Jorge González Rojas, integrante de la dirigencia colegiada del Partido del Trabajo (PT) |
Fernando Inés Carmona - viernes, octubre 07, 2011
Orizaba, Ver.- México vive una innovadora colonialización, primero le reducen las fuentes de empleo a empresas nacionales; segundo, hay una amplia dependencia de las economías internacionales, y tercero, hace que los jóvenes en las ciudades y las zonas indígenas “sean carne de cañón para la delincuencia”.
Jorge González Rojas, integrante de la dirigencia colegiada del Partido del Trabajo (PT), hace un balance de las condiciones económicas al inicio del último trimestre del año. Advierte una reducción de la actividad laboral en el país, producto de la política económica nacional:
“El neoliberalismo nos ha reducido a ser un país exportador de materias primas energéticas y minerales para fortalecer la economía de los países desarrollados, donde tienen su matriz las trasnacionales industriales, comerciales y agrícolas”.
Este escenario, dice, “lo definimos como un nuevo colonialismo, es decir, el nuevo imperialismo. Su saqueo ha socavado la industria nacional, el comercio local y la agricultura mexicana, trayendo como consecuencia graves repercusiones sociales, como son el desempleo y salarios miserables, causas de la desnutrición, insalubridad y la falta de oportunidades de los hijos de la clase trabajadora del país para trascender a través de la educación”.
Las condiciones económicas, aclara, “que repercuten en las políticas sociales, esta es la causa principal de la descomposición social, que se refleja con los altos índices de criminalidad y violencia en las calles”, señala.
“La globalización y el neoliberalismo como estrategia del capital trasnacional para concentrar la industria, el comercio, los servicios y la banca en lo trasnacional arrasa con las economías locales de los países en desarrollo y México no es la excepción”, añade.
Pero en este panorama, “los gobiernos de países como el nuestro, por ignorancia o complicidad generan condiciones para poner en manos de las trasnacionales norteamericanas y europeas la industria, el comercio, los servicios y la banca. Este problema no tenemos desde hace 29 años, y lo único que logró es que se ha concentrado su fuerza y esfuerzo en mantener bajo control los indicadores macroeconómicos en beneficio de las trasnacionales, a costa de debilitar la economía real”.
Un ejemplo de ello, expone, con las condiciones en las que actualmente se encuentra el tipo de cambio: “Mantener a la alza el peso mexicano frente al dólar, disminuir la inflación, aumentar las reservas de divisas, mantener altas las tasas de interés, mantener bajo control la disciplina fiscal. Son las prioridades de los gobiernos neoliberales como el nuestro”.
Esto ocasiona, agrega, “que la industria nacional y el campo mexicano sean abandonados a su suerte, en los últimos 29 años de neoliberalismo en nuestro país”.
El mejor ejemplo que tenemos, añade, "es el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado el 17 de diciembre de 1992 por el priísta Carlos Salinas de Gortari. Tratado que entra en vigor el 1º de enero de 1994, ha sido la causa principal de la desmantelación de la industria nacional y el quebranto del campo mexicano, que nos ha llevado como país a perder soberanía alimentaria y ser un alto importador de manufacturas por el debilitamiento de la producción nacional, agrícola e industrial".
"Hoy, en el escenario de las economías mundiales, sólo somos un país exportador de materias primas energéticas y minerales para fortalecer la economía de los países desarrollados, donde tienen su matriz las trasnacionales industriales, comerciales y agrícolas”.
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