Los grupos paramilitares de los cárteles del narcotráfico de México se ubican como parte de “la tercera generación del crimen”, y son más grandes y poderosos que las pandillas, por usar la violencia y la intimidación para debilitar a las instituciones gubernamentales y corromper la autoridad del Estado, afirma un reporte de Hal Brands, del Instituto de Estudios Estratégicos del Colegio de Guerra del Ejército de EU.
El reporte, que no refleja precisamente la posición del Gobierno de Estados Unidos, alerta sobre el crecimiento de grupos paramilitares en México, algunos de los cuales son utilizados por los cárteles del narcotráfico para dominar territorios e incluso retar al Estado.
Al respecto, refiere que grupos paramilitares de México son sospechosos de montar incursiones armadas a lo largo de la frontera entre ambos países para proteger cargamentos de droga, “como el ex oficial del Departamento de Estado Ray Walser señalaba: desde la Revolución Mexicana la violencia en México no representaba un desafío tan inquietante para la seguridad de Estados Unidos”.
Desde 2008 Hal Brands ha realizado un seguimiento de la situación en México y del surgimiento de grupos paramilitares, e incluso ha planteado que se modifique la estrategia de Estados Unidos para combatir a los cárteles de la droga mexicanos abordándolos como insurgencia, aspectos que oficialmente han sido negados por el Departamento de Estado Norteamericano.
En su análisis, Brands afirma que en México “se está observando una transición del gangsterismo tradicional de asesinos a sueldo, a terrorismo paramilitar con tácticas de guerrilla”.
Al respecto, asegura que los cárteles mexicanos del narcotráfico utilizan fuerza paramilitar privada, la cual emplea armas avanzadas y se distinguen por su brutalidad. En este sentido, destaca, “Los Zetas” son considerados un ejército privado “tecnológicamente más avanzado, sofisticado y violento”.
“La brutalidad de grupos como ‘Los Zetas’, y su habilidad para explotar publicitariamente esto, permite a los cárteles dominar la información. El gobierno mexicano debe confrontar este aspecto si aspira a redirigir la actual sensación de inseguridad pública”, opina Brands.
Desde 2006, refiere, México ha experimentado un incremento acelerado de violencia “como parte de lo que debe ser descrito como una multinarcoinsurgencia; los bien financiados cárteles están haciendo una guerra contra el gobierno, y otra para controlar los corredores de droga hacia EU”.
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