Por: Redacción Revolución
Ilustración: Pe Aguilar / @elesepe1
País de impunidad. En México, día a día se secuestran/asesinan periodistas por hacer su trabajo: informar, por revelar información “peligrosa” para intereses políticos, empresariales o del crimen organizado. En consecuencia, dichos crímenes quedan en la impunidad… sin que se condene a los responsables reales.
En tanto, el despido de Daniel Lizárraga e Irving Huerta de uno de los programas con más audiencia a nivel nacional, Primera Emisión de Noticias MVS, corresponde a un intento más por acallar la verdad de lo que sucede en nuestro país: la barbarie silenciada.
Dada las circunstancias, la conductora de dicho programa, Carmen Aristegui –la 2a mujer más poderosa de México, según Forbes– condenó el despido de dos de los integrantes de su equipo de trabajo, pues considera que es parte de una “provocación para romper”.
De acuerdo con un comunicado emitido por la empresa MVS, el motivo del despido de Lizárraga y Huerta, se debió a “pérdida de confianza” por haber adherido al programa a la iniciativa ciudadana MéxicoLeaks, a través de la cual se filtrará información delicada de forma anónima.
Lizárraga y Huerta forman parte de la unidad de investigaciones especiales de Primera Emisión de Noticias MVS, en la que han realizado y dado a conocer investigaciones como la “Casa Blanca” del presidente Enrique Peña Nieto o la presunta red de trata d personas al interior del Partido Revolucionario Institucional (PRI) a cargo de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.
En consecuencia, parece ser que el despido de los reporteros responde a una orden de gobierno y no a una decisión de la empresa. Un acto de censura que no sería el primero en la historia de Aristegui, pues en el sexenio de Felipe Calderón la habían intentado correr por haber tildado al entonces presidente, de alcohólico.
México, al ras de la verdad subversiva
En la penúltima manifestación por la presentación con vida de los 43 estudiantes detenidos-desaparecidos el pasado 26/27 de septiembre a manos de fuerzas de seguridad del Estado, un joven estudiante tomó el micrófono en el paso de la marcha para decir: “Donde no hay justicia, la verdad es subversiva”.
En México, ejercer el periodismo es ser un potencial enemigo del narcotráfico/Estado… para el poder. Y Aristegui junto con sus compañeros representan un peligro latente para las altas esferas del poder, pues decir la verdad se ha convertido en contravía, en negación del gobierno.
Moisés Sánchez…Regina Martínez…Félix Alfonso Fernández García… Gregorio Rodríguez Hernández…Raúl Gibb Guerrero… José Reyes Brambila… Guillermo Alcaraz Trejo… Guillermo Alcaraz Trejo…Evaristo Pacheco Solís… hacen parte de la lista de más de un centenar de periodistas asesinados/desaparecidos, de los últimos años.
Una lucha por la libertad
En medio de la barbarie que vive México, claudicar en la esperanza de revetir la ominiosa realidad, sería un acto de cobardía. “No es tiempo de sometimiento”, dijo Carmen el día de hoy durante la emisión de su programa, el cual continuará pero bajo la exigencia de que Lizárraga y Huerta sean restituidos.
Esto, porque considera que lo que pasó con sus compañeros hace parte de una “campaña desproporcionada”, que incluye el despido de éstos. Agregó que no saben con exactitud de dónde proviene dicha campaña, pero parece un “vendaval autoritario” que recorre el país.
“En lugar de despedirlos deberíamos premiarlos… Han dado un trabajo de primer nivel, un trabajo valiente, responsable, que debería ser reconocido, no castigado”, dijo Aristegui. Para un país que ocupa el sexto lugar más peligrosos para los periodistas, Lizárraga y huerta deberían considerarse unos valientes.
“Es una lucha por la libertad…”, agregó Carmen, al hablar del porqué quieren el regreso de sus compañeros. Y al cierre de su programa, reafirmó: “nos vemos el lunes. Esperemos que ya con Daniel e Irving aquí con nosotros”.
Por su parte, los usuarios de redes sociales, como Facebook y Twitter han emprendido una campaña –que ya ha trascendido a las calles– en la que denuncian la censura contra Aristegui, contra el periodismo en general, con el hasgtag #EnDefensadeAristegui.
“Desinformémonos hermanos hasta que el cuerpo aguante y cuando ya no aguante, entonces decidámonos carajo, decidámonos y revolucionémonos”, decía el poeta Mario Benedetti. En México, se ha optado por ir a contracorriente porque hemos optado por revolucionar y quitarnos la venda de la información oficial.
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