Por Gobernantes
El brazo
ejecutor del gobierno de la República busca, afanosamente, a exfuncionarios y
exservidores públicos del Estado responsables de haber recibido sobornos de
parte de la transnacional brasileña Odebrecht, en aras de desviar la atención
de los integrantes del actual gabinete federal que pudieran verse involucrados
en el caso, y entre ellos estarían los exgobernadores de Veracruz Fidel Herrera
Beltrán y Javier Duarte de Ochoa, bajo cuyos gobiernos ese consorcio recibió
todas las facilidades para crear aquí empresas como Etileno XXI, en el sur de
la entidad, con el cuento de que iba a generar “miles de empleos en beneficio
de los veracruzanos”, y el Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (Grupo
MAS) que desplazó al Sistema Metropolitano de Agua y Saneamiento (SAS) ya, de
por sí, en quiebra por el inmisericorde saqueo de sus recursos que se hizo por
órdenes del nopaltepecano fiel y el cordobés arrimado –porque en realidad nació
en el puerto de Veracruz-, y que cumplieron al pie de la letra exfuncionarios
como Yolanda del Carmen Gutiérrez Carlín, y José “Pepín” Ruiz Carmona, entre
otros, además de otras empresas enfocadas a la generación de energía eléctrica
aprovechando la riqueza acuática de Veracruz en lugares como Jalcomulco y otros
similares.
Los que han seguido la investigación iniciada en Brasil con el
nombre de Lava Jato, y han enfocado sus miras especialmente a Veracruz, asegura
que aunque Odebrecht ha tenido oficinas en la Ciudad de México, “su corazón
financiero está en Veracruz, en donde estableció su base de operaciones a
partir de 2010, año en que empezaron a fluir los sobornos en México, según
confesión ante una corte neoyorkina de altos ejecutivos de esa compañía. Toda
esta trama descubierta señala que el arribo de Odebrecht a Veracruz ocurrió
bajo el gobierno de Fidel Herrera Beltrán, que ya había viajado por lo menos un
par de ocasiones a Brasil para dialogar directamente con Marcelo Odebrecht.
Pero Fidel se vio desplazado de los reflectores cuando el anuncio de Etileno
XXI y la firma del convenio para crear la empresa en el sur de Veracruz se hizo
en Cancún, durante una visita del entonces presidente de Brasil, Luis Inácio
“Lula” da Silva, y el entonces presidente Felipe Calderón no invitó a Herrera
Beltrán quien, sin embargo, muy en su estilo chapucero hizo una ceremonia en
Veracruz tiempo después para aparecer como el que había conseguido esa
inversión multimillonaria para el Estado.
Lo que pocos sabían es que para
entonces Fidel había sido ya “tocado” con generosos sobornos en dólares para
facilitar todo, y con el pretexto del “beneficio” para los veracruzanos,
prácticamente regaló 200 hectáreas para construcción de Etileno XXI y empresas
de apoyo. Sin embargo, la expansión de Odebrecht se dio durante la
administración del sucesor de Herrera Beltrán, Javier Duarte de Ochoa, a tal
grado que durante su infausto gobierno la transnacional brasileña creó y opera
en Veracruz al menos bajo 14 nombres o razones sociales. Y curiosamente la
incursión de Odebrecht, que financió campañas políticas en otros países a
cambio de contratos de obra, ocurrió en plena campaña electoral en la que
Duarte de Ochoa fue electo sucesor de Herrera Beltrán en la gubernatura; quizá
ello explicaría el millonario gasto que se hizo en esa campaña que rayó en el insulto
para millones de veracruzanos pobres. En mayo de 2010, el nopaltepecano fiel se
reunió en Sao Paulo, Brasil, por primera vez, con Marcelo Odebrecht y con
Roberto Ramos Prisco, hombre de todas sus confianzas.
En esa fecha, Javier
Duarte de Ochoa cumplía dos semanas como candidato del PRI a la gubernatura.
Antes de ello, en abril del mismo año, el entonces gobernador del Estado de
México, Enrique Peña Nieto, tuvo también su primer contacto con Odebrecht, y en
una gira por Brasil, le expuso en qué tipo de proyectos podría participar la
transnacional brasileña como construcción de carreteras y la ampliación del
aeropuerto de Toluca. Una gente del grupo de Odebrecht, Eduardo de Melo Pinto,
a quien se señala de esta involucrado en el pago de sobornos involucrado en el
pago de sobornos a políticos brasileños, es señalado de ser fundador, director
y apoderado en tres empresas establecidas en Xalapa, y que se asociaron desde
2013 con el gobierno de Javier Duarte de Ochoa para generar energía eléctrica,
con permisos exprés otorgados por la administración de Enrique Peña Nieto ya
como Presidente de la República.
Duarte de Ochoa fue clave para que se
concesionara por 30 años el servicio de agua de Veracruz a una filial de
Odebrecht, el Grupo Metropolitano de Agua y Saneamiento (MAS), cuyo actual
director es o era Javier Chuman Rojas, acusado de lavado de dinero en obras
ejecutadas en el país africano de Angola, y que forman parte del proceso que se
sigue contra el expresidente brasileño Luiz Inácio “Lula” Da Silva.
Y también
Duarte de Ochoa puso el agua potable del puerto de Veracruz y su zona
conurbada, así como un proyecto de generación de energía eléctrica en
Jalcomulco, La Antigua y Texolo, en manos de dos personeros de Odebrecht que
ahora son acusados de sobornos y lavado de dinero en Brasil, y en Estados
Unidos ha recibido la multa más grande de la historia por actos de corrupción,
y asciende a 2 mil 600 millones de dólares. Odebrecht recibió de Duarte de
Ochoa una concesión por 30 años para el servicio de agua para los municipios de
Veracruz, Boca del Río y Medellín, y en esa operación también participa un
consorcio catalán, Aguas de Barcelona, a través de un coinversionista llamado
Interagbar de México. Y ambas instancias conformaron la firma Grupo Ambiental Pro
Veracruz. ¿Cuánto se llevaron Fidel y Javier de parte de Odebrecht? Es algo que
está por verse, si la investigación llega hasta el fondo…
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