10 de junio de 2019

“…LA POLÍTICA DE PERDÓN LLEVA IMPLÍCITO EL OLVIDO, A LA VEZ PROMUEVE IMPUNIDAD Y ALIENTA AL COMETIDO DE MÁS CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD…”


¡Por nuestros camaradas proletarios! ¡Resueltos a vencer!           EDITORIAL: EL INSURGENTE

“…LA POLÍTICA DE PERDÓN LLEVA IMPLÍCITO EL OLVIDO, A LA VEZ PROMUEVE IMPUNIDAD Y ALIENTA AL COMETIDO DE MÁS CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD…”

Contrario a los discursos triunfalistas o al hipócrita reconocimiento oficial, la violencia de clase galopa por todo el país, lejos de que ésta disminuya se mantiene y adquiere nuevas expresiones; más víctimas se agregan a la macabra estadística, éstas mantienen su común denominador, son pueblo trabajador.

La desaparición forzada, la ejecución extrajudicial, los tratos crueles e inhumanos, las detenciones arbitrarias, el encarcelamiento injusto, el desplazamiento forzado, la persecución y hostigamiento político, en conjunto son parte del andamiaje del terrorismo de Estado; política de gobierno que asumieron diferentes sexenios, en consecuencia, si el fenómeno de la violencia contra el pueblo no es superado es responsabilidad directa de quien el 1º de diciembre del año pasado asumió la administración federal.

La realidad es desgarrante no sólo para las víctimas y familiares, lo es para toda la sociedad y en específico para los oprimidos. La revelación de nuevas fosas clandestinas (222) en lo que va del año expresa que la violencia de clase contra el pueblo es sistemática, no es un caso fortuito, tampoco “una herencia de una política equivocada”, es ante todo terrorismo de Estado.
En la medida que la violencia contra los oprimidos es objetiva expresa que dicha política es transexenal, que el aparato represivo y contrainsurgente opera bajo la lógica del capital, está intacto y se manda por sí solo. En consecuencia, el actual gobierno es corresponsable en la medida que no se supera la violencia de clase contra el pueblo, además es responsable directo a partir del 1º de diciembre en cuanto que en dicho tiempo la desaparición forzada se mantiene y se incrementa la ejecución extrajudicial, ambos son parte del mismo fenómeno, violencia que emana del régimen, sea por comisión u omisión.

Es una ofensa pedir “disculpas” desde las autoridades a las madres, esposas, hijas, hermanas que tienen un ser querido en condición de desaparición forzada; es hipócrita y sobre dicha política se finca el intento de minimizar el fenómeno y de diluir la responsabilidad gubernamental de su existencia e incremento. No basta con reconocer que los crímenes de Estado son producto de la política de gobierno que sostuvieron los tres últimos sexenios, la exigencia popular es y debe ser la presentación de los detenidos desaparecidos, el alto inmediato de la violencia de clase contra el pueblo y el castigo de los responsables materiales e intelectuales de la violencia de Estado.

En la medida que no hay castigo para quienes idearon y objetivaron dicha política es un cheque en blanco para que los crímenes de lesa humanidad sean parte de la realidad mexicana. Ésta confirma una vez más que la política de perdón lleva implícito el olvido, a la vez promueve impunidad y alienta al cometido de más crímenes de lesa humanidad.

Lejos de abandonar la exigencia de la presentación de los detenidos desaparecidos, la lucha contra el terrorismo adquiere mayor necesidad, ésta debe transitar fuera de todo marco corporativizante y debe transformarse en lucha política contra el régimen que genera iniquidad. No hay lugar para recrear la concepción judeocristiana, los tiempos demandan combatividad, elevar la voluntad popular a niveles superiores que se expresen en nuevas formas de lucha que permita a las fuerzas populares pasar a la ofensiva y ejercer el derecho a la autodefensa armada de las masas.

¡Con la guerra popular! ¡El EPR triunfará!        
EDITORIAL: EL INSURGENTE    Año 23 Nº 195 mayo de 2019 Pág. 3

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