MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- De pie, micrófono en mano, viendo al presidente Enrique Peña Nieto, Felipe de la Cruz Sandoval, padre de uno de los normalistas que sobrevivió al ataque a balazos contra estudiantes del pasado 26 de septiembre en Iguala, del que resultaron 6 muertos y 43 estudiantes desaparecidos, le dijo:
“Si usted no tiene la capacidad para darnos la respuesta ya, también debe estar pensando lo mismo que el gobernador de Guerrero, porque también tiene responsabilidad. ¿A los cuántos días el gobierno federal toma el caso? O sea que hoy estamos aquí con la intención de ponerle un plazo no mayor de dos, tres días de tener resultados concretos”.
Era la tarde noche del 29 de octubre cuando Peña Nieto recibió en Los Pinos a los padres de los estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa de los que no se sabe si están vivos o fueron asesinados.
De la Cruz continuó. Peña Nieto sin corbata, camisa blanca, escuchaba, sentado entre el secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong y el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam. Los demás padres de familia permanecían atentos portando las fotografías de sus hijos que en esa fecha llevaban más de 30 días desaparecidos.
“La agonía es larga. Si usted ve el enojo de cada uno de los padres, la desesperación, no creo que a partir de este día, usted también pueda dormir tranquilo. Son 43 desaparecidos de manera forzada por elementos de la Policía Preventiva de Iguala, un presidente municipal que usted sabía quién era”, acusó De la Cruz.
El video de 5 minutos con 47 segundos, captado con un teléfono celular, fue colocado en la página de la red social Facebook por un usuario identificado como Yosh de la Cruz, al parecer hijo de Felipe de la Cruz y quien en su “muro” tiene diferentes imágenes de este encuentro realizado la noche del miércoles 29 de octubre en la residencia oficial de Los Pinos.
En su intervención, De la Cruz Sandoval precisa que su hijo se salvó de morir asesinado debido a que le habló por teléfono mientras los policías municipales estaban “acribillando” a los estudiantes.
“Que si mi hijo no me hubiera hablando en el momento de los hechos, también estaría en estas fotos (las que portaban los papás frente a Peña Nieto), y gracias a Dios tuvo la oportunidad de comunicarse conmigo en el momento en el que estaban acribillando a los jóvenes. Él iba a junto con el compañero Aldo, que está ahorita en coma. Juntos, cuando cayó su compañero, él empezó a gritar que eran estudiantes. Entonces, para nosotros definitivamente ya llegamos al límite de la tolerancia y la paciencia; estamos en la última instancia como mexicanos, exigiéndole a usted como presidente respuesta inmediata a la presentación de los 43 jóvenes desaparecidos…”
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