Rúbrica
Por: Aurelio Contreras Moreno
La gira política que realizó por Veracruz este fin
de semana el líder real del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena),
Andrés Manuel López Obrador, le metió un ruido inesperado a la carrera por la
sucesión en la gubernatura.
El
“Peje” llenó plazas en Xalapa y el puerto de Veracruz y prácticamente destapó a
quien será su candidato para pelear el poder en la entidad el año entrante: el
diputado federal por Xalapa urbano Cuitláhuac García Jiménez, a quien le levantó
la mano y placeó a su lado.
“Espero que mis paisanos veracruzanos no se
dejen chorear y opten por Morena y por nuestro promotor de
la soberanía nacional Cuitláhuac García Jiménez, que no solo es más inteligente
que los corruptos del PRIAN, sino un hombre honesto y del más elevado nivel
moral”, pontificó López Obrador en su cuenta de Facebook, para reafirmar la
idea de que ya escogió candidato para Veracruz.
Al
mismo tiempo, el “Peje” arremetió contra el PRI, el PAN, Fidel Herrera, Javier
Duarte y los Yunes rojos y azules, a quienes equiparó y calificó como “lo
mismo”, sin dejar pasar el tema de los periodistas asesinados durante el
sexenio.
No
se trata de una mera balandronada de López Obrador. El político tabasqueño sabe
con qué cartas juega en Veracruz y a pesar de que de inmediato los voceros del
régimen e incluso uno que otro crítico desestimaron a Cuitláhuac García como un
candidato con posibilidades reales de competir, podrían estar cometiendo un
error al subestimarlo.
Porque
en sí, no se trata de Cuitláhuac García como tal, sino de lo que representa y,
todavía más importante, de lo que puede llegar a representar si se concreta su
candidatura.
Sin
un peso en la bolsa, con una escasísima estructura, haciendo campaña en las
calles, repartiendo volantes, Cuitláhuac García ganó la diputación federal por
Xalapa urbano gracias a lo que podría ayudarlo a crecer si finalmente es el
candidato de Morena a la gubernatura: aglutinó en torno suyo el enorme
descontento de la población hacia el régimen de Javier Duarte, que en las urnas
le cobró la retención de pagos a los burócratas y pensionados, la represión a
los maestros y estudiantes, la inseguridad pública, la crisis económica. Todo,
pues.
Indudablemente
Xalapa no es todo Veracruz. Pero ¿se imagina a Andrés Manuel López Obrador
haciendo campaña hombro con hombro con Cuitláhuac García el año entrante por
toda la entidad? No hay que olvidar que algunas recientes encuestas ubican a
López Obrador punteando de nueva cuenta las preferencias hacia las elecciones
presidenciales de 2018. No por nada el presidente Enrique Peña Nieto lanzó su
“cruzada” contra el “populismo” con dedicatoria a su ex contrincante electoral.
Si
López Obrador le logra trasladar a su candidato en Veracruz parte de esas
simpatías, el resultado podría ser verdaderamente de pronóstico de reservado,
ya que se trataría de un aspirante que nada tiene que ver con la disputa
política entre yunistas y fidelistas, y que de manera legítima, valga el
término, podría llegar a representar una opción frente al hartazgo popular
creado por un régimen que ha saqueado a Veracruz.
Hay
otro importante elemento a tener en consideración. En la zona sur de Veracruz,
la presencia política del lopezobradorismo es muy fuerte. La contundente
victoria de la candidata de Morena –y ahora coordinadora de la bancada de ese
partido en la Cámara de Diputados– Rocío Nahle, en la elección federal en
Coatzacoalcos así lo indica.
Y
resulta que el distrito clave para ganar la elección de gobernador en Veracruz
es Coatzacoalcos, pues es el que cuenta con el mayor padrón electoral de todo
el estado. Ahí, además, los petroleros están que echan chispas contra el PRI
por los despidos masivos de trabajadores a raíz de la reforma energética. Amén
de la brutal inseguridad que asuela a toda la región.
Aguas.
Ahí viene el “Peje”.
Email: aureliocontreras@gmail.com
Twitter: @yeyocontreras
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