Parecía muy bueno para ser verdad. A los pocos días del asesinato de cinco personas en la colonia Narvarte ya habían sido detenidos dos implicados y Duarte había declarado.
¿Cuál es el problema? Las contradicciones –todas- han sido ignoradas, las contradicciones entre los detenidos, los cambios de testimonio y las evidencias que cuentan una historia distinta.
La conclusión a la que llegaron, sin investigar realmente a Duarte, ni a ningún otro funcionario, fue que la culpa de lo sucedido la tenían las víctimas, quienes, según el testimonio de un detenido torturado, estaban relacionadas con la prostitución y el crimen organizado. Lo sentimos, pero simplemente no lo creemos, no con su deficiente “investigación”.
Esto sucede al tiempo que un grupo de expertos internacionales desmienten la versión oficial de los sucesos que culminaron con la desaparición de 43 estudiantes en Guerrero. El patrón fue el mismo: se ignora evidencia, se aceptan testimonios contradictorios, se evita investigar a funcionarios, y se ignoran claras líneas de investigación
Es momento de poner fin a estos engaños, quienes fabriquen verdades deben enfrentar consecuencias. Firma hoy nuestra petición y exige que Murillo Karam, el autor de la mentira sobre los 43, rinda cuentas ante la justicia.
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