Perfilando
Por:
Iván Calderón
Pese
a que hace seis años todo el aparato de la fidelidad sabía perfectamente que
Javier Duarte de Ochoa sería el candidato a gobernador, en estos tiempos, en
Veracruz, aún no hay nada para nadie.
En
el centro del país se sabe de la situación.
La
baraja está muy amplia, y el tiempo se agota.
Es
cierto, el Revolucionario Institucional de querer ganar la próxima gubernatura,
deberá de hacerlo en el marco de la unidad.
Aquí
está el detalle.
A
la candidatura, deberá de llegar un personaje que tenga la habilidad de acordar
con todas las fuerzas internas del partido rojo, para luego hacerle frente a un
panismo que con, o sin Miguel Ángel Yunes Linares, lidiará una batalla
electoral que en términos coloquiales jarochos, será a madrazo limpio.
Aunque
la caballada dentro del PRI es amplia, en el periodo de cierre figuran dos
personajes, José Yunes Zorrilla y Erick Lagos Hernández.
Dicen
que ellos dos.
Nadie
más.
Pepe,
continúa endureciendo su discurso, mientras que Héctor Yunes, y otros tantos,
están quedando rezagados.
Por
su parte, Erick Lagos Hernández desde que inició su aventura política como
diputado local fue desarrollado para ser gobernador.
A
su paso como Subsecretario de Gobierno, Presidente del PRI y Secretario General
de Gobierno, mantuvo gran cercanía con todas las corrientes políticas del
estado.
Ahora,
como coordinador de la segunda bancada más grande de la República, está
acordando su regreso triunfal a Veracruz.
Lagos,
quizá sea el único personaje que mantiene una estrecha relación con Pepe Yunes.
Además,
el oriundo de ciudad Isla, ha cosechado importantes amigos en institutos
políticos alternos al partidazo.
Dentro
del PRD, así como de Alternativa Veracruzana, Encuentro Social y hasta con
secciones del Acción Nacional figuran sus aliados.
Por
lo tanto, Erick es poseedor de un mosaico político único en Veracruz que lo
ayuda a tener su fuerza electoral.
Incluso
en el ideario colectivo, el ahora diputado federal de 40 años nunca ha sido
bajado del carro de la sucesión.
Es
más, desde su llegada al gabinete de Javier Duarte se dijo que él sería el
indicado.
Hay
que decirlo, el próximo candidato a la gubernatura de 2 años, no será ni el más
posicionado, o el más mediático, o quienes digan los resentidos del Duartismo.
Ni
mucho menos será quien dé más manotazos.
Quién
abandere al PRI de Veracruz para buscar el famoso bienio, será quién represente
el consenso del partido, y ofrezca la continuidad para el 2018.
La
próxima gubernatura para el PRI de Veracruz no será de caprichos o rencores,
tendrá que ser buscando acuerdos y estabilidad.
De
lo contrario, están perdidos.
Quien
sea el jefe de las instituciones del estado por 730 días, tiene que llegar
mediante una alianza indiscutible donde los veracruzanos sean los principales
beneficiados, para encabezar así un gobierno de transición y preparar los
escenarios para el siguiente sexenio.
Mientras
tanto, Pepe y Erick siguen en la mira.
Ambos
están dispuestos, y entre estos nombres quizás figuren el dos o el de seis.
Si
no, al tiempo.
@IvanKalderon
Facebook:
ivancalderonflores
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