Por Félix Blanco/.- Se dice que “La historia se presta como tragedia y las segunda se repite como una farsa”
La farsa la podemos definir como un tipo de obra teatral, que se caracteriza por mostrar hechos exagerados de la realidad. Con la intención de que el espectador capte una realidad muy evidente. Se menciona que a diferencia de la comedia, la farsa no siempre está en busca de la risa, creo sospechar que también está en busca de la vergüenza del espectador
No podemos negar que Luis Estrada ha tenido grandes éxitos en cartelera, y nuevamente lleva a las salas de cine una nueva cinta que ha titulado “La Dictadura Perfecta”, y que se estrenó este 16 de octubre del presente año, solo deseo subrayar que se las recomiendo, en efecto les aseguro que no se repetirán. El trabajo de Luis Estrada presenta una radiografía general de la política que se vive en nuestro país, existe una enorme similitud con la realidad y con las actuales figuras políticas.
Indiscutiblemente el trabajo del cineasta mexicano es rotundamente esplendido, sin bien es cierto que antes de su estreno dicha película provocó controversias y polémica, me gustaría dejar en claro que después de ver esa magnífica labor que se ha podido capturar en la pantalla, podemos llegar a la conclusión que no solo se trata de una película de ficción simplemente. En efecto podremos afirmar, que se apega mucho a una realidad en el caso mexicano. Y cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
La dictadura perfecta es una película que retrata y desnuda al poder político de nuestro país. La Película de Luis Estrada tiene el poder de colocar o quitar un presidente:“definitivamente el cine no tiene ese poder, que la televisión si tiene”… “no cabe duda que cunado el cine queda muy bien es arte y cuando queda mal es un churro”. La dictadura perfecta no solo es una producción que refleja la realidad de un país, como lo diría el propio cineasta si esta película fuera hablada en italiano sería sobre Silvio Berlusconi.
Al escuchar el título de la película “La Dictadura Perfecta”, recordé aquella participación de Vargas Llosa en donde puso a prueba a México, aquel país que se abría a la libertad. En aquella ocasión la revista vuelta organizo un encuentro de intelectuales al amparo de una convocatoria denominada “El siglo XX la experiencia de la libertad” en un programa televisivo muy conocido que fue organizado por Octavio Paz y moderado por Enrique Krauze el 30 de agosto de 1990.
En el periodo presidencial de Carlos Salinas de Gortari. Y en dicho programa Vargas Llosa inmortalizo la frase: “La Dictadura Perfecta”. Y lo que se dijo en ese encuentro de intelectuales provocó agudas polémicas. Quizá las misma polémicas que han surgido en el caso de las películas de Luis Estrada, que han llevado al espectador a la crítica, al análisis y que han provocado un sacudimiento de la conciencia, como lo hizo en un momento en ese programa la intervención Mario Vargas Llosa, en torno al sistema político mexicano.
En aquel debate Octavio Paz, había exonerado a México de pertenecer a la tradición dictatorial latinoamericana, argumentando que en México, era un hecho,- no han habido dictaduras militares, pero que México había padecido la dominación hegemónica de un partido. Por el contrario Vargas Llosa no exonero a México de las dictaduras latinoamericanas, y argumento bajo una serie de premisas que México encajaba en esa tradición de las dictaduras, con un matiz muy particular, y que es según él era más bien en una agravante. Y sobre el caso mexicano menciono que el percibía el sistema político mexicano con una fórmula que llamo “México es la Dictadura Perfecta”.
Agrego en también en aquel encuentro: que la dictadura perfecta no era el comunismo, no era la Unión Soviética, no era Fidel Castro, era México porqué está según él era la dictadura camuflada de tal modo que puede parecer no ser una dictadura, pero tiene de hecho si uno escarba todas las características de la dictadura, tiene la permanencia –no de un hombre-, pero si de un partido, un partido quees inamovible, un partido que concede suficiente espacio para la crítica, en la medida de que esa crítica le sirva, porque confirma que es un partido democrático, pero que suprime por todos los medios incluso los peores aquella crítica que de alguna manera venga con una retórica de izquierda, para lo cual a lo largo de su historia recluto muy eficientemente a los intelectuales, a la inteligencia. Yo no creo que haya en América Latina ningún caso de sistema de dictadura que haya reclutado tan eficientemente al medio intelectual sobornándolo de una manera muy sutil a través de trabajos, a través de nombramientos, a través de cargos públicos, sin exigirle una duración sistemática como hacen los dictadores vulgares, por el contrario pidiéndole más bien una actitud crítica, porque esa era la mejor manera de garantizar la permanencia de ese partido en el poder, un partido de hecho único porque era el partido que financiaba a los partidos opositores.
Al final creo que la película “La Dictadura Perfecta” deje entrever una interrogante. “La gran pregunta que la película pondrá en la mesa es si la televisión volverá a poner a un presidente”…
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