4 de septiembre de 2014

DOCUMENTA AMNISTÍA TORTURA DE MARINOS EN VERACRUZ

Los casos de una mujer y un empresario aparecen en su informe: Fuera de Control, Tortura y Otros Malos tratos en México
Foto: Especial
El 7 de agosto de 2012 efectivos de la Marina llegaron a la casa de Claudia Medina, le ataron las manos y le vendaron los ojos antes de llevarla en una camioneta a la base naval local, donde le aplicaron descargas eléctricas, la agredieron sexualmente, le propinaron golpes y la dejaron atada a una silla bajo el calor abrasador del mediodía.
Como este caso, la organización Amnistía Internacional documentó detenciones arbitrarias y ejecutadas por elementos castrenses en el estado de Veracruz, según lo revela en su último informe “Fuera de Control, Tortura y Otros Malos tratos en México “, centrada en las agresiones en el momento de las detenciones. 
Tiempo más tarde, Claudia fue puesta en libertad bajo fianza y denunció los malos tratos a un juez federal que solicitó una investigación. Sin embargo, a día de hoy, no se ha producido ninguna. A pesar de existir pruebas, como dos exámenes médicos independientes, uno de ellos a cargo de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que confirman sus denuncias de torturas.
Dos de cada tres mexicanos tiene miedo de ser torturado
Una encuesta de la institución revela que el 64% de los mexicanos tienen miedo de sufrir tortura en caso de ser detenidos. Además, en el estudio se afirma que este tipo de prácticas están generalizadas y son habituales en los procedimientos de las fuerzas de seguridad.
Tan sólo el año pasado, se registraron mil 505 denuncias de torturas, seis veces más que hace diez años a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que sólo emitió 13 recomendaciones. De hecho, de las 7 mil 164 quejas que recibió la organización entre 2010 y 2013, ninguna dio como resultado una condena.
Marinos se llevan a farmaceútico
Un caso similar es el de Óscar Augusto Valle Sánchez, farmacéutico procedente de Coatepec (estado de Veracruz). Diez hombres armados vestidos con uniformes de marinos aparecieron en su casa y lo empujaron al suelo a punta de pistola. Además, llegaron a saquear su casa robando objetos personales y dinero en efectivo.
Después, fue llevado a una base naval cerca de Xalapa. Según su relato, miembros de la marina usaron bolsas de plástico para provocarle la semi-asfixia, le aplicaron descargas eléctricas en los testículos y le amenazaron. También, lo obligaron a firmar documentos con los ojos vendados.
Posteriormente fue absuelto de los cargos falsos de los que se le acusaba, sin embargo,  pese a las denuncias presentadas contra su detención ilegítima y la  tortura, no se han producido avances en el caso.

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