09/11/2020
El Instituto Occidental
para la Cooperación de Seguridad, antes llamado Escuela de las Américas
(propiedad del Departamento de Defensa de los Estado Unidos) establecido en
1946 en Panamá, y trasladado en 1984 a Fort Benning, Georgia, EE.UU., es el
lugar de adiestramiento militar de todos los ejércitos de América Latina (a
excepción del ejercito cubano después del triunfo de la revolución).
Las cúpulas de los
ejércitos ahí formados, han sido condecoradas en varias partes del mundo y
elevados a rangos de secretarios de las Fuerzas Armadas, incluso a presidentes
de varios países.
Están formados para
accionar bajo el control de Estados Unidos, para cuidar minuto a minuto y
milímetro a milímetro, los intereses de la oligarquía financiera y el
imperialismo, por lo tanto, los ejércitos de América Latina (entre ellos las
Fuerzas Armadas de México) están supervisados por el Instituto Occidental para
la Cooperación en Seguridad de los EE.UU., directamente o, a través de la
Agencia Central de Inteligencia (CIA), el Buró Federal de Investigación (FBI) y
la Administración para el Control de Drogas (DEA). La CIA, FBI, y DEA han
reclutado un alto porcentaje de las estructuras militares de los ejércitos y
fuerzas de seguridad “ciudadanas” de los países del continente americano,
recibiendo el status de “informantes” y en la práctica, de meros instrumentos
serviles a los intereses de EE.UU.
La detención de Salvador Cienfuegos, ex
secretario de la Secretaria de Defensa Nacional (SEDENA), y Genaro García Luna,
ex secretario de la SSPyPC, del Centro de Investigación y Seguridad Nacional
(CISEN), titular y creador de la Agencia de Investigación Federal (AFI) y de la
Policía Federal, deja al descubierto, no el alto grado criminal que logra un
soldado o un funcionario, sino, lo que significa el grado actual de
descomposición del sistema capitalista y su ejército protector.
Las leyes mexicanas
escritas de las instituciones y las leyes a valores entendidos de la
delincuencia, son dos expresiones de la defensa de la propiedad privada y de la
expropiación permanente de los proletarios de parte de los patrones que es
protegida violentamente por las fuerzas encargadas de la seguridad nacional y
la seguridad que mal llaman ciudadana, que más bien es una seguridad de clase,
es decir, al servicio de la burguesía.
Frente a la detención
del ex Secretario Cienfuegos, el mismo Andrés Manuel, quiso enjuagar la imagen
de este personaje y la imagen de las fuerzas armadas en su conjunto al pedir
que no se les linche mediáticamente, etc., y al seguir señalando que el
ejército es pueblo uniformado, pero el caso de Tlatlaya y de los 43
normalistas, por mencionar los más recientes, dan muestra de la maquinaria de
muerte que representa el ejército al estar al servicio de la oligarquía y el
imperialismo. Calderón pudo gobernar porque movilizó al ejército en las calles
contra el pueblo usando el pretexto del narcotráfico, lo mismo hizo Peña Nieto,
ahora Andrés Manuel los utiliza porque los proyectos extractivistas de la
oligarquía financiera requieren seguridad para realizarse, de ahí el paso de la
Guardia Nacional.
La detención de Emilio
de Lozoya, Genaro García Luna y ahora del militar, muestra la corrupción
individual e institucional de la burguesía y sus personeros, no es cuestiones
solo de personas…es la descomposición de su clase social parasitaria.
Ahora Andrés Manuel
quiere revivir las putrefactas instituciones burguesas, pero ni la delincuencia
minó a las instituciones burguesas, ni las instituciones burguesas minaron a la
delincuencia, simplemente bailan al mismo son y comparten la vía de acumulación
de riquezas, sea cual sea la ruta, los encargados de hacer las leyes dejan
vacíos intencionales, y por último, de común acuerdo, comparten territorios.
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