22 de septiembre de 2014

LA RAPIÑA Y EL ENGRANAJE DEL ENGAÑO

La rapiña en el anonimato de muchos embriaga a los individuos, los envalentona y vuelve sólo una masa que se mueve en bola. En lo cotidiano, cuando el mar está en calma, la masa está ahí, una masa acrítica que alimenta este sistema de explotación y consumo. Esta rapiña nos deja al descubierto la putrefacción del capitalismo atroz. Es como si la fuerza del viento hubiera quitado la envoltura que recubre la falaz democracia, dejando al descubierto la mentira cotidiana, el ansia de poseer, el individualismo, el vacío.
Deja ver el enojo de una masa que reconoce y detesta a los poderes económicos dominantes. Esta rapiña es una forma de tomar revancha; hoy tocó a la masa, robarles, hacerles daño a los que legalmente roban, explotan, contaminan y se enriquecen a costa de la masa.
La calma volverá. Todo regresará a la normalidad, es decir a la norma. Quienes saquearon las tiendas pensarán nos los chingamos, pero ni la televisión ni el celular o la computadora que robaron los hará felices. Volverán a ser parte del engranaje del engaño, regresarán a las tiendas como consumidores, continuarán insatisfechos. Los supermercados abrirán nuevamente sus puertas; saben que esos que los saquearon volverán y seguirán enriqueciéndolos. ¿Cuántos ciclones tendremos que esperar para que nos sacudan la conciencia?


Adriana Cruz Muñoz
Luis Valdivia

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