Por Mussio Cárdenas Arellano/ Informe Rojo
Lleno de la mexicana alegría, Javier Duarte alterna sus días en el gobierno de Veracruz con juergas interminables con final de “beso de caballero” al líder nacional petrolero y una entrevista chispeante, frases hilarantes, en la guardia a Miguel Hidalgo, fin del festejo de Independencia.
¿Qué significa la puesta en marcha de la autopista México Tuxpan? “Es un viejo anhelo. Es al-go… pa-drí-shi-mo”, respondió para asombro de los reporteros que lo circundaban, la mañana del 16 de septiembre, en Xalapa.
¿Cuántos años se llevó la construcción? “30… nada más”.
¿Y qué beneficios traerá? “Ya está dando resultados importantes. Y hoy que ya es una realidad, estamos… co-se-chan-do este tema. La construcción de la primera terminal portuaria de Tuxpan… más de 500 millones de pesos, que se están in-ver-tien-do (sic) en Tuxpan a través del grupo… SSSA, que van a permitir una cantidad importante… de empleos de puestos de empleo y de ocupación”.
¿Y de la autopista Xalapa-Córdoba? “E-sa se las de-jo… esa se las dejo co-mo sor-pre-sa”, dijo, obvio el enfado pues fue esa una de sus promesas incumplidas, una de tantas.
¿La marcha en Coatzacoalcos sobre seguridad? “Mmmm… ¡bah! No tengo que opinar”.
¿Cuándo va a presentar a la nueva policía? “En-tre el 21… y… el 24”.
¿Ellos van a estar vigilando todo el estado de Veracruz? “… noooo… van a reforzar… la parte que ya venimos… haciendo”.
Odoriza el ambiente el gobernador de Veracruz. Lo perciben los reporteros de la fuente. Lo invitan a hablar. Divierte Duarte en su estado. Habla el gordobés y ellos, los periodistas, hablarán de él instantes después que los deja. Revelarían en qué condiciones lo entrevistaron.
Nadie, que se recuerde, había rubricado así los festejos patrios. Duarte se sitúa en la línea de gobernadores de La Ley de Herodes. Su enésimo encontronazo con el alcohol evoca las gestas de los Sabines de Chiapas, de los Camacho de Querétaro, de los Hernández de Tlaxcala, de excesos sociales, descompuesta la figura institucional.
Llegar así a la guardia en honor de Hidalgo es pecado político. Agravia al Ejército, agravia a las instituciones, agravia a la sociedad.
Si no lo sabe, hay que recordarle a Duarte: el Grito, el Desfile de Independencia, la guardia en el monumento a Hidalgo son los actos cívicos de mayor preponderancia en la vida nacional. Representan el nacimiento de México como nación. Por eso son ceremonias que rebasan al poder civil; su organización queda en manos del Ejército y la Marina.
Huele a Javier Duarte, ironizaban los que lo entrevistaron. Dejaba en ellos el aroma etílico. Y bajo esa norma, gobierna a Veracruz.
Visiblemente afectado por una pachanga patria, el gobernador de Veracruz se volvió escarnio puro en redes sociales y uno que otro medio de comunicación. Falló el velo de silencio. Falló el control. Lo destrozó el proceso de comunicación. En Twitter y Facebook, el “pa-drí-si-mo” se volvió viral. Se aludía a la dificultad para hablar, las frases inconexas, las ideas perdidas.
Uno de los medios que retomó la información fue la revista ERA. Tituló así: “Duarte, ¿acudió en estado inconveniente a la guardia de honor?”. De inmediato comenzó el asedio. Agentes de gobierno iniciaron pesquisas sobre el personal de la publicación e intentaban saber quién les filtró el audio.
Ante el amago de represión, la organización defensora de los derechos de los periodistas, Artículo 19, denunció la campaña represiva del gobierno de Javier Duarte de Ochoa.
Lo cierto es que la liga en internet, donde se escuchan las incoherencias del gobernador de Veracruz, está a la vista de todos:https://soundcloud.com/um97tensg33s/entrevista-javier-duarte-160914
Desfiguros así, no son nuevos. Javier Duarte es como La Macarena: le gusta la pachanga mañanera. Y la corrida larga también.
Se recuerda una en Coatzacoalcos. Era 2 de marzo de 2011. Tenía tres meses en el poder. había entregado casas a empleados de Petróleos Mexicanos, en Minatitlán. Regresó a Coatzacoalcos. Encabezó una comida en el restaurant Los Piquitos.
Sería aquel un día largo. Sirvieron las primeras a las 3 de la tarde. Siguió la comida. Llegaron las otras. Bromeaba el gobernador. Al entonces presidente municipal, Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— le diría “alcalde de Veracruz. No qué alcalde de Veracruz si no puedes con Coatzacoalcos”. Hacía reír a todos.
Algunos pretendieron huir. No se los permitió. Le acompañaban Carlos Romero Deschamps, líder nacional del sindicato petrolero; Marcelo Montiel, ex alcalde de Coatzacoalcos; Ramón Hernández Toledo, líder de la sección 11 de los petroleros; Tomás Ruiz González, entonces secretario de Finanzas del gobierno duartista; el diputado Flavino Ríos Alvarado; Jesús Antonio Macías Yazegey, suegro del gobernador y dueño del Parque Tecnológico Puerto México, y una mancha de achichincles.
Aquella megajuerga duró 10 horas. Todos bebían, Duarte a la vanguardia. Duarte bromeaba. Duarte destrozaba a todos.
“A medio trayecto —publicó INFORME ROJO el 6 de mayo de 2011—, conmovido por el momento, agitados los recuerdos de campaña, colmó de agradecimiento a Carlos Romero Deschamps. Y luego plantó un beso en la mejilla del dirigente nacional del sindicato petrolero. ‘Es un beso de caballeros’ dijo justificando tan emotiva muestra de cariño, ‘cariño de caballeros’ ”.
Diez horas duró aquella parranda. Comenzó a las 3 de la tarde, terminó a la una de la mañana. Megajuerga fiel.
Sabido su gusto por la bebida, perdido el control sobre sí, Javier Duarte no acaba de entender que un gobernante se debe al cargo. Así le ocurrió el 2 de marzo de 2011, el día del “beso de caballeros” a Romero Deschamps. Así le ocurre ahora, el 16 de septiembre, en una entrevista con medios de comunicación que recogen y exhiben su estado de ebriedad, relatado por los reporteros que testifican el hecho.
Si fuera su vida privada, sería lo de menos. Pero no es así. Las parrandas de un gobernante son parte de su vida pública. Bebe en horas de trabajo. Anda bebido en actos cívicos.
Duarte, sus vicios, sus excesos, son tema de interés público. Su caso es símil de Felipe Calderón Hinojosa, el ex presidente que mereció un libro de Julio Scherer García por su adicción al alcohol y el impacto de su afición a beber en los actos de gobierno.
Sus decisiones son trascendentes. El dilema es ¿cuántas decisiones de gobierno las toma Javier Duarte en su juicio y cuántas no?
De ahí el debate sobre sus placeres, sus vicios y sus excesos.
Agobiado por la inseguridad, la violencia, los secuestros, los desaparecidos, los extorsionados, la pobreza, la inacción, la quiebra financiera de Veracruz, los conflictos sociales, Javier Duarte se mantiene por debajo de las exigencias, su perfil en el subsuelo, la moral del gobernante hecha añicos.
Todo se le ha pasado. Ahora es diferente. Agravió al Ejército y a la Marina, a la sociedad. Faltó al respeto en un acto cívico. Visiblemente afectado por el alcohol, encabezó la Guardia de Honor a Hidalgo, a los héroes que nos dieron patria. Se excedió.
El dilema es ese: ¿cuántas decisiones la toma en su juicio y cuántas no?
Archivo muerto
Lo que es andar en otro mundo. Decía el 9 de septiembre la diputada local Mónica Robles Barajas de Hillman que la Gendarmería Nacional debía traerse a Veracruz y sobre todo al sur para reforzar las tareas de seguridad —¿cuáles?—. Y lo decía con toda la desinformación y la imprudencia que le caracteriza. Ese mismo día, el gobierno de Veracruz, vía el secretario Arturo Bermúdez Zurita, oficializó su postura: el sistema de seguridad operará con una fuerza de élite, la Fuerza Civil. Será 2 mil hombres y mujeres, similar a la Gendarmería Nacional. ¿Ton’s pues, Mónica? En política, antes de hablar, hay que pensar… Qué cifras y qué terrible realidad. El 69.3 por ciento de la población considera que Coatzacoalcos es una ciudad insegura; el 72.8 por ciento cree lo mismo del estado de Veracruz. De 2011 a la fecha, el incremento en esa percepción negativa se incrementó en 10 por ciento. Dejó de usar transporte público por razones de seguridad, el 33 por ciento de la población; 47.5 por ciento ya no acude al malecón costero y 42.1 por ciento dejó de ir a caminar. Al Ejército y Marina se le calificó con 7.9 por ciento; a la Policía estatal, 6; al Ministerio Público, 5.4, y a Tránsito, 4.9. Observatorio Ciudadano realizó la encuesta entre 958 personas, mayores de 18 años, del 13 al 26 de abril pasado. Aún no ocurría el secuestro y muerte de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes… Fin de un ciclo. Se fue Rodolfo Casanova. Dejó la oficina de prensa de Pemex en la zona sur y con ello concluye un período de información selectiva, periodistas ignorados, incapacidad manifiesta, que provocó que consorcios de comunicación alzaran la voz, reclamaran y finalmente ejercieran presión hasta echarlo. Uno de esos medios, ACIR, hizo sentir su fuerza cuando acreditó que la información de Pemex sólo era para unos cuantos, los preferidos del señor Casanova. Su relevo, Alfonso Villalobos Alafita, llega precedido de fama y mala fama, atado a intereses de grupo, crítico ocasional, sometido al gobierno de Veracruz al que sirve con cargo y sin cargo, pues para eso son las mafias periodísticas, desde los días de Fidel Herrera, cuando maquillar la realidad era política pública. O sea que con Alfonso Villalobos, un agente de la fidelidad en sus entrañas, Pemex ya se jodió… ¿De cuál fuma Pepe Yunes, el senador? Llega así a Coatzacoalcos, ve a los priistas y suelta el absurdo: mi gran amigo, Daniel Lugo. Elogia en público a quien fue echado de la Dirección de Bachilleratos por carecer de título y usar uno falso; el que fue acusado públicamente de esquilmar a las cafeterías de todo el sistema preparatorio; el celestino de la fidelidad, el que se sintió filtro para decidir quién pasaba y quién no a la oficina de Fidel Herrera. Y a ese que lo adornan corruptelas y pilladas, que llama en las redes sociales llama delincuentes a los manifestantes que llegan a Plaza Lerdo, en Xalapa, lo llama Pepe Yunes “mi amigo” en público. Éste es más de lo mismo… “El Gordo” no fue aprehendido en la colonia Puerto México como dice la Procuraduría. A José Armando Salinas Linares, implicado en el secuestro de la niña Karime Alejandra Cruz Reyes, se le detuvo el 26 de agosto en la esquina de Llave y Guerrero, en el centro de Coatzacoalcos. Su taxi, el 475, fue interceptado por un vehículo. Otro se colocó detrás. Bajaron a Salinas Linares, lo metieron en el primer auto y partieron con rumbo desconocido. Uno de los ocupantes de la segunda unidad abordó el taxi y ambos siguieron al primer vehículo. Luego dirían que todo ocurrió en la colonia Puerto México, donde fue hallado el carro. Su familia interpuso amparo. En los informes de las autoridades, suponían, habría indicios sobre él. Pero todas lo negaron. Estaba incomunicado, en manos del Ántrax del Tajín, el grupo antisecuestro del gobernador Javier Duarte. La procunovela de Luis Ángel Bravo Contreras va a terminar como las otras. los acusados en las calles y la impunidad a todo su nivel… ¿Quién es ese edil de Coatzacoalcos, todo un Romeo, que complace a su joven novia, así sea el mayor de los caprichos? Este sábado 20 llevó a la chica, una conductora de televisión local, a la presentación de Alejandro Fernández, “El Potrillo”, en Villahermosa, Tabasco. Lo que es el amor… A contrapelo quiere Jesús Moreno Delgado ser diputado federal por Coatzacoalcos. Se sabe desdeñado por Marcelo Montiel Montiel, su antiguo mentor; aún presente la traición cuando negoció por su cuenta con Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”—, a espaldas de MMM, y se allegó la Secretaría de Gobierno en el ayuntamiento para luego ser echado a patadas; audaz para llegar al DIF, volvió a negociar sin la venia de su patrón, sorprendido el alcalde Joaquín Caballero Rosiñol. Crisis en el marcelismo, con el disimulo del presidente municipal; con un aspirante, Víctor Rodríguez Gallegos, que no termina de encajar en el electorado; con un Jesús Moreno que intenta reventar a su corriente política, y con un Marcelo Montiel, agobiado por la enfermedad…
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