México SA
- Recorte y confección
- Deuda pública a tope
- ¿Lo mejor, por venir?
Emocionado hasta la
lágrima, en diciembre de 2012 el recién estrenado inquilino de Los Pinos
aseguraba quevienen, de eso estoy convencido, mejores tiempos para todos los
mexicanos, porque éste es el momento de México, y por lo mismo ofrecía resultados
tangibles a corto plazo. De allí en adelante todo fue repetir hasta el
cansancio que lo mejor está por venir, y en ese disco trillado el coro
siempre fue por cortesía de Luis Videgaray.
Dos años y pico después, losmejores
tiempos se mantienen en lista de espera, el momento de México es
el mismo de hace tres décadas y aquello de que lo mejor está por venir se
materializa en un severo recorte presupuestal (que todo hace suponer no será el
único) que de nueva cuenta condena a la de por sí raquítica tendencia
económica. Entonces, si bien va, la primera mitad del sexenio de quienes
asegurabansaber gobernar se sumará a los no pocos años perdidos que
acumula esta República de promesas y discursos.
Llueve sobre mojado, en una tormenta
que se prolonga por tres décadas a lo largo de las cuales el gobierno federal,
con sus seis caretasdistintas, ha hecho lo mismo para terminar exactamente
igual. Y en este sentido, al puro estilo calderonista, Videgaray aplicó la
técnica yo no fui, fue Teté, y se apresuró a decir queMéxico no es la
causa del deterioro de las condiciones internacionales. Con Calderón esta
evasiva le costó al país un desplome de 6.5 por ciento del PIB. A ver cuánto le
cuesta con la delministro.
Y mientras se anuncian recortes aquí y
allá (en todo menos en las prebendas de la burocracia dorada), los mexicanos
siguen pagando una millonada por una voluminosa y creciente deuda pública que
ni de lejos se traduce en beneficios para el país.
De acuerdo con el más reciente reporte
de la Secretaría de Hacienda, por un lado se posponen o de plano se cancelan
proyectos de inversión, porque no hay dinero, según dice. Sin embargo, por el
otro, a lo largo de 2015 de las arcas nacionales saldrá alrededor de un billón
200 mil millones de pesos (casi diez tantos más que el monto del recorte anunciado
por el ministro) para el pago de la deuda (interna y externa) del sector
público: más de un billón por débito interno y casi 200 mil millones por débito
externo.
No hay para invertir, ni un clavo para
generar mayor riqueza ni empleo, pero sí, y de forma abundante, para cubrir los
intereses de la veloz carrera de endeudamiento público que ha caracterizado a
la administración peñanietista. Y lo peor del caso es que, aún con esa catarata
de pagos, el nivel de deuda pública se mantiene al alza.
Como bien lo documenta La
Jornada (Roberto González Amador), “el gobierno del presidente Enrique
Peña Nieto llevó el saldo de la deuda del sector público federal a un nuevo
máximo histórico. Desde el inicio de la actual administración el endeudamiento
contratado con acreedores internos y externos ha crecido en 2 mil millones de
pesos diarios. Medida como proporción del tamaño de la economía, la deuda
alcanzó el nivel más elevado en 24 años.
“Al cierre de 2014, el saldo de la
deuda del sector público federal se situó en 6 billones 948 mil 276.7 millones
de pesos. La cantidad es mayor en 16.9 por ciento a la de finales de 2013.
Comparada con la registrada en diciembre de 2012, cuando inició el gobierno,
acumuló en los dos años un crecimiento de 29.8 por ciento, de acuerdo con la
información de la Secretaría de Hacienda. La deuda del sector público incluye
los pasivos contratados en el mercado interno mediante la emisión de bonos y
con acreedores en el exterior. El endeudamiento del sector público creció en un
billón 595 mil 482 millones de pesos desde el inicio del actual gobierno. Ello
equivale a un aumento de 2 mil 99.3 millones de pesos diarios, en promedio, de
acuerdo con los datos de la dependencia.
Sin embargo, no incluye el costo del
rescate de bancos y carreteras, realizados con cargo al erario en el gobierno
del ex presidente Ernesto Zedillo. En este sentido, según la cifras de
Hacienda, al cierre de 2014 el saldo del Fobaproa-IPAB (el rescatebancario
de 1995) sumó 863 mil millones de pesos, mientras el Farac (el rescate carretero)
fue de 165 mil millones de pesos. Ello, con todo y que puntualmente los
mexicanos han pagado carretadas de dinero a lo largo de 20 años, en el caso del
primero, y 18 años, en el segundo, mientras en el mismo periodo los
bancosrescatados se han hinchado de utilidades y las carreteras rescatadasen
no pocas ocasiones han regresado a quienes las reventaron, por cortesía del
propio gobierno rescatador.
Con Peña Nieto en Los Pinos, losmejores
tiempos para todos los mexicanos se han traducido (más allá del raquitismo
económico y la ausencia de bienestar) en un aumento de la deuda (interna y
externa) del sector público de 5.3 puntos porcentuales del PIB, para cerrar
2014 en un nivel equivalente a 38.3 por ciento del producto interno bruto, la
proporción más elevada de los últimos 25 años. Como detalla La Jornada, el
tamaño de la deuda como proporción del producto interno bruto es el más elevado
desde diciembre de 1990, cuando el endeudamiento del sector público era
equivalente a 43 por ciento del PIB, de acuerdo con los datos de Hacienda.
Así, incluyendo todos los adeudos
(cuando menos los reconocidos como tal), quiéranlo o no los mexicanos cargan
sobre sus espaldas un débito de 7 billones 447 mil millones de pesos, monto
equivalente a 41 por ciento del producto interno bruto, algo así como 62 mil
pesos por habitante, incluidos los recién nacidos, sin que ninguno de ellos
registre los prometidos beneficios de la deuda.
Como se ha comentado en este espacio,
el pago de esa voluminosa deuda (en realidad los intereses, porque el saldo no
deja de crecer) recae mayoritariamente en los más fregados. El 65 por ciento de
los mexicanos ocupados (en términos laborales, claro está) obtiene un ingreso
que va de cero a tres salarios mínimos, y el incremento de la deuda pública por
habitante sólo en lo que va del sexenio peñanietista ha sido cercano a 30 por
ciento, y por si fuera poco les recortan el presupuesto. Bien lo resume el jefe
de Gobierno del Distrito Federal: la tan cacareada estabilidad del país
descansa en la miseria de la mayoría.
Las rebanadas del pastel
Entonces, ¿quién fue el iluso que aseguró que no nos volverían a
saquear?
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
fuente: la jornada
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