Por Alejandro López Munguía -
22 octubre, 2020 253 0
A menudo escuchamos a los políticos quejarse de un ataque de los medios, de los periodistas, de los analistas, y no siempre es verdad. Un ataque tiene características muy precisas, y tiene diferencias muy claras con una crítica.
Por definición una crítica es “el conjunto de
opiniones o juicios que responden a un análisis y que pueden resultar positivos
o negativos. Por su parte un ataque es “hecho o dicho con que se critica con
fuerza a una persona o una organización, una idea, etc.”.
Al político, hombre o mujer, no le agrada la crítica,
de donde venga y en la forma que sea. Esto hay que dejarlo muy en claro y no es
que sean malos políticos, lo que pasa es que es parte de la naturaleza del ser
humano que no han logrado superar.
Un ataque se da cuando la persona es literalmente
insultada. Por ejemplo, “menganito de tal, es un pendejo, que vaya a chingar a
su madre, se gasta el dinero del pueblo…”.
Una crítica tiene otra estructura, por ejemplo
“menganito de tal, miembro de la 4T, se muestra incongruente, ya que predica la
austeridad, pero ahora que tiene covid, en vez de atenderse en el Imss o en el
Issste como lo dijo el presidente AMLO, lo hace en un hospital privado”.
Ciertamente existe un ataque cuando hay consigna
contra algún político en especial, y se resaltan sus gestos, sus palabras, sus
movimientos. Por ejemplo cuando se le toma una foto metiéndose el dedo en la
nariz. O cuando dice una palabra y se le llama “estúpido” o “burro”, el mejor
ejemplo fue cuando Peña Nieto no supo decir los tres libros que marcaron su
vida. A partir de ello, nada volvió a ser igual, recibió insultos por todos
lados.
Una crítica siempre es positiva, aunque la quieran ver
como negativa. La crítica es crítica y no tiene doble sentido, tiene un
propósito y genera un efecto.
Ejemplo, “el presidente AMLO no ha logrado que su
mensaje de austeridad permee en el Morena, pues los miembros de este movimiento
que ocupan altos cargos dentro del partido y del gobierno federal, continúan
usando vehículos de lujo y se rodean de guaruras. Esta situación da al traste
con la prédica del mandatario, que al mismo tiempo es el guía moral del
partido. La 4T se trastoca con esta incongruencia”.
Esto no es un ataque, sino un señalamiento de un hecho
real.
Cuando la realidad es inobjetable, no puede ser
descalificada.
En muchas ocasiones he escuchado que se me dice “tú no
quieres al movimiento (Morena)”, porque lo critico mucho. Querer no significa
callar. ¿Cómo puede un analista callar ente una incongruencia?. Imposible.
Diferenciar un ataque de una crítica es fácil. Si el
señalamiento viene sin argumentos, pero viene cargado de insultos y
descalificaciones, entonces es un ataque. Ahora que si llega describiendo un
hecho real, consumado, tangible, con argumentos.
Aquí un ejemplo más ilustrativo “el político tal, se
ve un mamarracho con la corbata desalineada, seguro viene borracho”, esto es un
ataque. “El político tal, debiera arreglarse la corbata desalineada, ya que da
una mala impresión de su persona, y del cargo que debe cuidar”, esto es una
crítica.
El presidente AMLO asegura que es el mandatario más
atacado de la historia, lo cual es un error. No se le ataca, se le critica. Y
mire que el país está de cabeza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario