Fernando Inés Carmona
Orizaba, Ver.- Con el incremento de hasta el ocho por ciento de presupuesto a las fuerzas armadas, el gobierno federal acrecienta la pobreza del país y en las zonas indígenas se continúa con las condiciones de miseria, explotación e incluso en algunos casos se promueve la esclavitud como única forma de ingresos económicos.
En este sentido Adolfo Tlaxcala, vocero del Tinam (Unión de Todos los Pueblos Pobres) señala que en la sierra de Zongolica existen al menos 250 comunidades que pertenecen a más de 17 municipios de esta región.
“La situación de injusticia que prevalece en la región no es diferente a la que se vive en el resto del país: pobreza, marginación, explotación, miseria, migración masiva y obligada, así como la exclusión de los derechos humanos y constitucionales más elementales, a lo que se suma la opresión política de antaño que prevalece en la actualidad”.
En el campo de la sierra de Zongolica, puntualiza, “nos encontramos rezagados y marginados, el abandono de la actividad productiva y elemental para el mejoramiento de nuestra economía provoca serios problemas, producimos para el autoconsumo y nuestra producción siempre es acaparada por los coyotes de la región a cambio de precios injustos por nuestro café, plátano, naranja, tepejilote, maíz, aguacate, caña entre otros”.
El Estado mexicano “obedece a intereses puramente políticos, principalmente manifestados en periodos electorales mediante programas que para nada resuelven el problema agrario, sólo mediatizan el descontento del pueblo y utilizan la ignorancia y su despolitización del mismo para acapararlos”.
Pero mientras el campo se muere de hambre, “el gobierno federal gasta millones de pesos en la militarización de nuestro país, cifras oficiales hablan de un incremento del ocho por ciento del presupuesto en materia de seguridad nacional con relación al año pasado, es decir 98.293 millones de pesos mexicanos destinados para la Secretaria de la Defensa Nacional (Sedena) y la Secretaría de Marina (Semar) y el campo se muere de hambre”.
“El objetivo es garantizar la permanencia del poder económico y político por medio de sangre y fuego, así como el control y exterminio del pueblo mexicano como parte de la contrainsurgencia. Esto es el Estado policiaco-militar”, expone.
En nuestro país cada vez más se polariza la sociedad con más de 90 millones de pobres de los cuales se encuentra más de 60 millones en la miseria, “producto de la crisis del sistema capitalista. Mientras que un puñado de 13 familias oligarcas, sigue acumulando riquezas, mediante la explotación del hombre por el hombre, de la fuerza de trabajo del asalariado y el saqueo irracionales de los recursos naturales”.
Las condiciones en el campo mexicano “hacen imposible la subsistencia del campesino y se le obliga a descuidar e incluso abandonar sus parcelas y emigran para terminar trabajando en las enormes extensiones de campo de los terratenientes y caciques a cambio de promesas de mejora de sus condiciones de vida a través del pago de diferentes rubros como pasaje, comida hospedaje y una buena remuneración económica”.
Por la ignorancia, muchos son enganchados y los promueven en estos centros de explotación y opresión tanto de hombres como de mujeres y niños. “Condiciones miserables y de hacinamiento donde se promueve la prostitución, drogadicción y alcoholismo, así como las violaciones, acoso sexual tanto a mujeres como a hombres. Abusos que flagrantemente violan los derechos humanos y constitucionales”.
La criminalización de la pobreza y la protesta popular va en aumento inclusive con los sectores no organizados; práctica sistemática de la ejecución de crímenes de lesa humanidad como la detención, desaparición forzada por motivos políticos y sociales, detenciones extrajudiciales, encarcelamientos, ejecuciones extrajudiciales, tortura, así como el hostigamiento la persecución y amenazas, todo ello con pleno consentimiento de la oligarquía nacional y el imperialismo norteamericano”.
LA JORNADA VERACRUZ
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