POR NOÉ ZAVALETA , 24 JUNIO, 2017REPORTAJE ESPECIAL
VERACRUZ, Ver. (proceso.com.mx).- En siete bolsas negras, con dos
cuerpos destazados en su interior, una célula del Cártel de Jalisco Nueva
Generación (CJNG), según policías de la Fiscalía General del Estado, pidió al
secretario de Seguridad Pública (SSP), Jaime Téllez, y al gobierno de Miguel
Ángel Yunes “dejar de hacer pendejadas”.
Y agregó: dejen
hacer a la delincuencia, lo que las autoridades “no hacen”.
El mensaje, en
cartulinas fluorescentes verde y naranja, fue dejado en la calle Iturbide en el
puerto de Veracruz la madrugada del miércoles 21, justo afuera de donde Téllez
Marie tiene su despacho de litigante y cuya oficina ocupó antes de trabajar en
el gobierno de Yunes Linares.
Dos días después,
cuerpos destazados en bolsas negras y con el mismo mensaje de amenaza a las
corporaciones de la SSP y al propio titular Téllez siguieron apareciendo en
municipios como Amatlán de los Reyes, Córdoba, Poza Rica y Emiliano Zapata.
Este reto y desafió
de la delincuencia organizada a la administración que sucedió al priista Javier
Duarte –hoy preso en un cuartel militar de Guatemala y aguardando su
extradición a México- tuvo respuesta inmediata de parte del llamado “gobernador
policía” en la tarde-noche del mismo miércoles 21.
“Sabemos quiénes
son y vamos contra ellos. Nunca aceptaríamos pactar contra la delincuencia. No
nos amedrentamos frente a una banda de delincuentes, no vamos a mentirle a los
veracruzanos, ha sido una tarea difícil y compleja, nos estamos enfrentando a
delincuentes de alta peligrosidad. No damos paso atrás en la lucha contra la
delincuencia”, expresó Yunes en el cuartel militar de La Boticaria,
acompañando de mandos navales, castrenses y su gabinete de procuración de
justicia y seguridad.
Ahí, anunció el
reforzamiento de más elementos federales para Veracruz y el endurecimiento de
las políticas públicas para exhibir y buscar delincuentes.
Yunes Linares
presentó un grueso engargolado, de pasta negra, que hojeó delante de la prensa
y en donde aseguró tener “identificados” a todos los integrantes de los
“distintos grupos delictivos” que operan en la entidad y a los que irán
enfrentándolos con la justicia –dijo- poco a poco.
De entrada, y emulando
al expriista, Javier Duarte quien también prometió recompensas a quien
entregara “información puntual” que llevara a dar con la captura de
delincuentes, Yunes Linares prometió hasta un millón de pesos, total discreción
y confidencialidad a quien entregara la ubicación exacta y datos puntuales para
la captura de los jefes de plazas de organizaciones delincuenciales.
El techo financiero
y la bolsa destinada para tal fin, el mandatario excusó, quedaría a competencia
y solvencia de la propia Secretaria de Seguridad Pública (SSP), la cual maneja
más de 3 mil millones de pesos de presupuesto anual, entre servicios personales,
operatividad, capacitación e infraestructura.
El 4 de septiembre
del 2014, la Gaceta Legislativa dio entrada a una iniciativa de ley del
entonces gobernador Duarte, que decía al calce: “La recompensa consiste en una
cantidad en numerario que se ofrece y, en su caso, se entrega en un solo pago o
en exhibiciones periódicas, con cargo a la suficiencia presupuestal destinada
por el Gobierno del Estado para dicho fin a quienes ayuden a la aprehensión,
procesamiento y sentencia condenatoria de delincuentes”, según la adición de la
fracción XIV al artículo 8 de la Ley Orgánica de la Procuraduría General de
Justicia (PGJE).
El sistema de
recompensas de Duarte resultó un fracaso, pues el propio fiscal General del
Estado (FGE), Luis Ángel Bravo, admitió al final de su gestión que la gente no
se atrevía a denunciar por miedo, desconfianza de la autoridad y que quienes lo
hacían muchas veces daban información inexacta y muy débil.
“No pagamos ni una
sola recompensa”, admitió un par de meses después de dejar el cargo.
Mutis a los cárteles…
De acuerdo al
Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), con
corte diciembre 2016 – mayo 2017, en lo que va del gobierno de 24 meses de
Yunes Linares se han registrado mil 218 homicidios, de los cuales 413 han sido
con arma de fuego, en la categoría de otros entran 707 homicidios, de los
cuales el Secretariado Ejecutivo no desglosa cuantos entran en la categoría de
cuerpos ejecutados abandonados a orilla de carretera, en exhumaciones
clandestinas o desmembrados.
El propio Yunes
Linares ha reiterado en diversas ocasiones de que el 70 por ciento de los
homicidios dolosos que ocurren en la entidad se deben a “enfrentamientos entre
ellos” por el control –dijo- de las actividades ilícitas.
El panista
vanaglorió que van por “300 objetivos específicos” generadores de violencia e
integrantes de varias organizaciones de la delincuencia organizada.
Un par de meses
antes, aquí en Veracruz, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong, había hecho una afirmación similar: “Tenemos identificados a los
criminales, y vamos por ellos. Los delincuentes que operan en esta zona van a
encontrar una respuesta contundente de las instituciones”.
Al igual que el
gobierno de Duarte, la administración de Yunes Linares y el titular de la FGE
se muestran recios a poner nombres a las organizaciones delincuenciales que
operan en la entidad; sin embargo, a través de lonas, narcomantas y mensajes
enterrados en los cuerpos de sus víctimas, se ha logrado saber que el mapeo
criminal ha venido cambiando su configuración.
Policías
ministeriales inconformes con el nuevo gobierno también han venido filtrando
datos a la prensa, en lo que llaman una nueva guerra “sin ton, ni son”.
En el sexenio del
priista Fidel Herrera, Los Zetas ocuparon el mapeo criminal durante gran parte
de su administración; sobre el ocaso, entró una organización denominada “Gente
Nueva”.
Ya en el sexenio de
Duarte, hubo entrada de nuevas organizaciones criminales: “Matazetas” y “La
Nueva Empresa”, ambas escisiones del Cártel de Sinaloa y el Cártel de Jalisco
Nueva Generación, que vino a expandirse de norte a sur de Veracruz.
En el último
trimestre del 2015 –revela una fuente de la FGE-, el CJNG hizo alianza con la
organización Antrax y el Cártel de Sinaloa para expulsar a células de Los Zetas
en el corredor industrial Córdoba-Orizaba, así como en la zona serrana que
tenía rutas estratégicas de robo de combustible hacía Puebla y en la Cuenca del
Papaloapan hacía Oaxaca, también con la finalidad de robustecer el robo de
hidrocarburos.
“Se formaron varias
bandas de Huachicoleros independientes”, además de las células criminales ya
existentes.
“Con la deportación
de El Chapo y la detención de Dámaso López, los reacomodos de plaza y los
coletazos de violencia, pegan aquí y en todo el país”, explica la fuente.
Dicha aseveración
se explica de la siguiente manera: Ocho ejecutados tan sólo el día 20 de junio
en distintos puntos del estado; cinco más el día 21; tres el día 22. La
mayoría de ellos con mensaje.
En Cosamaloapan,
tres cuerpos mutilados y embolsados fueron dejados la madrugada del día 11 de
junio. Un fin de semana anterior, hubo una docena de ejecutados en distintos
puntos de la ciudad.
Dos días antes de
las elecciones, siete bolsas con restos humanos fueron hallados en la localidad
de Omealca. El término “embolsado” y “cuerpo desmembrado” se ha vuelto una
cotidianidad de los reporteros de nota roja, pero también de información
general.
Es más, el
miércoles 14 de junio, en Acayucan, al sur de la entidad, un grupo delictivo
rubricó varias lonas con la leyenda: “Ustedes ya saben”, en la que prometió
acabar con ladrones de pipas de combustible, pero también con una célula de Los
Zetas y mandos policiacos federales y navales que apoyan a esta organización.
La última afrenta
del narcotráfico al titular de la SSP, Jaime Téllez, con el mensaje dejado
afuera de su oficina, orillo al periódico Notiver, quien traía una línea de
apoyo al gobierno de Yunes Linares, a titular a ocho columnas al día siguiente:
“Se calienta la plaza”.
El rotativo Orale
Jarocho, especializado en cobertura policíaca fue más elocuente y con una
galería fotográfica de la ola de violencia tituló: “Desangra Veracruz”.
Esa madrugada,
cuando los restos humanos fueron dejados en la oficina de Téllez, los primeros
en llegar fueron representantes de la prensa, así como vecinos y curiosos.
Pasaron cerca de quince minutos para que dos patrullas de la Fuerza Civil y una
motocicleta de tránsito estatal se animaran a llegar y establecer un cordón de
seguridad, relatan los vecinos de la calle de Iturbide.
“Unos curiosos que
no eran de por aquí y un lavacoches tomaron fotos. Muchos vecinos cuando vimos
de que se trataba, mejor nos encerramos en nuestras casas. Pasó más de media
hora, eran casi las 11, cuando llegó periciales para levantar, en chinga, las
bolsas con los restos”, soltaron.
Yunes Linares
insiste que a partir de este miércoles irán apareciendo paulatinamente en
televisión, radio y redes sociales las fotografías de los delincuentes
detectados como “generadores de violencia” en el estado de Veracruz y por
quienes las autoridades ofrecen una recompensa de un millón de pesos.
Además, deslindó
que fue por ventilar los nombres de Arturo Pacheco “El Quino”, Alberto
Hernández “El Power”, Valentín Zúñiga “El Pala” y Hugo Meneses “La Huga”, por
la que tres empleados de publicidad fueron rafagueados la tarde del martes en
la zona dorada de Boca del Río, y la misma por la que se intentó intimidar al
titular de la SSP, de quien aseguró continuará en el cargo.
El gobernador
aseguró que respetará la decisión de aquellos medios de comunicación que no
quieran “difundir” los nombres y rostros de líderes delincuenciales por temor a
represalias: “están en todo su derecho”, dijo, “pues la responsabilidad, la
asumimos nosotros”.
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