Por: Oswualdo Antonio
González
A pesar de los discursos
de la titular del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE),
que aseguran que la evaluación no es para “despedir” a maestros en servicio,
sino para ayudarlos a ser mejores, cada acción que realiza el instituto confirma
lo que ya se sabía, lo que ya se había decidido, la evaluación del desempeño
docente servirá para adelgazar la plantilla de docentes.
Al vincular en la
reforma constitucional los resultados de la evaluación de los maestros, con su
permanencia y ésta de manera directa con la mejora de la calidad, se crea un
círculo justificatorio, sustentado en un discurso técnico aparentemente
impecable.
Las evidencias de las
primeras acciones realizadas por el INEE, lo muestran como un actor político,
que sabe usar los medios para comunicar sus decisiones y sus acciones permiten
ubicar un discurso de autoprotección en dos frentes recurrentes: el primero es
que así se los mandata la ley, por tanto son decisiones no discutibles y
segundo argumentando que “eso” es competencia de la SEP, en consecuencia no
discutible. Con esos dos marcos justificatorios, las acciones del INEE se
ubican en un plano de certeza absoluta y que en cualquier contexto o ante
cualquier reclamo siempre tendrá la razón.
Evaluar para cumplir un
marco normativo y no para mejorar necesariamente la educación, es la decisión
que ya tomó el INEE. Así al terminar este ciclo de experimento neoliberal, lo
importante será haber cumplido con las encomiendas institucionales, cuyas
motivaciones siempre fueron políticas, sin que esto implique la mejora de la
educación.
El INEE por ejemplo, en
el marco del Concurso de Oposición para el Ingreso al servicio docente
emitió el jueves 6 de marzo de 2014, los “Lineamientos iniciales específicos
para llevar a cabo la evaluación del ingreso al Servicio Profesional Docente”
en ellos se puede observar lo que se afirma líneas arriba, sus decisiones son
políticas no enfocadas en la mejora del sistema educativo.
En lugar de plantear en
los citados lineamientos lo que en su discurso público sostiene, el INEE opta
por recomendar la aplicación de un “examen” como instrumento para definir quien
es el “idoneo” para desempeñar la función docente. No plantea un procedimiento
integral en el “Concurso de oposición” que como mínimo debiera contemplar: un
examen para explorar el perfil, el desarrollo de un plan de clases y el
desarrollo de una clase, por mencionar 3 procedimientos de cuya triangulación
se obtendría un mejor diagnostico de cada candidato. ¿Por qué el INEE es
incongruente entre su discurso de la evaluación como un proceso y los
lineamientos que construye y la SEP debe aplicar?
Veamos textualmente lo
que el INEE le plantea a la SEP: dice el INEE que el Concurso de Oposición es:
“concurso público que tiene como finalidad garantizar la idoneidad de los
conocimientos y capacidades de los aspirantes, según corresponda, para el
ingreso al servicio público educativo…” ¿se puede obtener mediante los
resultados de un “examen” a los candidatos “idoneos” para ser docentes?
En el artículo 4,
numeral 7 de los citados lineamientos el INEE plantea: “La evaluación nacional
para el Ingreso al Servicio considerará las dimensiones del Perfil que son:
Contenidos y enfoque pedagógico del currículo vigente; intervención didáctica;
mejora profesional; compromiso ético y expectativas sobre el aprendizaje de sus
alumnos, gestión escolar y vinculación con la comunidad”, ¿todas esas dimensiones
pueden ser evaluadas con un “examen”?
En el numeral 10 el INEE
especifica: “Los instrumentos de evaluación estarán conformados por reactivos o
ítems que permitan medir adecuadamente los aspectos a evaluar. Su diseño,
aplicación y uso deberá atender los criterios técnicos que para el efecto
determine y publique el Instituto” ¿un reactivo puede “medir” esas dimensiones?
En el numeral 11 el INEE
indica: “Los instrumentos deberán incluir al menos 20 reactivos para medir cada
aspecto. En el supuesto de que un aspecto se subdivida, el número de reactivos
se mantendrá en 20 para cada uno de ellos” ¿con estas recomendaciones
ingresarán al servicio los mejores docentes?
Estas son las acciones
del INEE, este es el perfil de su actuación, no seamos ingenuos, esta misma
perspectiva institucional de concebir la evaluación es la que permeará la
evaluación del desempeño docente, una evaluación pensada en “despedir” no en
mejorar, aunque la propaganda nos inunde de manera cotidiana insistiendo que
todo es para que México tenga un mejor sistema educativo.
¿Qué hacer?
Las movilizaciones
pedían una contrarreforma a través de una “derogación” o como algunos lo
externaban una “abrogación”, lo cierto es que el gobierno ganó esa batalla y ha
logrado circunscribir la lucha en polos perfectamente ubicados. El reto es
rearticular la lucha más alla de siglas, lo cual se vislumbra complejo.
La otra posibilidad es
Votar por una bancada de Diputados federales capaces de impulsar iniciativas
que rescaten los derechos laborales que se perdieron. Esto implica una labor
político electoral que trascienda siglas sindicales y las redes sociales. En
este camino ya estamos trabajando varios grupos movilizados, ojala se logre
integrar un plan de acción en cada uno de los 21 distritos electorales de Veracruz.
Finalmente, la otra
línea de acción implica consolidar los colectivos docentes y de directivos para
enfrentar de manera coordinada la evaluación del desempeño docente.
Organización que nos ayude a no sucumbir ante los cientos de empresas que ya están
listas para ofertarnos múltiples cursos para supuestamente pasar los
“exámenes”, algunos incluso impulsados desde las propias instancias oficiales.
Organizarnos es la
tarea, el día se acerca, la mentira se mantiene.
Fotografía:
InsurgentePress
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