Por Pedro
Echeverría V.
1. La izquierda en México (la
que pensaba y buscaba hacer una revolución socialista encabezada por los trabajadores)
está dispersa en pequeños grupúsculos y casi muerta. En 1977, el PRI, Reyes
Heroles y el presidente López Portillo –con una “reforma político-electoral”
les prometió y otorgó cargos políticos, millonarios subsidios y apariciones en
Televisión- haciendo que sus corrientes más oportunistas brincaran de alegría y
aceptaran aprobar todo. La izquierda honesta se aisló y casi desapareció; en
adelante todo se convirtió en “socialdemocracia electoral” cuya misión fue
marchar tras el gobierno, el PRI y el PAN. Decir que son de izquierda los que
firman pactos y acuerdos con gobierno y derecha hoy, es una vil tontería u
oportunismo político.
2. Una izquierda honesta
tendría como enemigo al sistema de explotación capitalista o, por lo menos a
toda la derecha: gobierno, empresarios, medios de información, PRI, PAN y todos
los partidos sumisos. Estar solo contra el PRI es sólo un vil oportunismo; se
busca olvidar que el PAN estuvo 12 años en el gobierno y gobernó igual o peor
que el PRI. El PRD ha tenido en sus manos más de 10 gobiernos en los estados
(DF, Guerrero, Michoacán, Zacatecas, Morelos) y no ha hecho nada, más que obras
caritativas o de servicio social diferente a las del PRI, nada que hagan
avanzar los procesos de cambio. Rosa Luxemburgo escribió en 1900 su libro
“Reforma o Revolución” para demostrar el oportunismo reformista de la
socialdemocracia alemana.
3. Yo no sé si entre algunos
años estudios profundos demuestren teóricamente errores u oportunismos de López
Obrador porque hoy no son evidentes y con su intenso trabajo político opaca
cualquier argumento; pero hoy se podría decir que es el único político decente
y honesto, incomparable con políticos de partidos que se autocalifican de
“izquierda”, que durante más de 30 años (como aquel viejo Fidel Velázquez,
líder al servicio de todos los gobiernos) han brincado en los cargos de
diputados, senadores, asambleístas o dirigentes de partido. Así como en el PRI
y el PAN, si hiciéramos una lista de políticos del PRD veríamos que tampoco
tienen llenadera. ¿Por qué no les quitan en 70 por ciento de lo que cobran para
emplear en capacitación política?
4. Uno de los terribles errores
de López Obrador es no movilizar al pueblo contra el fraude electoral claro y
evidente como fue en las presidenciales de 2012 y de hace unos días en el
Estado de México. No tendré autoridad para criticar su intenso trabajo, pero es
evidente que si tiene miedo a los empresarios, a los medios de información y a
la deformada opinión pública por el “qué dirán”, pues no podrá ser nunca un
buen presidente porque siempre estará temeroso a esas masas tontas, embrujadas,
derechizadas por los medios de información. Así se han jodido a muchos
movimientos de los trabajadores: amenazándolos, calumniándolos y organizando el
gobierno grupos de choque armados como los usados en la brutal represión del 10
de junio.
5. Nadie puede superar o
igualar a López Obrador en su trabajo y honestidad, pero es obvio que si le
tiene miedo a la clase dominante no resistirá ninguna presión de ella; siempre
buscará pretextos para no enfrentarla. Estoy de acuerdo que el político honrado
no esté permanentemente poniendo el juego su prestigio por todo en las batallas
en las calles que se desatan contra la corrupción y los engaños, pero hay
momentos en que en necesario actuar para que las masas no nos tilden de
cobardes e irresponsables. No olvido que Marx en 1871, ante los levantamientos
obreros en la Comuna de París, señaló que si los obreros se habían lanzado a
una revolución había que apoyarlos hasta para tomar el cielo.
6. La socialdemocracia
electorera mexicana –así como se ve en el PRD- no pelea o lucha a favor de los
trabajadores y la transformación del país, sino entre ella misma para lograr
fuerza propia, así como cargos y financiamiento. La representación política en
el PRI, PAN, PRD y los demás partidos son hoy un maravilloso negocio de los
políticos. En vez de poseer un trabajo honrado de 15 o 20 mil pesos mensuales,
los políticos “se llevan la maleta” cobrando entre 250 mil a 600 mil pesos al
mes. Nuestro grito en las manifestaciones contra los caciques del PRI en los
años sesenta y setenta –porque se pasaban de 30 a 50 años cobrando fabulosos
salarios, hoy se pueden usar contra PRI, PAN, PRD y todos los políticos. Hoy la
política es un negocio de mucho dinero.
7. Si este último año López
Obrador no se dedica a apoyar las luchas sociales, a unificar a los
trabajadores y no pierde el miedo al “desprestigio” por acompañar a los
luchadores sociales en las calles, entonces valió un carajo. Si donde estuvo
más que evidente el triunfo de Morena (el Estado de México) dejó todo en las
manos de las funestas instituciones, puta pues ya nada se puede esperar de
2018; le harán lo que les han hecho siempre: un fraude descarado y brutal. Pero
además es muy posible que la gente más valiosa y luchadora se desanime. ¿O
estará ya en proceso de conversión en un partido más como todos los que han
traicionado? Ya lo veremos en menos de un mes. Parece que el capitalismo y la
derecha se re fortalece en América Latina. (13/VI/17)
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