con una visión crítica, con la finalidad de mostrar una perspectiva
sustentada y razonada sobre la problemática social de Veracruz y de la
República Mexicana.
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