Por Iván Calderón
Primero se dijo que fue un accidente vial,
luego que fue confundido con el Chapo.
Pero al parecer el rumor se está dilucidando.
Fue en febrero de este año cuando el alcalde
de Xalapa, Américo Zúñiga Martínez viajó junto con Silem García Peña y otros
consentidos más al estado de Jalisco.
Allá el primer edil xalapeño asumió la
vicepresidencia de la Asociación Nacional de Municipios Metropolitanos y donde
según el munícipe puso muy en alto el nombre de Veracruz.
Pues bueno, después de las salutaciones y el
gran ambiente de camarería que se vivió con sus homólogos de la república se
comenta que Américo y su comitiva se fueron a celebrar.
Como no lo iban a hacer, si todo les estaba
saliendo a la perfección.
Cuenta la historia que el presidente
municipal regocijado y con el poder que le da estar un rato en el anonimato
llegó a un refinadísimo restaurante de la zona de “Andares” en Guadalajara.
Hasta aquí todo tranquilo.
Pero obvio, los veracruzanos somos de tierra
caliente y bajos los excesos de mariscos estilo Sinaloa y una que otra copa de
whisky empezaron a flirtear con unas damas que estaban sentadas en la mesa de
enfrente.
Américo ordenó
mandarles copas.
Las bellas damas respondieron al coqueteo.
Efectivamente, los
jarochos estaban triunfando en Jalisco y sin rajarse.
Lamentablementesiempre hay un pero.
En la mesa a la derecha, se encontraban otros
sujetos, quienes desde un principio no les gustó el acento de esta tierra y más
aún cuando ya estaban ligando a las tapatías.
Los bragados clientes le hablaron al gerente.
Luego de una platicada, el encargado del
lugar se acercó a la mesa del presidente municipal xalapeño.
- “Señores tienen 15 minutos para salir del
restaurant, están molestando a mis clientes”, le dijo el administrador.
Entonces Zúñiga, claramente molesto con
fuerte tono de voz reclamó, que no sabían quiénes eran ellos, que no se iba a
retirar, y que los tenía bien puestos.
Los xalapeños, no acataron la advertencia.
Se quedaron un rato más.
Luego, un sujeto de la mesa se levantó y les
indicó.
“Tienen 15 minutos para irse, o lo
lamentarán”.
Américo, envalentonado se levantó, y
nuevamente se negó.
Incluso se relata que un leve connato de
bronca Américo fue el más prepotente y que quería
provocar un encuentro físico.
Esto no quedó allí.
En 10 minutos arribaron al comedor un grupo
armado y en menos de lo que canta un gallo los levantaron.
Los visitantes fueron golpeados y amenazados.
Y respondiendo al gandallismo de Américo
Zúñiga, fue llevado a una camioneta y entre las vueltas que dieron en la ciudad
fue brutalmente lastimado.
Silem García rápidamente se movió.
Habló con Jorge Carvallo y con Bermúdez
Zurita.
El secretario de Seguridad Pública telefoneó
a su similar de aquella entidad.
En un fuerte operativo, Américo fue liberado.
No sin antes traerse unos tremendos
recuerditos de su nombramiento.
A su regreso a la
capital se dijo que el alcalde había tenido un percance automovilístico y por
ello eran sus visibles lesiones en el rostro.
Esa fue la versión oficial.
Comentan que los que
les relato es el cuento original.
En fin, esta será sólo
una anécdota más.
Lo que si no se puede dejar pasar es la
lamentable inseguridad en la que vivimos los mexicanos.
Si dicen que Veracruz es complicado, existen
otros lugares donde la cosa está que arde.
Literal.
A sus órdenes.
@IvanKalderon
Ivancalderonflores@outlook.om
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