Por Luis Guevara
No es un Virus, es una
Guerra Fría y la consecuencia no es una pandemia, será una gran recesión
mundial"
Hace 20 años se decía
que en un futuro, las guerras dejarían de ser conflictos armados para
convertirse en guerras biológicas y económicas, porque la forma "más
factible" de destruir a una nación, es destruyendo su moneda. Pues ese día
llegó.
Las dos economías más
grandes del mundo: Estados Unidos y China.
En marzo de 2018
comenzó un conflicto comercial entre Estados Unidos y China, cuando el
presidente Trump anunciara la intención de sancionar a productos chinos por
50,000 millones de dólares, argumentando un grave historial de prácticas
comerciales desleales y robos de propiedad intelectual. Lo cual es totalmente
cierto.
En represalia, el
gobierno Chino impuso aranceles a más de 138 productos estadounidenses. Y así
comenzó esto.
Esta guerra comercial
le ha costado a China una importante desaceleración económica que impacta a la
economía mundial. Su crecimiento está cayendo: en 2018, 6.6%; en 2019, 6.1% y
tiene un pronóstico de 5.4% para 2020.
Por otra parte, esta
guerra comercial también ha provocado un sobrecalentamiento de la economía
estadounidense, porque ésta es una rivalidad que supera lo comercial, están en
juego todos los elementos geopolíticos para desatar una "guerra
fría", que inevitablemente terminará en una gran recesión económica
mundial.
El 7 de diciembre de
2019, China declaró el primer caso de coronavirus y a la fecha ha confirmado
80,945 casos y 3180 muertes por el nuevo coronavirus.
El primer
cuestionamiento relevante es ¿por qué China ocultó información sobre el virus
durante dos meses? del 17 de noviembre de 2019 cuando surgió el brote, al 22 de
enero de 2020, fecha con la que decretó la cuarentena en la ciudad de Wuhan,
permitiendo así la eminente propagación del virus.
En mi opinión, China
tenía muy claro que una alerta por un nuevo virus y una posible pandemia
impactaría en la economía mundial, pero específicamente en los precios del
petróleo y por consecuencia en la economía estadounidense.
Ante esta situación,
el pasado 5 de marzo se celebró una reunión entre los 14 miembros de la OPEP
(Organización de Países Exportadores de Petróleo) para convencer a Rusia, el
segundo productor mundial de petróleo, de recortar la producción en 1.5 millones
de barriles por día y así amortiguar la caída del precio del petróleo, pero
Rusia no aceptó.
¿Por qué Rusia no
aceptó, si la caída de los precios era inminente ante el coronavirus? Sucede
que Rusia entiende perfectamente, que un recorte en la producción de petróleo
para amortiguar la caída de los precios, beneficia directamente a la economía
de los Estados Unidos, y eso, Rusia no lo va a permitir bajo ningún escenario
actual.
Al parecer, esta
decisión geopolítica y económica le ha permitido a Rusia mantenerse en las
estadísticas más bajas de la pandemia, 34 casos confirmados, 2 casos
recuperados totalmente y 0 muertes. Una gran casualidad para Rusia, quien
aparentemente sabe cosas que nosotros desconocemos.
En contraparte, si la
caída de los precios del petróleo continúa, muchos productores estadounidenses
podrían verse afectados seriamente. Y al parecer los Rusos están dispuestos a
aguantar precios más bajos en el corto plazo para lograr la consolidación de un
liderazgo ruso en la industria petrolera.
Ante la negativa rusa,
Arabia Saudita, el máximo productor mundial de petróleo, informó que aumentará
la producción a 10 millones de barriles diarios a partir de abril y que
ofrecerá 20% de descuento en mercados clave, una maniobra que aparentemente es
un intento por castigar a Rusia pero en el fondo, la intención es golpear aún
más a los Estados Unidos y alinearlo con nuevas condiciones comerciales.
Pero hablamos de
Estados Unidos y todos sabemos quien es y de lo que es capaz.
Anteriormente el
presidente Trump, quien tiene acceso a los más avanzados sistemas de
investigación médica y científica, informó que el virus muere a los 26 grados y
no había de que preocuparse. Un par de semanas después, Estados Unidos tenía
1268 casos confirmados y 33 muertes.
En mi opinión, las
cifras son incongruentes y lo que realmente sucedió, es que el presidente Trump
simplemente decidió subirse al Tren de la pandemia como el pretexto perfecto
para cerrarle todas las fronteras a China y lo logró. Una auténtica jugada de
ajedrez.
Entonces, Rusia y
Mongolia cierran sus fronteras; Corea del Norte, Taiwán, Malasia, Vietnam,
Singapur y Filipinas prohíben el ingreso de ciudadanos chinos y más de 30
aerolíneas internacionales suspenden los vuelos al destino asiático.
China ha sido aislada
por el mundo y personalmente considero que será el argumento clave para que la
pandemia desaparezca.
¿Cómo va a terminar
esto? Con una gran recesión económica mundial.
México ya percibe la
escasez de productos Chinos. Los mercados y establecimientos han empezado a
sustituir su oferta con productos nacionales y estadounidenses. Quiubo!
Los coronavirus han
existido desde hace mucho tiempo y que ahora exista una nueva forma de éstos,
tampoco es algo nuevo que digamos.
Toda la información
que se ha difundido me parece contradictoria. Por un lado, las recomendaciones
sanitarias para prevenir el COVID19 son demasiado simples, como para hacerle
frente a un virus tan agresivo y mortal como lo describen las estadísticas.
Incluso se ha
informado que si estás sano, no es necesario utilizar cubrebocas, a menos que
tengas tos o gripe. Pero esta última recomendación ha estado presente desde
siempre.
Para concluir, quiero
mencionar que independiente a las causas del coronavirus, es importante seguir
las indicaciones sanitarias sin caer en la tragedia y el constante temor al
contagio.
Al final, de lo que
realmente debemos preocuparnos y ocuparnos es la crisis económica que se
aproxima.
Así que
"a trabajar, ahorrar y cuidar el dinero" porque nuestras reservas
internacionales para enfrentar una crisis de esta magnitud, no serán
suficientes.
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