Carlos Salinas, expresidente de México. Foto: Miguel Dimayuga |
Una de las principales fuentes de riqueza de los empresarios que se
acercan al poder es la concesión de obra pública, estatal o federal. Si esos
hombres de negocios están emparentados con los políticos del más alto nivel, o
pertenecen a su clan, sus ganancias están aseguradas. Algunos de ellos se
despachan a su gusto explotando incluso el ahorro de los trabajadores
mexicanos… Esto ocurre con los cuñados del expresidente Carlos Salinas,
enriquecidos hasta niveles alucinantes en el gobierno de Enrique Peña Nieto.
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Con el gobierno de Enrique Peña Nieto, la familia política del
expresidente Carlos Salinas de Gortari está en Jauja: los hermanos de su
esposa, Ana Paula Gerard Rivero, están detrás de un complejo tinglado de
empresas nacionales y extranjeras beneficiarias de multimillonarios contratos
de obra, y ya están listos para obtener dividendos de los nuevos negocios de
exploración y producción en el sector petrolero.
Hipólito Gerard Rivero, con su
empresa Constructora y Edificadora GIA+A, tiene contratos de obra y concesiones
carreteras y hospitalarias; su hermano Jerónimo Marcos está al frente de otra
empresa que administra fideicomisos para fondear, entre otros polémicos
contratistas, al tamaulipeco Juan Armando Hinojosa Cantú, constructor y
financiero de la Casa Blanca, presunta propiedad de Angélica Rivera, esposa de
Peña Nieto.
Los recursos obtenidos por Jerónimo
Gerard y transferidos a empresas como la de Hinojosa Cantú no son propios.
Provienen de los fondos de ahorro para el retiro (afores). Esto es: el gobierno
les asigna negocios con ganancias seguras y sin riesgo, que se realizan con
dinero “prestado” del ahorro de los trabajadores mexicanos.
La empresa dirigida por Jerónimo
Gerard se llama Infraestructura Institucional (I2 o ICuadrada). Es una
administradora de fideicomisos integrados con recursos obtenidos de Banamex en
calidad de fiduciario, utilizados para inyectar fondos a diferentes proyectos
de obra, entre los cuales destacan el Hospital Regional de Alta Especialidad de
Zumpango y la autopista Toluca-Naucalpan, ambos concesionados a Hinojosa Cantú.
No sólo son negocios. Los familiares
del expresidente Salinas tienen presencia en el gabinete: es el caso de su
sobrina Claudia Ruiz Massieu Salinas, secretaria de Turismo, o el de su
concuño, José Antonio González Anaya (casado con Gabriela, otra de las hermanas
Gerard), director del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), entidad con
la que Acciona, empresa donde tiene participación Jerónimo Gerard, obtuvo un
contrato por 623 millones de pesos (mdp).
Hipólito Gerard es
presidente y director general de Constructora y Edificadora GIA+A, empresa que
iría en asociación con Constructora Teya, propiedad de Hinojosa Cantú –quien
suma alrededor de 60 mil millones de pesos en contratos de obra pública este
sexenio (Proceso 2002)–, en la cancelada licitación para la
construcción del tren México-Querétaro.
Ambas empresas eran integrantes del
consorcio que pretendía licitar para obras en el nuevo aeropuerto internacional
de la Ciudad de México, aunque finalmente la asociación se desintegró en enero
pasado.
Con su constructora, desde 2010
Hipólito Gerard suma ya cerca de 10 mil millones de pesos en contratos. Entre
estos destaca la concesión del Hospital Regional de Alta Especialidad de Ixtapaluca,
en el Estado de México que, junto con el ya mencionado de Zumpango,
concesionado a Hinojosa Cantú, son los dos principales desarrollos
hospitalarios en la entidad ejecutados este sexenio.
Ahora GIA+A tiene
asignada la concesión del Hospital Regional de Mazatlán (operación que está en
suspenso por la oposición legislativa local), así como la remodelación de un
parque temático en Culiacán, que le asignó el gobierno de Sinaloa (Proceso 1990).
(Fragmento del
reportaje que se publica en la revista Proceso 2014, ya en
circulación)
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