Por Mussio Cárdenas Arellano/ Informe Rojo
Casi todo le sale
mal a Javier Duarte. Casi todo. Lo que sí supo fue engañar al Congreso federal,
arrancarle 500 millones de pesos, prometer un hospital de especialidades
en Coatzacoalcos y no decirles que el terreno donde se edificará no es
propiedad del gobierno de Veracruz. Eso es audacia perversa.
Javier Duarte de mal en peor
De estirpe le viene
la tentación inmobiliaria. Su familia tiene delirio por los terrenos ajenos.
Pillado una vez con un chalet en Maricopa, Arizona, su refugio en la
clandestinidad, el gobernador se ha pulido hasta perder la vergüenza hasta
quedarse con lo que no le es propio.
Su nueva hazaña
tiene que ver con el hospital de especialidades, una obra a realizar de mil
millones de pesos, enclavada en el poniente de Coatzacoalcos, pomposamente
llamado el “Hospital de Karime” por supuestas gestiones de su esposa, Karime
Macías Tubilla, un proyecto cuyos cimentos no se hallan bajo tierra sino en una
nube de la ilusión.
En teoría, el
frustrado hospital constaría de casi 100 camas, por lo menos 10 especialidades,
con capacidad para ofrecer el servicio a habitantes de 55 a 60 municipios del
sur, entre un millón 600 mil y un millón 800 mil veracruzanos, según
pregonaba en mayo pasado el todavía secretario de Salud, Juan Antonio Nemi Dib.
Nemi afirmaba que
ya se disponía de un terreno “donado por el INDEVER (antes INVIVIENDA) y que lo
que falta es escriturarlo a nombre de Servicios de Salud de Veracruz”.
Restaba presentar
el manifiesto de impacto ambiental y de construcción. Ya disponía del proyecto
ejecutivo, lo que permitiría de un momento a otro iniciar la construcción.
El 26 de junio,
personal de la Secretaría de Salud recorrió el predio en que se construiría el
hospital de alta especialidad. Arenoso, cercano a la playa de Coatzacoalcos,
el terreno de 3.6 hectáreas se halla al final de la última etapa del malecón
costero, cerrado ese tramo por diversas grietas y losas destruidas por las
constantes lluvias, evidente la falta de calidad de la obra realizada
por el ex alcalde Marco César Theurel Cotero —“Te rompo tu puta madre”— a
través de sus compañías favoritas, Indheca, Haus y Decoe, cuyos titulares son
amigos, comadres y empleados desde que era secretario de Comunicaciones de
Veracruz.
Textualmente, la
misma Karime Macías advertía que el predio era propiedad de la reserva
territorial Duport-Ostión. Falso.
Lo que no tiene el
proyecto es terreno donde edificarse. No acredita Javier Duarte la propiedad,
así diga la versión oficial que su titular es INDEVER.
Documentos
notariales, actuaciones judiciales, sentencias y hasta una inscripción en el
Registro Público de la Propiedad, permiten determinar que el gobierno de
Veracruz perdió toda potestad sobre el terreno en que hoy pretende edificar el
Hospital de Karime.
Antes de ser
reserva territorial esa propiedad ya se denominaba “La Calzada”. Fue propiedad
de Elena Palacios de González, quien el 21 de diciembre de 1945, le vendió a
Carmen Riquer Rodríguez para sus hijos Facundo y Apolinar Riquer Uscanga, y
su hija Rufina Riquer de Alor. Tenía una extensión de 70.21 hectáreas, según la
escritura 1,292, levantada ante la fe del notario número uno entonces de
Minatitlán, pero con residencia en Coatzacoalcos, Juan de Dios Rodríguez Cruz.
La operación se pactó en 60 mil pesos.
El terreno se halla
desde el puente sobre el río Calzadas, cercano al Instituto Tecnológico
Superior de Coatzacoalcos y corre paralelo al entronque con el inicio de la
carretera a Barrillas, colonia Lomas de Barrillas y desemboca en la playa de
Coatzacoalcos.
Años después
vendría la expropiación a favor del proyecto Puerto Industrial del Ostión,
finalmente frustrado. Al no realizarse, los dueños de los predios recuperaron
sus tierras.
El 4 de enero de 1997,
el empresario y más tarde alcalde, Armando Rotter Maldonado, pactó la compra de
una fracción de las 70 hectáreas. Adquirió de Facundo, Apolinar y Rufina Riquer
la cantidad de 2.17 hectáreas.
Sin embargo, entró
en conflicto con los ex propietarios y con el gobierno de Veracruz, quien en
1994 obtuvo la reserva territorial de manos del gobierno federal, pero el
notario público número 2, Juan Hillman Jiménez (actual notario 4 de
Coatzacoalcos) modificó las coordenadas de los planos para consumar el despojo
a los propietarios originales. sin embargo, lo hizo incorrectamente pues el
área asignada al gobierno veracruzano no cierra el polígono, lo que no le
permite demostrar sus dimensiones reales.
Rotter tramitó un
juicio de adjudicación por prescripción positiva. Facundo, Apolinar y Rufina
Riquer fueron declarados en rebeldía. El único que se inconformó fue el
Registro Público de la Propiedad de Coatzacoalcos.
Rotter no sólo
reclamó la propiedad del predio. También exigió la cancelación de la nota
marginal número 11 que aparecía sobre la escritura original del terreno “La
Calzada”. En ella se hacía referencia a los derechos del gobierno de Veracruz
sobre parte del predio, incluido donde hoy se pretende construir el “Hospital
de Karime”.
Lo logró el 5 de
septiembre de 2011. Acreditó ser posesionario y propietario de las 2.17
hectáreas. Pero lo más significativo fue, sin embargo, la cancelación de la
nota marginal que le otorgaba al gobierno de Veracruz derechos sobre una amplia
fracción del predio “La Calzada”. Así lo ordenó la juez Sexta de Primera
Instancia, Juana Sagrero Luna.
Tres meses después,
el 16 de diciembre de 2011, el notario público número 14 de Coatzacoalcos,
Enrique de Jesús Aguilar Urcelay, elaboró la escritura pública 13,300,
sustentado en la sentencia de la juez Sexta.
Fue inscrita en el
Registro Público de la Propiedad, bajo el número 3762, el 10 de agosto de 2012.
Vencidos los tiempos para inconformarse, emitidos los edictos, no impugnados,
el gobierno de Veracruz perdió su calidad de propietario en esa fracción de la
reserva territorial.
Sobre el predio “La
Calzada”, no reserva territorial, pretende el gordobés Javier Duarte edificar
el hospital de alta especialidad. Quiere construir en terreno ajeno.
No fue leal Javier
Duarte con el Congreso federal. Tramitó la asignación de recursos para el
“Hospital de Karime”, a sabiendas que desde el 10 de agosto de 2012 el terreno
de 3.6 hectáreas había dejado de pertenecer al gobierno de Veracruz.
Taimado,
evidentemente maniobrero, Javier Duarte ha dejado correr la fantasía. Promueve
también recorridos al predio; que se difunda que ahí se realizará el proyecto;
que anuncie el traslado de los recursos a las cuentas del gobierno de Veracruz.
El 5 de julio, el
director de Financiamiento de la Comisión Nacional de Protección en Salud
(Seguro Popular), Antonio Chemor Ruiz, anunció que los 500 millones del
gobierno federal para financiar el hospital de alta especialidad serían
remitidos de inmediato al gobierno veracruzano. El Congreso federal había
recibido la solicitud de Javier Duarte y la aprobó en mayo de 2014. Engaño a
los diputados federales integrantes de la Comisión de Salud.
Javier Duarte
embarcó hasta al Presidente Enrique Peña Nieto. Textualmente Chemor Ruiz dijo:
“Yo quisiera
comentarle que el gobierno de la república está a sus órdenes desde la Comisión
Nacional de Protección Social en Salud y quiero compartirle que el Presidente
firmó varios compromisos, uno de ellos es el hospital de alta especialidad en
el sur de Veracruz, en Coatzacoalcos y para lo cual están a la disposición 500
millones de pesos para que puedan llevar la medicina de alta especialidad al
sur de Veracruz”.
Duarte solicitó al
Congreso de Veracruz, el 22 de octubre, la autorización para enajenar a título
gratuito el predio donde pretende construir el Hospital de Karime. Decía que es
parte de la reserva territorial. Le fue autorizada en la sesión del 11 de
noviembre.
Inmensamente perverso,
Javier Duarte sabía desde dos años antes, el 10 de agosto de 2012, que el
predio donde intenta edificar el Hospital de Karime no es propiedad del
gobierno de Veracruz.
Por eso encarceló
al notario Enrique Aguilar Urcelay. Por eso cierra el círculo sobre el ex
alcalde Armando Rotter Maldonado. Por eso pretende apoderarse de la notaría 14
y desaparecer todo vestigio de los terrenos perdidos en juicio y rehabilitar la
nota marginal número 11 que da derecho al gobierno de Veracruz sobre el predio
“La Calzada” como parte expropiada y convertida en reserva territorial.
Es el abuso del
poder. Es el atropello a la ley. Es el engaño al Congreso federal y al
Presidente Enrique Peña Nieto en un negocio de 500 millones de pesos enviados
desde el altiplano y otros 500 millones que saldrán del erario veracruzano.
Todo sea por el
malogrado Hospital de Karime.
Archivo muerto
Provocador nato, incendiario
político, Erick Lagos Hernández sólo tiene el más retorcido sentimiento hacia
la presa Yuribia, usados sus oficios para convertir a Coatzacoalcos en un
infierno. Reventó la última negociación, envió al operador de la Secretaría
de Gobierno de Veracruz, José Luis Utrera Alcázar, a faltarle al respeto a los
habitantes de Tatahuicapan y ahora se niega a aportar una solución. Medio
millón de habitantes padecen la escasez de agua en el sur de Veracruz por culpa
suya, por sus promesas incumplidas, por su verbo y falsedad. Al límite los
ayuntamientos de Coatzacoalcos,
Minatitlán y Cosoleacaque, sus ediles convertidos en el blanco de críticas,
desatada la ira, por demás justificada, de la sociedad, que es la que está
sufriendo la escasez, a un paso de una crisis sanitaria, y el secretario Erick
Lagos evade el caso Yuribia. Él lo provocó y él se mantiene al margen. Cuida
así el pupilo de Fidel Herrera, el alumno superando al maestro, su proyecto de
diputación. Quiere serlo por Acayucan, al precio que sea, comprando a la
oposición, burlado el pueblo. Valiente secretario de Gobierno tiene Veracruz:
es truculento, malintencionado, instigador de acciones radicales en
Tatahuicapan, que él debió resolver, pero que por su naturaleza perversa le da
para hacer pero no para deshacer. En Erick Lagos eso no es defecto, es
enfermedad incurable… Dos hermanos con orden de aprehensión no es algo común y
menos si se es líder estatal del Partido Encuentro Social. Gonzalo Guízar
Valladares tiene ese privilegio, justo cuando el PES se apresta a cachar
los pocos votos que pueda para mantener su registro o resignarse a causar
lástima como suelen hacerlo los partidos satélite, que viven del PRI,
sostenidos por gobiernos priístas. Gertrudis y Gilberto Guízar Valladares
enfrentan denuncias penales por invasión del predio Almendros, propiedad de
Gestiones Inmobiliarias Arkitektur, despojo, fraude, fraccionamiento indebido,
daño ambiental. Su negocio, además de sorprender incautos, es robarse la tierra
de un terreno del Instituto de Pensiones del Estado, detrás de Punta Caracol,
al poniente de Coatzacoalcos, con la venia, por supuesto, de toda la corte
duartista y hasta de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente. Quizá
por ello, muy fresco, muy desparpajado, gritaba Tulle Guízar que por qué madres
tenía que declarar judicialmente si ellos, los Guízar, “están blindados”, si el
acuerdo con el gobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, es que nadie los
toque, que nadie les aplique la ley. O sea, el gordobés Javier Duarte cómplice
de los ladrones de terrenos. Y en el Juzgado Primero de Primera Instancia,
incluido el juez Guillermo Vargas, se volteaban a ver entre sí. Los
“blindados”, pues, ya tienen sus respectivas órdenes de aprehensión. Y así, una
vez en la cárcel, le han de ayudar al PES de Gonzalo a cosechar más votos. Hay
más… Mundillo de traiciones, golpes bajos, delaciones, lo peor de la pitufada
azul salió a relucir en la renovación de su dirigencia municipal de
Coatzacoalcos. Otrora seguidor de los hermanos Brito Molina —Edgar y Miguel
Ángel—, José Luis Sosa Franco en cuanto pudo los hizo a un lado. Se postuló,
hizo campaña, alzó polvo y perdió. Y con Sosa Franco perdieron otros, los
panistas-marcelistas Pedro Hernández y Juvenal Patiño, quien hasta familiares
incrustó en la planilla; el regidor Víctor Esparza Pérez; José Carlos Lara
Hinojosa, primo del ex presidente Felipe Calderón; Efraín Martínez, a quien le
tocó ir a cosechar votos y fue lo que menos consiguió; hasta el
panista-perredista Alejandro Wong Ramos quiso maniobrar a favor de Sosa Franco
y el cartucho no prendió. Ganó la dirigencia del PAN en Coatzacoalcos la
fórmula Saúl González-Efraín Aguilar, un empresario y un ejecutivo bancario.
Obedecen a las corrientes de los hermanos Brito, Fernando Nieto y el ex regidor
Claudio Cahuich, alianza entre pipos y yunistas…
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