Las
movilizaciones de protesta de los trabajadores de la educación agrupados en el
magisterio democrático, van más allá de la simple oposición a la reforma
educativa, ante todo son una manifestación política del rechazo al régimen
autoritario que vivimos.
Expresa
a la vez el grado de polarización política que existe en el país, por un lado
el gobierno antipopular y la oligarquía mexicana que a golpe de cañonazos
mediáticos y albazos legislativos pretenden imponer contra viento y marea
reformas lesivas al pueblo trabajador; del otro lado está el pueblo trabajador constituido
por diferentes sectores que levantan su grito de oposición y protesta de
diversas formas y expresiones, todas con una coincidencia, el repudio a la
actual junta administrativa de los intereses oligarcas.
Desde
el gobierno antipopular y los monopolios de la comunicación en manos de la
oligarquía y el Estado, han orquestado una campaña de linchamiento mediático
contra el movimiento de los trabajadores de la educación, encaminada a
deslegitimar la lucha y las demandas de la CNTE y así justificar la ruta de la represión.
Destaca en esta actitud profascista y conservadora los oligarcas agrupados en
torno a Claudio X González que vociferan exigiendo la represión y el baño de
sangre para asegurar actuales y futuros intereses en la privatización de la
educación.
Desde
esta campaña mediática se pretende decir una mentira mil veces hasta
convertirla en verdad, descargando toda la responsabilidad de la crisis del
sistema educativo nacional única y exclusivamente en los trabajadores de la
educación, en específico a quienes desde las banderas de la justicia social, la
dignidad y la resistencia se lucha contra la privatización, sin embargo, los
verdaderos responsables del desastre del sistema educativo nacional es el
Estado y la caterva de politicastros que se han ajustado a las exigencias del
imperialismo.
En
esta cruzada el gobierno antipopular dispone de plumas y lenguas mercenarias
oficiosas que asumen la comisión de cancerberos en la defensa a ultranza de un
gobierno autoritario y represivo; en sus opiniones levantan en alto las
banderas y las exigencias de la oligarquía mexicana y los sectores más
conservadores; y se vuelven cómplices del proceso represivo que se vive en el
país.
Cierto
es que la movilización magisterial ha desenmascarado el verdadero carácter
antipopular de las instituciones del Estado y el régimen, en concreto al Poder
Ejecutivo y Legislativo, del primero queda expuesto el autoritarismo refrendado
por el segundo, éste último como institución no representa los intereses del
pueblo, que ante la presión popular tienen que legislar a escondidas y
protegidos por las hordas represivas, recurriendo a los cuerpos
policiacos-militares para imponer sus albazos legislativos. El sitio al Distrito
Federal por las fuerzas represivas y el resguardo de las instituciones
emblemáticas de este régimen habla del carácter antipopular y represivo de la
actual junta administrativa.
Comprobado
está que los únicos interesados por las reformas neoliberales es la oligarquía
mexicana y los organismos financieros internacionales del imperialismo, así
como el capital transnacional, únicos beneficiarios de tales reformas. El
primer informe de gobierno de Peña Nieto, habla por sí solo de la demagogia, el
autoritarismo, la represión y entreguismo con que se conducirá; expresa las
dimensiones y profundidad con que se seguirá por la ruta de la privatización de
todo cuanto desde la lógica neoliberal sea de interés del capital
transnacional.
Nuestra
solidaridad siempre estará del lado del pueblo, los trabajadores de la
educación están dando un ejemplo de dignidad y resistencia; el esfuerzo del
resto de las fuerzas populares está en generalizar las acciones políticas de
masas de manera coordinada y en el plano nacional para hacer frente a la embestida
del gobierno neoliberal. Y ante los vientos de la represión ¡a preparar la
autodefensa de las masas!
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