25 de septiembre de 2019

LA MUERTE DE GARZA SADA, LA LIGA COMUNISTA 23 DE SEPTIEMBRE Y LA RENUNCIA DE PEDRO SALMERÓN

Pedro Salmerón, quien encabezaba el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México (INEHRM), recordó la muerte del empresario Eugenio Garza Sada, en su artículo se decía que los miembros de la Liga Comunista 23 de Septiembre, la más grande guerrilla urbana de la década del 70, eran jóvenes valientes. La prensa burguesa al unísono condenó a Salmerón, al igual que el ex presidente Felipe Calderón, el propio Consejo Coordinador Empresarial, entre muchos otros. Ante esa embestida Pedro Salmerón tuvo que renunciar de su cargo al frente del INEHRM.
¿Por qué tanta rabia de la burguesía ante este acontecimiento? La guerra sucia es uno de los episodios más negros de nuestra historia. Después de las masacres estudiantiles del 2 de octubre de 1968 y del 10 de junio de 1971, un grupo de jóvenes decidió que el camino a seguir era la lucha armada. Podemos coincidir en su estrategia y tácticas o, como en nuestro caso, no hacerlo, pero no se puede dudar de su valentía. Ellos lucharon por principios, querían un cambio profundo en la sociedad, aspiraban al socialismo. El camino que eligieron les llevó a dejar sus familias, su seguridad, fueron torturados física y psicológicamente, encarcelados, desaparecidos y asesinados.
Cuando surge el movimiento de 1968 lo que se buscaban eran mayores libertades democráticas, la represión de los gobiernos de Ordáz y Echeverría llevó a una radicalización de la juventud. Algunos se fueron a las fábricas a organizar a la clase obrera, otros formaron grandes organizaciones populares como las colonias en torno a Tierra y Libertad, ortos lucharon por la democratización de las universidades, algunos se fueron por la vía de democratizar las instituciones estatales existentes y otros compañeros no vieron otro camino más que el de la guerrilla, en parte como reacción al reformismo que mantuvo el Partido Comunista Mexicano. La agrupación de varios pequeños grupos guerrilleros llevó a la formación de la Liga Comunista 23 de septiembre. Fue la enorme represión estatal lo que provocó la violencia social.
El movimiento guerrillero urbano de los años 70 tuvo que recurrir a los secuestros como medios de presión y financiamiento. Tuvieron algunos éxitos en este camino, aunque a un costo muy grande, perdiendo a muchos de sus compañeros y cuadros. Esto llevó a que la clase capitalista se sintiera en riesgo y comenzaran a critica fuerte al presidente Luis Echeverría, quién, dicho de paso, tenía una doble política, hacia afuera podía dar asilo a guerrilleros latinoamericanos y hacia adentro actuaba con terror. Pero la burguesía no veía este segundo caso que se maquilaba tras bambalinas.
Un comando armado de La Liga emprendió una acción de gran envergadura, el secuestro del prominente empresario regiomontano, Eugenio Garza Sada, en Monterrey, que terminó en fracaso con el empresario muerto. Este acontecimiento llevó a un enfrentamiento abierto entre la clase capitalista y el gobierno de Luis Echeverría, al grado que fabricaron la versión de que fue un comando de la Liga, bajo las órdenes del presidente, quien mandó a asesinar a Garza Sada. Este caso sigue levantando grandes pasiones a la reaccionaria burguesía mexicana.
El objetivo de la guerrilla no era asesinar al gran burgués, dirigente del Grupo Monterrey, esto se dio como consecuencia de que la operación no salió bien, en medio del fuego cruzado. Los guerrilleros querían negociar la liberación de presos políticos y un rescate financiero, aún herido lo cargaron con la intención de llevarlo a una casa de seguridad, pero al desvanecerse desistieron de esto. Dentro del proceso jurídico de este caso salió a la luz que la guardia personal del empresario tenía la orden de asesinarlo si la guerrilla intentaba secuestrarlo.
Para darnos una idea del actuar bestial del gobierno de Echeverría, basta decir que ofrecieron a los Garza Sada una ofrenda terrorífica. Dos guerrilleros de la Liga, Salvador Corral García e Ignacio Olivares Torres (el Sebas), fueron capturados después de un gran operativo, fueron llevados a las oficinas de la Dirección General de Seguridad y torturados hasta la muerte. “Ambos fueron detenidos y sus cadáveres aparecieron destrozados el 7 de febrero de 1974. El primero en Guadalajara con hematomas en el cuerpo, los huesos rotos, clavos de viga en las rodillas y en los hombros, la quijada quebrada y la masa encefálica expuesta. El segundo, en Monterrey [dejando en el mismo barrio de los Garza Sada], con múltiples fracturas, seriamente lastimado (Castellanos, Laura, México Armado, p. 220).
Como explicamos en nuestro documento “Las ondas expansivas: las luchas por hacer la revolución después de 1968” (que recomendamos para quien quiera profundizar sobre la historia de la Liga Comunista 23 de Septiembre, minilink.es/4620), los compañeros de la Liga buscaron atajos, querían defender los intereses del pueblo pero terminaron alejándose de él, actuaron con una actitud sectaria viendo en ocasiones a los reformistas o elementos con quienes no coincidían como el enemigo central a vencer; buscaron oponerse al reformismo estalinista pero no pudieron desarrollar una alternativa política consistente. Eso explica por qué al final muchos miembros de la Liga no tuvieron un final consecuente en la lucha de clases. Estas acciones sólo justificaron una mayor represión y ayudaron a fortalecer al Estado, aunque a la larga éste tuvo que retroceder en una serie de aspectos y dar algunas concesiones democráticas.
La muerte de Garza Sada, uno de los grandes hombres de la clase dominante, no es perdonada por la burguesía mexicana, eso explica en parte su reacción histérica frente al comentario de Salmerón. Lo segundo es que hoy no se sienten identificados por el actual gobierno al que ven distante y como un peligro para sus intereses. Por otro lado, ellos habían tenido una versión oficial de la historia que hoy se cuestiona. Esta etapa de la lucha guerrillera, de la guerra sucia, y de la lucha de clases general la han querido ocultar y les desagrada que hoy se comente de nuevo. Por eso armaron una campaña enorme contra Paco Ignacio Taibo II en su momento quien llegó a decir que había que expropiar a la burguesía si querían boicotear la economía durante el nuevo gobierno, también criticaron las declaraciones del subsecretario de educación superior, Luciano Concheiro, que en un foro sobre los 100 años del Partido Comunista Mexicano dijo que el comunismo era vigente y necesario.
Hoy la prensa burguesa arremetió contra Pedro Salmerón, historiador que ha hecho algunas aportaciones en los estudios históricos de México y el rescate de las clases explotadas, aunque su actuar político ha sido conciliador. En su columna con el que lo atacan, en realidad daba mucho reconocimiento al papel de Garza Sada, además de señalar la valentía de los miembros de la Liga. Señala:
“A Garza Sada sus admiradores lo recuerdan como el multimillonario que usaba un auto anticuado y vestía sencillamente, que rechazaba consumos ostentosos y utilizaba sus ganancias para crear más empleos y mejorar las condiciones de vida de sus obreros y empleados”.
En el pasado, Salmerón ha tratado de justificar históricamente la política frentepopulista de alianza con la burguesía dentro de Morena y el nuevo gobierno. Ha tenido un actuar titubeante y conciliador y eso no le ha salvado. En el momento de los ataques de la prensa burguesa no pudo reaccionar, le pasaron encima sin meter las manos y casi de inmediato puso a disposición su cargo al presidente. La Secretaria de Cultura, Alejandra Fausto, le tomó la palabra y nombro al también historiador de izquierda, Felipe Ávila al frente del INEHRM. AMLO aunque lamentó su renuncia la aceptó y lamentándose dijo que Salmerón es mejor investigador que funcionario. Esto es un síntoma de debilidad, pues este intelectual moderado de izquierda cae bajo la presión de la opinión pública burguesa sin defensa política seria. Salmerón cayó víctima de su propia política titubeante, en lugar de cerrar sus cuentas en redes sociales, hubiera defendido su afirmación de que los miembros de la Liga Comunista fueron valientes, eso hubiera encontrado simpatía en muchos militantes e intelectuales de izquierda que hubiéramos salido en su defensa.
En medio de este debate, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha pedido disculpas a Martha Camacho Loaiza, ex militante de la Liga 23 de Septiembre, quien fuera secuestrada con 8 meses de embarazo junto a su compañero José Manuel Alapizco Lizárraga y llevados a instalaciones militares. De su compañero no se supo nada más y es uno de los tantos desaparecidos de la guerra sucia. Esto es un buen gesto del nuevo gobierno pero completamente insuficiente, ante todo hay que sentar las bases para que esto no ocurra nunca más. El actuar del Estado en el caso Ayotzinapa nos deja muchas dudas de que habrá justicia y la firme convicción que este aparato criminal sirve a los intereses de los mafiosos y empresarios y que debe ser destruido para crear un nuevo Estado en defensa de los intereses de los explotados.
Condenamos los ataques contra Pedro Salmerón por parte de la reacción burguesa. Es necesario dar una ofensiva, también en el terreno ideológico, contra la burguesía y a sus plumas pagadas, rescatar el legado de la lucha de clases, incluyendo el aprender del heroísmo y disciplina de la Liga y de sus errores ultraizquierdistas, de bajo nivel político y sectarios.

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