Millones de mexicanos rechazaron la elección de Enrique Peña Nieto como presidente de México en 2012. Con un 38% de los votos, su legitimidad ha sido cuestionada desde entonces por un amplio sector de la sociedad, en su mayoría integrado por universitarios y profesionistas.
El bastión del mandatario mexicano siempre ha sido la clase popular, la más frágil a los embates mediáticos de la televisión, su gran aliado durante y después de la campaña. Sin embargo a raíz de la crisis que se desató por la desaparición de 43 estudiantes normalistas en Iguala, Guerrero, el rechazo a Peña Nieto se ha generalizado, su popularidad se derrumbó pese al derroche de recursos públicos en ellay la presión para que renuncie cada vez cobra más fuerza.
Durante las últimas semanas miles de personas han salido a las calles dentro y fuera de México con una voz en común: “Renuncia Peña Nieto”. El hashtag#RenunciaEPN, conglomera en Twitter el sentimiento de hartazgo en todos sus matices. Articulistas y periodistas también esgrimen argumentos por los que se debería de dar la improbable pero no imposible dimisión del mandatario.
Estas son 8 razones que los críticos argumentan para proponer al presidente de México que renuncie.
1 – Huye de los problemas
“Peña Nieto actuó con incomprensible indiferencia y negligencia (en el caso Ayotzinapa): se tardó 11 días en hablar en público desde que ocurrieron las desapariciones; se ha negado a realizar una solaconferencia de prensa o una entrevista con un periodista independiente –de hecho, no ha respondido a una sola pregunta sobre el tema; y tuvieron que pasar 33 días para reunirse con los padres de los estudiantes desaparecidos. Todos errores. Eso es precisamente lo que un presidente no debe hacer nunca.
Un presidente nunca debe esconderse y Peña Nieto se ha escondido. No ha querido dar la cara. Me ha tocado cubrir muchas crisis internacionales y los mandatarios, generalmente, salen en público, responden preguntas y toman responsabilidad de los hechos. No es el caso de Peña Nieto. Y cuando el presidente no preside y se achica, deja al país a la deriva.”. Escribió el periodista Jorge Ramos el 3 de noviembre en su sitio web.
El ataque a un grupo de estudiantes normalistas por orden del alcalde de Iguala dejó al descubierto la debilidad del estado mexicano, pues el funcionario actuaba con fines criminales al amparo del poder. La presidencia de la República, instancia suprema del gobierno, no atina a dar una respuesta o proponer una reforma judicial, elemento rebasado por el poder del narcotráfico.
2 – No tiene el control de las fuerzas armadas
“La comprobada ineptitud de su gobierno, así como la enorme desconfianza social en su persona a raíz de la masacre de Iguala obligaría al parlamento a emitir una moción de censura para destituirlo a él y a todo su gabinete, así como llamar a nuevas elecciones federales.
Bajo el mando de Peña como comandante en jefe de las fuerzas armadas, el Ejército obedece ciegamente las órdenes del crimen organizado en municipios infiltrados por el narcotráfico.
El problema central no es de debilidad, sino de parcialidad institucional. La única forma para corregir el rumbo sería lograr que las fuerzas militares y las otras fuerzas de seguridad se coloquen bajo el mando de la sociedad en lugar de los criminales”, escribió en su columna de opinión para La Jornada, John M. Ackerman el 10 de noviembre.
3 – Su honestidad está en duda
En medio de la tragedia estalló un nuevo escándalo en torno al presidente mexicano. Un reportaje de Aristegui Noticias, puso al descubierto la compra que hizo su esposa, Angélica Rivera, de una casa con un valor de $7 millones de dólares.
La oficina de la presidencia de la República se apresuró a aclarar que el inmueble es propiedad de la Sra. Rivera y que están casados por bienes separados, sin embargo la lujosa residencia le fue trasferida por Televisa y se la está pagando a Grupo Higa, corporativo claramente favorecido con contratos públicos durante la gestión de Peña Nieto como gobernador del Estado de México.
La empresa además había ganado junto a un consorcio chino, la licitación por más de 3,700 millones de dólares de la construcción de un tren rápido entre la Ciudad de México y Querétaro. Curiosamente, días antes de la publicación del reportaje, Peña Nieto de forma inédita, desconoció el concurso y convocó a una nueva licitación, “para que no hubiera dudas”.
Según la politóloga, Denise Dresser, esto como mínimo es un caso de ‘conflicto de intereses’ y ‘favoritismo’ al amparo del poder.
4 – Es incompetente frente a la violencia
Como una consigna la administración de Peña Nieto intentó ignorar la violencia provocada por los carteles del narcotráfico y reducir al mínimo la información pública sobre los sucesos, sin embargo, el número de delitos se ha incrementado respecto a su predecesor, Felipe Calderón.
8,000 personas han desaparecido durante sus dos años de gobierno. En 2013 hubo 1,698 secuestros denunciados (15% más que en cualquier año de Calderón) y 22,732 asesinatos. Además en el 40% de los hogares mexicanos, al menos un miembro ha sido víctima de delito. 67% de la población percibe su lugar de residencia como inseguro, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
En la búsqueda de los estudiantes normalistas se encontraron al menos 12 fosas clandestinas con restos humanos que no pertenecían a ellos. Hasta el momento se desconoce cómo y por quién fueron arrojados ahí.
El periodista español, Melchor Miralles, sintetizó de una manera tan contundente como cruenta los niveles que alcanza la violencia en México, luego de casi ser secuestrado: “México ha terminado siendo un cementerio más que un país”.
5 – No tiene futuro
Los próximos cuatro de su mandato se vislumbran largos y oscuros, pues no tiene convocatoria social.
Sin el apoyo popular, poco y nada podrá hacer el mandatario para impulsar el crecimiento en el país. No habrá iniciativa o gira en el extranjero exenta de manifestaciones de rechazo.
Ni como candidato pudo, ni como presidente podrá acudir a una universidad sin desatar un alboroto. Jorge Ramos, lo explicó de la siguiente forma: “Es irónico que uno de los presidentes más jóvenes que ha tenido México haya perdido el apoyo de los jóvenes. El futuro ya le dio la espalda a Peña Nieto”.
6 – Apostó por la economía y ha fallado
El presidente mexicano se jugó su capital político al aprobar polémicas reformas sin consenso popular: La reforma educativa, hacendaria y energética abrieron profundas divisiones en la opinión pública y entre el congreso mexicano.
Después de dos años de gobierno el crecimiento económico ha sido nulo. La deuda pública se ha incrementado notoriamente, pasó de 6.7% en 2013 a 14.1% en 2014.
Después de su segundo informe de gobierno el Observatorio económico de México informó que las condiciones económicas empeoraron en seis variables: inflación, inversión, competitividad, valor agregado de las exportaciones, bienestar y deuda pública y mejoraron en dos: estado de derecho y acceso al capital.
7 – Su renuncia sería el primer paso del empoderamiento social
Para nadie es un secreto que México está bajo del dominio de poderes fácticos: Las esferas de poder económico mueven sus piezas en un sistema político a modo para maximizar sus ganancias. Un reducido número de empresarios aglomera la mayor parte de la riqueza, mientras que millones de personas están en el umbral de la pobreza.
Estos poderes echaron a andar la maquinaria electoral y junto a la fuerza de los consorcios televisivos lograron encumbrar la carrera política de un servidor público sin merecimientos para ser presidente. Enrique Peña Nieto como gobernador del Estado de México dejó más sombras que luces, sin embargo llegó a la jefatura del poder ejecutivo.
Su dimisión sería el primer paso para que la sociedad recupere el terreno perdido ante los consorcios. Sería la muestra contundente de que el interés de las masas debe prevalecer sobre el de unos cuantos.
8 – Si no puede… renuncie
“Si usted no tiene la capacidad para darnos la respuesta ya, también debe estar pensando lo mismo que el gobernador de Guerrero (renunciar), porque también tiene responsabilidad. ¿A los cuántos días el gobierno federal toma el caso? O sea que hoy estamos aquí con la intención de ponerle un plazo no mayor de dos, tres días de tener resultados concretos”… Felipe de la Cruz Sandoval, padre de uno de los normalistasque sobrevivieron al ataque en Iguala.
Ramos y Ackerman fueron claros en sus opiniones sobre que la renuncia de Peña Nieto es prácticamente inimaginable. Además el Congreso no tiene la fuerza ni la dignidad para abordar la posibilidad de pedir su dimisión. No obstante, el presidente es y será el blanco favorito de la población, orillada por un gobierno ineficiente hasta el hartazgo.
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