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VIDEOCOLUMNA "NO
MIENTA GOBERNADOR".
No es cierto
Gobernador, usted no es víctima. Víctimas son aquellos a los que usted
persiguió y sigue persiguiendo por su ambición de poder. Víctimas las familias
que han sufrido teniendo a un miembro de ellas en prisión sabiendo que son
inocentes y su único pecado fue el de oponerse a su opresión. Usted,
Gobernador, no es víctima, es victimario, hipócrita, sinvergüenza.
Víctimas son aquellos a
los que injustificadamente ha despedido o mandado despedir por resultarle
incómodos o por ser cercanos a quienes usted, viceralmente, considera enemigos
políticos. Víctimas somos quienes sufrimos una inseguridad fomentada por usted
mismo. Víctimas fueron los periodistas inocentes que metió en prisión, uno de
ellos, Gabriel Garza Flores, murió de un infarto en la cárcel sin alcanzar su
merecida libertad. Eso lo debe tener en su conciencia.
Víctimas los de San
Carlos, Matamoros, Río Bravo, Reynosa, Nuevo Laredo y todos los municipios en
donde hay personas a las que les ha robado la libertad y parte de su vida por
su enfermiza obsesión de manejar la justicia a su antojo.
No Francisco, no es
usted víctima, es un delincuente. Sus vientos perversos de cambio han doblado
la legalidad, un gobierno de excesos, de enriquecimiento bajo la sombra de la
impunidad, negocios corruptos, al amparo del poder, para sus familiares. Los
tamaulipecos solo hemos visto como nuestra calidad de vida decae en la
violencia, en su corrupción, en el endeudamiento público histórico al que nos
ha sometido, en la opacidad y en la constante violación de los derechos humanos
mientras que usted incrementa su patrimonio, se llena de excusas y se ríe de
todos nosotros.
No, definitivamente no
es víctima, es un payaso. Su discurso hipócrita y su voz fingida ya no
convencen. En Tamaulipas sabemos muy bien de lo que está hecho, sabemos su
pasado y su presente, conocemos la perversidad que lo mueve. Pero también
sabemos su futuro y ese sí lo anhelamos: usted en prisión.
No hay persecución
política, no es víctima, esto se llama justicia y ya le va llegando. ¿Qué se
siente Francisco? Ahora es medido con la misma vara que usted midió, pero con
una gran diferencia: usted sí ha violado la ley.
Su marcha solo sirve
para dejar de manifiesto su miedo y su hipocresía. Se nota el pánico al
convocar acarreados de todo el Estado, empleados de usted, para defender lo
indefendible. Se nota la hipocresía, pues mientras cierra negocios por el
"Covid", usted arriesga a sus acarreados a enfermarse del perverso
virus, igual de perverso que usted.
Sienta el miedo, el
mismo que muchos sentimos en los años que ha sido Gobernador. Sienta el miedo,
tiemble, porque ahora nosotros somos quienes nos reímos de usted, quienes
estamos gustosos de que la justicia llegue, quienes esperamos que pronto deje
de ser Gobernador para convertirse en convicto. Sienta el miedo, el miedo que
debe darle la soledad a la que camina, a donde llegará con una riqueza mal
habida y con el repudio del pueblo.
No Gobernador, usted no
es víctima, es un criminal y pronto sus obsesivos vientos perversos habrán de
dejar nuestro Estado abriendo paso a la esperanza, esa que usted también quiso
robar pero no le permitiremos. Usted no es víctima, Francisco, pero pronto, muy
pronto, sus víctimas volverán a la calle, serán libres, cantarán de victoria y
cambiarán el régimen al que nos sometió. Pronto, muy pronto, volveremos a
conquistar nuestra paz y nuestra libertad con loas de alegría al saber que
usted, verdugo de la democracia, pagará un poco del mucho daño que nos causó.
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