Bajo el rubro de "Subvención Especial", los siete jefes de las bancadas de todos los partidos se autoasignaron en dos meses una partida millonaria extraordinaria. ¿A dónde fueron a parar esos fondos?
Los siete coordinadores de la Cámara de Diputados tienen un tema en el que siempre hay acuerdo: el reparto del dinero. Claro, siempre y cuando sea entre ellos.
Para muestra, un botón. A punto de terminar esta legislatura, los líderes de las bancadas recibieron 230 millones de pesos en los últimos dos meses bajo el rubro de “Subvenciones Especiales”.
Los recursos que se autoasignaron los jefes de las bancadas pudieron haber provenido de remanentes de ejercicios fiscales anteriores de la misma Cámara.
Los legisladores dejaron 60 dictámenes sin aprobar, entre ellos el de Seguridad Nacional. Y al no existir en la Ley General del Congreso de la Unión, ni en el reglamento interno, un procedimiento específico para el reparto de estos recursos, es imposible rastrear el destino final del dinero.
La actual legislatura se ha distinguido por dejar reformas pendientes, otras a medias y compromisos de última hora que son parte medular de su trabajo como diputados.
Hubo consenso, agilidad y concordia en la repartición del dinero en casa. Pero los cambios que el país requiere los detuvieron las distintas ideologías. Éstas “no se pueden traicionar”.
Toma de tribunas y sesiones reventadas fueron parte del espectáculo cotidiano en el Palacio
Legislativo.
Pero los diputados federales coincidieron en que la repartición de los 230 millones de pesos serviría para apoyar las tareas legislativas y atender los pasivos laborales.
En las actas del Comité de Administración del 8 de febrero y del 29 de marzo, los diputados se otorgaron a sí mismos la subvención especial a grupos parlamentarios.
En realidad es una ampliación de su presupuesto, que para 2012 fue de 5 mil 944 millones 198 mil 699 pesos.
La precisión, lo de menos
En el primer reparto, acordado el 8 de febrero pasado, fueron autorizados 100 millones de pesos para realizar tareas complementarias a la labor legislativa.
En ninguna parte del documento se especifica cuáles son estas labores, y tampoco las complementarias.
Pero el reparto del botín dejó como principales beneficiados al PRI, el PAN y el PRD.
El tricolor recibió 40 millones 837 mil 962 pesos; Acción Nacional, 25 millones 480 mil 962, y el partido del sol azteca, 13 millones 923 mil 848 pesos.
Los llamados partidos emergentes también recibieron su parte: el Partido Verde, 6 millones 641 mil 243 pesos; el Partido del Trabajo, 5 millones 58 mil 116; Nueva Alianza, 4 millones 108 mil 216, y Movimiento Ciudadano, 3 millones 949 mil 900 pesos.
“Que con el propósito de apoyar sus tareas legislativas y actividades complementarias para su operación, los grupos parlamentarios requieren de recursos adicionales a los autorizados”, fue la justificación para la entrega del dinero.
En la segunda fecha de reparto, el ganador fue el PRI, con 57 millones 626 mil pesos; seguido del PAN, con 35 millones, y en tercer lugar el PRD, con 18 millones 40 mil pesos.
Al Partido Verde le tocó una tajada de 7 millones 346 mil pesos; al Partido del Trabajo, 5 millones 254 mil; a Nueva Alianza, 3 millones 637 mil y a Movimiento Ciudadano, 3 millones 394 mil pesos.
El total fue de 130 millones repartidos en tan solo unos minutos, que fue lo que duró la reunión a la que no asistieron cinco de los siete diputados que integran el Comité de Administración.
El documento para el reparto del dinero nada más tiene dos firmas, la de la presidenta Mary Thelma Guajardo y la del priista Heliodoro Díaz Escárraga.
“Que con el propósito de apoyar las tareas legislativas y actividades complementarias para la operación de grupos parlamentarios y atender a sus necesidades en materia de pasivos laborales, se requiere de canalizarles recursos adicionales a los originalmente autorizados”, dice el considerando tercero del documento.
¿Reparto equitativo?
Si la “Subvención Especial” de 230 millones de pesos se repartiera equitativamente entre los 500 diputados, a cada uno le tocarían unos 460 mil pesos. Esto es más de tres veces su salario (dieta) mensual, que es de 150 mil pesos.
Pero si se repartiera con base en la cantidad de legisladores de cada grupo parlamentario, podrían llevarse casi un millón de pesos.
Éste es el caso de los legisladores de Movimiento Ciudadano, que recibió un total de 7.3 millones de pesos. A cada uno de los ocho diputados de la fracción le tocarían 918 mil pesos.
Por su parte, los priistas recibirían, en promedio, unos 415 mil pesos.
Aunque cobran, dejan pendientes
Las labores del Congreso terminaron el primero de abril pasado.
Y los legisladores dejaron al menos 60 dictámenes pendientes, entre los que destaca la Ley de Seguridad Nacional enviada por el Senado, en la que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, encabezado por el poeta Javier Sicilia, se ofreció a colaborar.
También tendrá que esperar la reforma laboral, aunque hubo iniciativas presentadas por el PAN y el PRI.
La falta de consenso entre ambas bancadas impidió que se dictaminara un proyecto que incluyera las dos visiones.
El tema del lavado de dinero tampoco avanzó a pesar de que todos los partidos argumentaron que la lucha frontal contra el narcotráfico sería más efectiva si se afectaran los intereses económicos de los cárteles.
Este proyecto avanzó en la Comisión de Hacienda, pero nunca fue consolidado. Por eso es uno de los temas que heredará la siguiente legislatura.
Hubo iniciativas que, en su momento, generaron polémica y diferencias entre partidos.
Y sobraron argumentos para justificar la falta de consensos.
Pero, ojo, cuando se reparten los millones entre ellos, no hay discusión. En este tema, todos están a favor.
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