El Museo Nacional de Arqueología de
Bagdad reabrió sus puertas el 3 de julio del 2003. Lo hizo con apenas unas
decenas de las 170.000 piezas que fueron robadas durante la guerra de Irak. Los
visitantes que accedieron al museo comprobaron con rabia la magnitud del
saqueo.
Los saqueadores en este caso fueron soldados principalmente estadounidenses a diferencia de la destrucción de museos en Siria que fue echa principalmente por terroristas, en ambos casos se empeñaron en destruir y vaciar los museos para borrar a favor del sionismo mas de 70 siglos de historia.
En el caso del Museo Nacional de Bagdad reunía la historia de las civilizaciones que comenzaron a florecer en las fértiles llanuras de Mesopotamia hace más de 7.000 años. Pero, una vez que las tropas estadounidenses entraron con fuerzas suficientes para acabar con el régimen de Sadam Husein, en 48 horas el museo fue destrozado y saqueado y, al menos, 50.000 piezas fueron robadas.
La magnitud del desastre puede ser uno de los mayores desastres culturales en la historia de Oriente Próximo. El museo fue cerrado en los años noventa y lo que ocurrió en sus salas fue mantenido en secreto
El relato de los responsables del museo arrojó un poco de luz, aunque no está claro si las piezas de oro, plata y cobre, de valor incalculable, sus antiguas piedras y cerámicas fueron escondidas y guardadas. Lo que está claro es que sus 28 salas, así como los sótanos, fueron arrasadas. Los responsables de la institución mostraron su desesperación y su rabia hacia las tropas estadounidenses, mientras intentan trazar un inventario de lo que se han llevado los saqueadores. Los soldados de EEUU sólo aparecieron durante media hora y se llevaron todo, no quedo nada, según los responsables de la institución, en un museo que ha sido considerado por los arqueólogos y otros especialistas como el más importante de Oriente Próximo.
Como ejemplos de lo que ha desaparecido, citan un arpa de oro del periodo sumerio (3360 antes de Cristo). Otra pieza que aparece en la lista es una escultura con la cabeza de una mujer de Uruk, una de las grandes ciudades sumerias. Pero una lista difícilmente puede captar la fotografía del desastre: habia trozos de cerámicas rotas por todo el museo, papeles quemados, olor a gasolina. Un catálogo chamuscado de la exposición La ruta de la seda, que tuvo lugar en Nara (Japón) en 1988, relata alguna de las piezas que provenían de Bagdad: tablillas cuneiformes, urnas, bustos, fragmentos de alfombras. "Todo se ha ido, todo, en dos días", relataba Raid Abdul Ridhar Mohamed. Este arqueólogo fue a buscar a las tropas estadounidenses y relató el pillaje, en el que participaron niños, mujeres, hombres y grupos armados, que se llevaban las piezas en carretillas o a cuestas.
La identidad de un país, su valor y su civilización residen en su historia". "Si la civilización de un país es saqueada, es el final de la historia. Dígaselo al presidente Bush. Prometió liberar al pueblo iraquí, pero esto no es liberación, es humillación".
En la imagen el arqueólogo Dr. Abdullah y la Amal al-Jubouri lloran de impotencia por la devastación histórica que dejo a su paso las tropas estadounidenses que habían prometido liberar a Irak en ese entonces, pero solo se dedicaron a matar y humillar a pueblo entero.
Los saqueadores en este caso fueron soldados principalmente estadounidenses a diferencia de la destrucción de museos en Siria que fue echa principalmente por terroristas, en ambos casos se empeñaron en destruir y vaciar los museos para borrar a favor del sionismo mas de 70 siglos de historia.
En el caso del Museo Nacional de Bagdad reunía la historia de las civilizaciones que comenzaron a florecer en las fértiles llanuras de Mesopotamia hace más de 7.000 años. Pero, una vez que las tropas estadounidenses entraron con fuerzas suficientes para acabar con el régimen de Sadam Husein, en 48 horas el museo fue destrozado y saqueado y, al menos, 50.000 piezas fueron robadas.
La magnitud del desastre puede ser uno de los mayores desastres culturales en la historia de Oriente Próximo. El museo fue cerrado en los años noventa y lo que ocurrió en sus salas fue mantenido en secreto
El relato de los responsables del museo arrojó un poco de luz, aunque no está claro si las piezas de oro, plata y cobre, de valor incalculable, sus antiguas piedras y cerámicas fueron escondidas y guardadas. Lo que está claro es que sus 28 salas, así como los sótanos, fueron arrasadas. Los responsables de la institución mostraron su desesperación y su rabia hacia las tropas estadounidenses, mientras intentan trazar un inventario de lo que se han llevado los saqueadores. Los soldados de EEUU sólo aparecieron durante media hora y se llevaron todo, no quedo nada, según los responsables de la institución, en un museo que ha sido considerado por los arqueólogos y otros especialistas como el más importante de Oriente Próximo.
Como ejemplos de lo que ha desaparecido, citan un arpa de oro del periodo sumerio (3360 antes de Cristo). Otra pieza que aparece en la lista es una escultura con la cabeza de una mujer de Uruk, una de las grandes ciudades sumerias. Pero una lista difícilmente puede captar la fotografía del desastre: habia trozos de cerámicas rotas por todo el museo, papeles quemados, olor a gasolina. Un catálogo chamuscado de la exposición La ruta de la seda, que tuvo lugar en Nara (Japón) en 1988, relata alguna de las piezas que provenían de Bagdad: tablillas cuneiformes, urnas, bustos, fragmentos de alfombras. "Todo se ha ido, todo, en dos días", relataba Raid Abdul Ridhar Mohamed. Este arqueólogo fue a buscar a las tropas estadounidenses y relató el pillaje, en el que participaron niños, mujeres, hombres y grupos armados, que se llevaban las piezas en carretillas o a cuestas.
La identidad de un país, su valor y su civilización residen en su historia". "Si la civilización de un país es saqueada, es el final de la historia. Dígaselo al presidente Bush. Prometió liberar al pueblo iraquí, pero esto no es liberación, es humillación".
En la imagen el arqueólogo Dr. Abdullah y la Amal al-Jubouri lloran de impotencia por la devastación histórica que dejo a su paso las tropas estadounidenses que habían prometido liberar a Irak en ese entonces, pero solo se dedicaron a matar y humillar a pueblo entero.
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