2 de septiembre de 2015

EPN HA CUBIERTO 28 DE 266 COMPROMISOS; NECESITA OTROS 28.5 AÑOS PARA CUMPLIR

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Enrique Peña Nieto ha cumplido sólo el 10.52 por ciento de los compromisos que firmó ante Notario Público durante su campaña electoral en 2012, según una revisión de este diario digital, apoyada en visiones expertas.
En los primeros 18 meses de gestión, el Jefe del Ejecutivo había entregado 4.5 por ciento y al completar dos años, había alcanzado el 4.8 por ciento de sus promesas. Peña Nieto está casi a la mitad del sexenio y para cumplir la totalidad de sus compromisos tendría que hacer válidas 44 promesas por año en promedio, una cifra que le quedó muy lejos en lo que va de la administración.

Si el mapa de compromisos se observa por ámbitos, el que más complicaciones presenta es el de la Infraestructura. El grueso de puntos comprometidos le corresponde a la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, la dependencia más castigada por el recorte presupuestal con el que reaccionó el Gobierno mexicano ante la turbulencia mundial y frente a su propia desaceleración económica.

Pero también se nota estancamiento en el combate a la corrupción y la pobreza. Los resultados de la Secretaría de la Función Pública que eximieron de conflicto de interés al propio Primer Mandatario y al Secretario de Hacienda, Luis Videgaray en los escándalos inmobiliarios revelados el año pasado, hundieron la expectativa de la creación de una comisión anticorrupción autónoma, compromiso número uno de la lista del Presidente. Mientras, dos millones de mexicanos cruzaron la línea hacia la pobreza, cuando una de las promesas era volver más efectivos los programas sociales para aminorar ese mal.

En resumen: para poderle cumplir a los mexicanos la totalidad de los 266 compromisos de campaña, a un ritmo de 28 cada tres años, el Presidente necesitaría 28.5 años más o, lo que es lo mismo, 4.75 sexenios adicionales.

Por Linaloe R. Flores, Shaila Rosagel, Mayela Sánchez, Daniela Barragán, David Martínez Huerta y Sergio Rincón
Enrique Peña Nieto pidió ser investigado por los presuntos conflictos de interés. 3 de febrero de 2015. Foto: Cuartoscuro.
Ciudad de México, 1 de septiembre (SinEmbargo).– El cumplimiento de las promesas del Presidente Enrique Peña Nieto está en riesgo sobre todo por el ajuste al gasto público de 124.3 millones de pesos (mdp) con que reaccionó este año el Gobierno mexicano al complicado entorno internacional y frente a su propia desaceleración económica.
De acuerdo con el Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), el crecimiento de México para 2015 será de 2.4 por ciento, una cifra que se sale del rango de 3.2 a 4.2 para este año que había puesto la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Ello coloca varios nubarrones en la concreción de los compromisos peñistas.
Una de las dependencias más afectadas por los recortes es la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), a cargo de Gerardo Ruiz Esparza, en la que justo se concentra el mayor número de las promesas pronunciadas en campaña: 154 de las cuales, sólo ocho están cumplidas.
Aunado al freno en la Infraestructura, un ámbito que también presenta complicaciones es el de la Transparencia, la Rendición de Cuentas y el combate a la Corrupción. El compromiso número uno del listado peñista es la creación de la Comisión Nacional Anticorrupción, un órgano que de lograrse, carecerá de autonomía y margen de acción, según vislumbran especialistas.
La gestión de Enrique Peña Nieto fue ensombrecida por las revelaciones periodísticas del equipo de Noticias MVS y de The Wall Street Journal de propiedades multimillonarias adquiridas por él mismo y el Secretario de Hacienda, Luis Videgaray Caso. El Primer Mandatario se hizo de una casa de siete millones de dólares en la exclusiva colonia de las Lomas de Chapultepec y de otra en Ixtapan de la Sal, en el Estado de México. El Secretario compró otra en Malinalco, Estado de México. Las tres propiedades les fueron otorgadas mediante créditos blandos de los Grupos Higa y San Román, contratistas principales de la administración federal.
Envuelto su Gobierno en el escándalo, el Presidente nombró como Secretario de la Función Pública a Virgilio Andrade Martínez, un cargo que se había mantenido acéfalo durante 26 meses. Una de las tareas del nuevo encargado de la Rendición de Cuentas fue investigar si el Presidente y el Secretario de Hacienda habían incurrido en conflicto de interés. En el preámbulo del Tercer Informe de Gobierno ya hay resultados: ninguno de los funcionarios incurrió en ningún ilícito.
Para los especialistas, el hecho de que desde el Gobierno se investigaran probables actos de corrupción es un precedente que hunde las posibilidades de la creación de una comisión desconcentrada y capaz de penalizar las acciones corruptas de la burocracia mexicana de aquí en adelante.
Y mientras la corrupción continúa como enfermedad en las instancias gubernamentales sin que se encuentre el antídoto, al paisaje de la pobreza se añadieron dos millones de mexicanos. La medición bianual que realiza el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval) reveló que el número de mexicanos en esa circunstancia pasó de 55.3 a 53.3.
Uno de los compromisos de Peña Nieto fue hacer más efectivo el programa Oportunidades, el cual cambió de nombre a Progresa el año pasado, durante el Segundo Informe de Gobierno. Pero, como está demostrado en la Historia de México, el cambio de nomenclatura no dio ningún resultado. El ritmo de crecimiento del problema aumentó de 250 mil personas en 2012 –cuando Peña Nieto tomó posesión– a un millón por año.
Con el mínimo de cumplimiento de sus promesas de campaña, el Presidente Enrique Peña Nieto arriba a su Tercer Informe de Gobierno y a la mitad de su gestión. La desaparición forzada de 43 estudiantes de la Normal Superior Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero, hecho ocurrido el 26 de septiembre de 2014, ensombrece los días de Gobierno federal. En Seguridad, el Presidente también se comprometió con nueve puntos. Uno de ellos fue brindar seguridad plena en Guerrero, ahí donde ocurrió la tragedia que descarriló su Gobierno y que todavía no encuentra ninguna luz.
INFRAESTRUCTURA: EL RIESGO DEL INCUMPLIMIENTO
La dependencia más afectada por el recorte al gasto público, por la caída del precio del petróleo fue la SCT, a cargo de Gerardo Ruiz Esparza. Y es a esta instancia a la que le corresponde cumplir con el mayor número de los compromisos presidenciales formulados en campaña y firmados ante Notario Público: 104; de las cuales sólo registra 12 satisfechos.
Si en total, las Secretarías de Estado dejaron de recibir 124 mil 300 mdp, la SCT tuvo un ajuste a la baja en sus ingresos de 11 mil 820 mdp.
Los compromisos de Peña Nieto, en su mayoría, están enfocados en la construcción de megaproyectos que requieren dinero como carreteras, puertos aéreos y ferroviarios. “México volverá a tener trenes de pasajeros”, anunció Enrique Peña Nieto antes de rendir protesta como Presidente de México. Pero a casi tres años de aquel discurso, los planes presidenciales han topado con la falta de inversión: se requieren 90 mil mdp, una cifra superior en 18 por ciento al de la SCT.
El recorte presupuestal afectó en gran medida a la construcción gubernamental. El proyecto del tren Transpeninsular Yucatán-Quintana Roo fue cancelado, mientras que el de alta velocidad México-Querétaro se pospuso pero sobre su proyecto está la amenaza de la falta de dinero.
Sergio García Martínez, del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de México (ITESM), estima que este año [y el que viene] los compromisos en esta materia estarán en un impasse. Es el mismo análisis que hace Érica Peralta Báez, coordinadora del Área de Competitividad de la consultora Aregional, quien vislumbra recortes aun más fuertes para el próximo año. “2016 no será diferente”, exclama.
Tanto García Martínez como Peralta Báez piensan que el optimismo no cabe en este ámbito. Un ejemplo de ello es el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México que sigue su curso, pero no será concluido hasta pasados varios años, incluso cuando la presente administración haya concluido. ¿Cuál es el obstáculo? Los especialistas coinciden en que la falta de confianza para la inversión privada frena la perspectiva del megaproyecto.
Pese a la desaceleración económica, el Gobierno peñista avanzó en la construcción de algunas autopistas, como la de Tuxpan y la Mazatlán-Durango, así como en el desarrollo de obras de libramientos y conexiones logísticas en El Bajío.

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