JENARO VILLAMIL
Javier Corral y Luis Sánchez en el Senado.Foto: Benjamin Flores |
MÉXICO, D.F. (apro).- La propuesta del PAN para modificar el formato del evento sobre federalismo en el Senado, el próximo martes 30, en el que estará presente el primer mandatario Enrique Peña Nieto, detonó una confrontación entre las bancadas de Acción Nacional –apoyadas por el PT– y del PRD ante las acusaciones de que este último partido se volvió “la izquierda presidencialista” y el panismo tiene una doble moral.
A nombre de su bancada, el senador Javier Corral presentó la propuesta. Argumentó que fue la Mesa Directiva, encabezada por el perredista Miguel Barbosa, la que propuso ese formato sin que hubiera acuerdo de la Junta de Coordinación Política.
Es “un programa que anuncia un seminario-foro, pero hace de la presencia del presidente de la República la central, primera y última (…) Es el homenaje que la izquierda quiere rendir a Peña Nieto tras las reformas estructurales. Lo quieren hacer vocero del federalismo y la unidad nacional, que por ningún motivo representa Peña Nieto”, reprochó Corral.
“No nos oponemos a que Peña venga. A lo que nos oponemos es que desde aquí se diseñe para el restablecimiento, para la restauración de esa cultura presidencialista que tanto daño ha hecho al parlamento, esta vanagloria del país de un solo hombre”, abundó Corral, en medio de los aplausos de las bancadas panista y del PT, encabezadas por Manuel Bartlett y Layda Sansores, que por primera vez se sumaron a una posición del PAN.
La postura de Corral, respaldada por Roberto Gil Zuarth y Javier Lozano, encendió los ánimos en la bancada perredista. La senadora Dolores Padierna le reprochó a Acción Nacional que se opusiera al formato del evento, pero no a las 11 reformas estructurales que, dijo, “aprobaron en lo oscurito, se vieron en Los Pinos, en la presidencia, acudieron a la embajada de Estados Unidos y aprobaron las reformas sin chistar”.
Padierna les recordó que ocurrió un evento similar, con la presencia de Peña Nieto, cuando se le rindió homenaje en el Senado a las fuerzas armadas, y la presidencia de la Mesa Directiva corrió a cargo del panista Ernesto Cordero.
“El acto que va a ocurrir el 30 de septiembre es un acuerdo que tomó la Mesa Directiva donde están representados todos los partidos, incluido el PAN, y será un foro que dura tres días. (Peña Nieto) no viene a hablar, viene a inaugurar el foro y a develar una placa, a eso viene. No es un acto protocolario”, argumentó Padierna.
Esta misma posición defendieron, paradójicamente, los priistas René Juárez, Omar Fayad, Gerardo Sánchez y Enrique Burgos, quienes subieron a tribuna tratando de aplacar los ánimos que se encendieron entre panistas y perredistas a lo largo de la sesión. Hasta el senador “verde” Gerardo Flores Ramírez subió para decir que su bancada “sí fue informada” del acuerdo de la Mesa Directiva.
Sin embargo, el primer sorprendido con el evento fue el senador Martín Orozco Sandoval, presidente de la raquítica comisión del Federalismo (él es el único integrante), que no fue avisado antes. “Aparezco en el programa, lo agradezco, pero me entero por los medios”, afirmó en tribuna.
Y salieron a relucir todas las viejas rencillas entre ambos partidos, mientras los priistas observaban divertidos el pleito de la izquierda y la derecha. Incluso, el senador perredista Fidel Demédicis tuvo el desatino de calificar como “gorilas” a los integrantes del Estado Mayor Presidencial, en su fallida defensa de la presencia de Peña Nieto, y eso provocó la airada reacción de panistas y priistas que le pidieron se desdijera.
Corral y Padierna se declararon mutuo y “enorme respeto”, pero en la polémica se dieron con todo. Corral ironizó: “O sea, el PAN aprueba las reformas del gobierno ¿y el PRD hace el homenaje en el Senado? ¿Van a recibir, en serio, con bombo y platillo que plantea el programa al ‘traidor a la patria’? ¡Qué difícil situación en la que se encuentra la bancada de la izquierda!”.
Manuel Bartlett, coordinador del PT, subió para argumentar que el acuerdo de la Mesa Directiva no es del Senado, y subrayó que el Ejecutivo sólo debe acudir a la Cámara alta en las fechas que están señaladas en la Constitución. Y consideró que la presencia de Peña Nieto “es una violación a la división de poderes”.
René Juárez Cisneros, del PRI, insistió que se trata sólo de un “acto republicano” donde estarán los gobernadores, los congresos locales, los ministros de la Suprema Corte en “esta nueva y necesaria relación de colaboración con los poderes”.
Más duro, el panista Roberto Gil Zuarth indicó que, según el PRI, no fue el presidente de la República quien solicitó acudir al Senado, sino que fue invitado por la Mesa Directiva presidida por un perredista.
“Nosotros no le decimos al presidente: traidor a la patria un día, y al día siguiente le hacemos homenajes en el Senado. Esa esquizofrenia es propia de otros”, reviró el presidente de la Comisión de Justicia.
Layda Sansores recibió, por primera vez en esta legislatura, los aplausos de la bancada panista. La senadora campechana, simpatizante lopezobradorista, afirmó que el evento del próximo martes 30 es “al más puro estilo monárquico para que los senadores nos pongamos de tapete”.
“El Senado no es un set televisivo. Y si ya nos tomó de oficina de trámite, no queremos que nos tome de agencia publicitaria”, reprochó Sansores. “No tiene nada que venir a hacer, no tiene que venir aquí a hablar de federalismo, porque él no solamente no lo honra, lo pisotea”, abundó. Los panistas se pararon a aplaudirla.
En una posición más mesurada, los perredistas Alejandro Encinas y Zoé Robledo intentaron salvar del naufragio a su bancada por defender un acuerdo que tomó Miguel Barbosa.
Encinas afirmó que en el debate salió a relucir “mucho de la frivolidad en la que derivan nuestras discusiones en el Senado”. Defendió el formato y propuso, a cambio, que se restablezca la figura de la rendición de cuentas del Ejecutivo ante el Congreso y se modifique el formato para que “se venga a debatir en realidad”.
“Intuyo que el senador Encinas no está de acuerdo en las condiciones, el formato y la convocatoria del evento, que estamos discutiendo aquí”, afirmó Gil Zuarth en tribuna. “Lo que está en el centro de esta discusión es qué tipo de relación queremos con el Congreso de la Unión y el Ejecutivo: la opción de la pompa halagadora, del culto banal a la personalidad o los ejercicios constitucionales de rendición de cuentas”, abundó.
Zóe Robledo, del PRD, hizo una defensa reglamentaria del acuerdo. Afirmó que en el evento no se viola el reglamento porque estará en el patio y no en el pleno, y tampoco se tratará de un “homenaje”.
“Coincido con el senador Corral cuando dijo que nunca más un país de un solo hombre. Pero tampoco nunca más un país de una sola oposición”, reviró Robledo.
Tras casi tres horas de debate, donde los fantasmas de los antiguos aliados de la oposición salieron a relucir, la propuesta de modificar el formato se desechó por 56 votos en contra del PRI y PRD, 33 a favor del PAN y del PT, y cinco abstenciones.
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