Michel 25 Junio, 2019
La muerte de Valeria y Alan Kurdi
reflejan la crisis migratoria y reiteran que los muros son un enemigo mortal. La situación migratoria en la que se encuentran miles de
centroamericanos y personas de distintas partes del mundo le han dado vuelta al
mundo. Dos fotos tienen en común casos de migrantes que mueren en la
búsqueda de un futuro mejor.
Uno de los casos es el de la imagen de Alan Kurdi, niño sirio que
falleció en una playa de Turquía cuando su familia intentó llegar a Grecia en
busca de un futuro mejor.
La madre de Alan y su hermano
de cinco años también murieron en el intento por conseguir una oportunidad en
otro lugar lejos de la guerra y la violencia; el padre de Alan, Abdullah
Kurdi, fue el único sobreviviente.
La
foto tomada por Nilufer Demir en donde se captura el cuerpo de Alan Kurdi
en la playa turca, y que le dio la vuelta al mundo, logró
conmocionar y conmover a miles, pero no logró cambiar las cosas.
Al menos eso es lo que piensa Tina
Kurdi, tía del fallecido Alan Kurdi, quien escribió un libro
acerca de lo sucedido y menciona “a los pocos meses habíamos vuelto a
caer en el olvido”, mientras asegura que la
clase política sólo se conmovió momentáneamente. (Vía: El País)
Paralelamente,
en el Río Bravo quedaron los cuerpos de Óscar
y Valeria, padre e hija, ambos migrantes, oriundos de El
Salvador.
Esa
imagen en donde se ven los cuerpos de ambos en una orilla del Río Bravo, el
cual Óscar, Valeria y Tania, su esposa, intentaron cruzar, ahora
se ha viralizado en redes pero poco se ha dicho al respecto.
Tal pareciera que se tratara sólo de un número más en las
estadísticas, de un evento desafortunado que puede pasar inadvertido ante los
ojos y emociones de miles, porque la
imagen colectiva del migrante se ha mermado y se ha construido como la de un
invasor, como la de alguien no deseado.
Óscar y
Valeria fallecen en aguas de Río Bravo tratando de cruzar a Estados Unidos.
Imagen: Especial
Sin embargo, la historia de Valeria y Óscar también duele. Óscar Alberto
Martínez Ramírez tenía 25 años, era padre joven, estaba casado con Tania
Vanessa Ávalos de 21 con quien tuvo a la bebé Angie Valeria. La pequeña
tenía un año 11 meses cuando falleció.
Ambos compartían el deseo de una vida mejor, de tener una
casa para su familia y de brindarle a Valeria una mejor educación, vida
y oportunidades.
Los padres dejaron sus empleos para ir en busca de su sueño; Óscar
renunció a su trabajo en una pizzería y Tania al de cajera. Salieron el
3 de abril con toda la intención de alcanzar el sueño americano.
De acuerdo con información de Animal Político,
Rosa María, madre de Óscar, le había pedido que no hiciera el viaje
para cruzar la frontera sur de México pero no logró que su hijo desistiera de
hacerlo.
Dos
fotos, misma tragedia: el rechazo al migrante. Imagen: Especial
Tania atestiguó cómo se ahogaron su marido e hija en las aguas del Río
Bravo. Según relató a La Jornada, su esposo nadó y cruzó
con Valeria del otro lado y volvió por ella pero mientras eso pasaba, la niña
se metió de nuevo al río. Al intentar sujetar a su hija, la corriente los
arrastró.
La madre de la bebé relata que ella se salvó porque fue rescatada por
otra persona.
Hasta ahora se sabe que ella sigue en un albergue para migrantes en
Matamoros y que la noticia del fallecimiento de su esposo e hija se la
dio a conocer a su suegra Rosa María por teléfono.
Mientras tanto, al buscar una forma de repatriar el cuerpo de ambos para
darles sepultura, se encontraron con que dicho trámite tenía un costo, mismo
que no podían costear, por lo que Enrique Gómez, primo del fallecido Óscar
pidió ayuda a las autoridades de El Salvador a través de Twitter.
Su historia y petición fue escuchad. El presidente de El
Salvador, Nayib Bukele, dijo que pagará el costo de repatriación de los cuerpos además
de enfatizar que el gobierno de la entidad sigue en busca de mejorar las condiciones
de vida, trabajo y seguridad para que no tengan que huir de su país.
Aunque al parecer estas historias se repiten
día con día en el contexto migratorio, ninguna ha logrado generar un cambio
trascendente en la política de migración alrededor del mundo.
Entonces, ¿qué tiene que pasar
no para que estas muertes conmocionen por un momento, sino para que no hayan
sido en vano y de verdad se construyan mejores políticas migratorias que
desdibujen los muros mentales y físicos que se han levantado en el mundo?
Con
información de: Animal Político.
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