por Lilia Baizabal
“En política pasa como en las matemáticas: todo lo que no es totalmente correcto, está mal.” Edward Kennedy
Por fin tras las presiones de algunos diputados del PAN, la Comisión de Vigilancia de la legislatura local, que preside Américo Zúñiga, informó que ascienden a poco más de 253 millones de pesos, el daño al erario público que alcaldes de varios partidos, habrían cometido en el año 2011.
Lo lógico sería que los diputados soliciten acción penal contra los tres alcaldes que según ellos, fueron encontrados responsables del mayor saqueo y lo ilógico sería que como siempre, los perdonen y nos endilguen un “borrón y cuenta nueva”.
No nos extrañaría en lo más mínimo que los señores diputados hayan “pactado” acuerdos y ninguno de esos pillos que se robaron más de 256 millones de pesos, sean investigados, desaforados, procesados o exhortados a devolver algo de lo que se no les cuadró. Nada, siempre todo queda en meras declaraciones.
Como tampoco sorprendió saber que los legisladores priistas subieron a votación el dictamen de aprobación de cuenta pública 2011, sin haberla hecho pública, o entregado una copia a sus homólogos de la oposición, al menos 48 horas antes para que los diputados, tuvieran tiempo de verificar y saber qué iban a sufragar.
Lo más raro fue conocer que los alcaldes “mano larga”, resultaron ser representantes de municipios pequeños, muy pequeños. Como el de Xico representado por un panista, al que según la investigación, “se le perdieron” poco más de 104 millones de pesos.
O el de Fortín de las Flores que representa un priista al que le detectó un faltante en las arcas de solo 48 millones de pesos, cuando la oposición había conocido un desvío superior a los 200 millones de pesos. ¿Qué paso aquí?. Dónde quedaron los recursos faltantes.
Y que me dicen del alcalde perredista de Jamapa que tampoco pudo comprobar un faltante de casi 12 millones de pesos.
¿Y las cuentas de los municipios grandes?. Nos van a decir que ningún alcalde de ayuntamiento importante, le metió “las manos al cajón”. Eso no se los cree absolutamente nadie, pero como siempre, los diputados creen que la población “se chupa el dedo”.
No cabe duda que la rendición de cuentas no forma parte del vocabulario de los diputados locales. Se nota que no les preocupa tampoco que los ediles cumplan con su obligación de entregar cuentas “claras” a los ciudadanos.
¿Será creíble el dictamen de dicha cuenta aprobada por los diputados del PRI y sus comparsas del PANAL?.
¡Qué lástima que la fracción priista que controla la Comisión de Vigilancia, ejerza su ¿irresponsabilidad? de manera ciegamente partidista, para proteger, 5 años después, los desastres, las irregularidades y la corrupción de los alcaldes del PRI y algunos de la oposición, que representan a los municipios que manejan los presupuestos más importantes del estado. ¡Que lástima!.
Sí se trata de politizar la rendición de cuentas, los diputados del tricolor, no abonan a la transparencia pues ocultan por todos los medios dictámenes que no se pueden aprobar sin analizarse y presentados de un momento a otro.
No pueden pasarse la vida, protegiendo exalcaldes y alcaldes que traicionan la confianza de los electores. Ni hablar de la forma de escamotear la rendición de cuentas de los ediles en funciones, siguiendo el mismo patrón.
Si no fuera grotesco, sería para reír. ¿La solidaridad partidista será tan fuerte como para defender casos indefendibles?. Urge un mínimo de decencia en el análisis de las cuentas públicas si se pretende tener un mínimo de credibilidad señores diputados, hasta dónde más van a llegar.
Sinceramente, ni ellos mismos, creen en el dictamen que aprobaron con prisas la tarde noche de ayer. Documento que fue elaborado por el Órgano Superior de Fiscalización (ORFIS); otra dependencia que hasta el momento, sigue dando mucho de qué hablar por la falta de probidad y honestidad de quienes lo representan.
Directores del ORFIS van y vienen y jamás convencen los dictámenes que presentan ante los diputados locales yla opinión pública. Será casualidad o coincidencia que nunca detecten las irregulares en los manejos de los recursos públicos o sigue la vieja costumbre de “apoyar a los amigos” y pedir sanciones para los “enemigos”. Usted qué creen.
Observamos entonces que estamos ante un Congreso empantanado, en donde la gran mayoría de los temas relevantes habrán de estar condenados a los grilletes del empate, y a decidirse por posibles acuerdos con los partidos que hoy hacen las veces de bisagra.
Sospecho que de esta legislatura a punto de concluir, no puede esperarse mucho más. Las actuaciones de los diputados nos refrendan hasta el último momento que estamos ante untrienio casi perdido en materia legislativa para el Estado y obviamente, en detrimento de los intereses ciudadanos.
Ante tan alicaído escenario e informaciones que indignan, quizá sea buen momento para queONGs, Iniciativa Privada y demás actores reflexionen si vale o no la pena gastar energía y tiempo en tratos con el Congreso y sufragar para que lleguen de legisladores un montón de parásitos que se duermen, votan con línea y hasta se convierten en millonarios luego de tantos “acuerdos en lo oscuro” con alcaldes y funcionarios estatales.
¡Lástima!. ¡Lástima!
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