(04 de septiembre, 2015. Revolución TRESPUNTOCERO).- Marina y Ejército son los asesinos a sueldo del Estado mexicano, no es una idea rápida y sin sopesar, “las muertes violentas cometidas por quienes juraron lealtad a la patria han demostrado que los hechos han sobrepasado las exageraciones o los pensamientos errados, el Ejército y la Marina son los sicarios y vulgares saqueadores de una sociedad civil aterrorizada, que prefiere callar antes que ser torturada y asesinada, pero que al final en silencio también llega la muerte y con ella el olvido.
“Nosotros no le hemos hecho daño a nadie, somos gente de paz”, dijo una madre de tres hijos al ver que se llevaban a su esposo; pero de manera violenta uno de los elementos respondió con una cachetada: “cállate pendeja que también a ti te levantamos y te llevamos donde nadie sabe”.
“El trasfondo de la absurda guerra contra el narcotráfico fue en un primer momento la aplicación de un método de terror social que diera como resultado el acallar a una sociedad que sabía que el presidente era espurio, porque llegó vía fraude y por lo tanto estaba deslegitimado; con el cometido de ‘hacerse obedecer’, sacó de los cuarteles a las fuerzas armadas represoras y las envió a matar, generalmente al pueblo de escasos recursos, a quien se creyera su combate lo engañaría diciendo ‘esos son los delincuentes’, a quien no, les amenazaba diciendo ‘esto es lo que te va pasar’”, asegura Solange Beltre, especialista en inteligencia militar.
Beltre asegura que durante este sexenio la realidad se recrudeció porque de tener la protección del gobierno, el Ejército y la Marina pasaron a posicionarse como quienes detentan el poder y en esa posición torturan y ejecutan en su nombre y en nombre del narcotráfico, ya que la alianzas se gestan en un primer momento fuerzas armadas-grupos delincuenciales, eligiendo a quién es más conveniente proteger y derivado de ello los acuerdos se extienden hasta los tres poderes del Estado.
“Los militares o militarizados de Guerrero y de todo el mundo actúan siempre por órdenes superiores; pero muchas veces no pueden esperar las órdenes por la urgencia de ‘eliminar a los enemigos’; actúan entonces por la ideología que les inculcan desde el primer minuto que son contratados por la institución armada. ‘Al enemigo hay que aniquilarlo, después averiguamos’”.
Por su parte el periodista Federico Mastrogeovanni comentó a Revolución TRESPUNTOCERO que observando los resultados de países como Colombia, Rusia e Italia que declararon la guerra contra la mafia derivando en un “show” que nunca funcionó, Calderón, más que como un combate contra las empresas criminales, lo ve como un mecanismo para alcanzar el propósito de legitimación, porque se había robado la elección. Por su parte Peña Nieto también lo ha usado con ese mismo fin, ya que frente a los medios se han utilizado hechos, por ejemplo la captura de Guzmán Loera, como resultado de un buen trabajo en la guerra contra el narco, por eso afectó tanto mediáticamente cuando se vio que ni siquiera es capaz de mantener en una cárcel al Chapo Guzmán.
“Los combates plagados de asesinatos a civiles solamente vinieron afianzar el poderío de las fuerzas armadas, y entonces de pronto el combate al narco ya no es una herramienta directamente del gobierno, sino de Ejército y Marina. En resumidas cuentas quien decide quién desaparece, va a la cárcel o aparece desollado, son ambas dependencias, pese a lo redundante, la guerra es contra el pueblo, de ser ésta una hipótesis y encima fallida, no solamente se hubiera dado inicio a combatir las drogas desde todos los frentes posibles: educación, campañas de prevención, apertura de centros de rehabilitación, por citar algunos ejemplos, no quedarse deteniendo a uno y a otro individuo, generalmente perteneciente a los estratos más pobres; irías al dinero, a las grandes cuentas bancarias que los grupos delincuenciales mantienen. No se trata de meter miles a la cárcel, sino de pegarle a las ganancias, pero no lo están haciendo, por consiguiente es una farsa que tiene muchos beneficiarios, pero que en el nivel que quede a las fuerzas armadas le ha otorgado poder y dinero, además de la sumisión del Estado frente a éstas…
Si nos apegamos a la pruebas, el Ejército no recibe órdenes de nadie que no esté dentro del órgano, Peña Nieto es llamado ‘jefe supremo’, porque no hay cómo más llamarlo, pero es un sujeto irrelevante, la orden de abatir viene del Ejército para el Ejército, le pese a quien le pese, estamos frente a un presidente sobrepasado y pisoteado por el poderío de las fuerzas armadas” explica Beltre.
Hoy las fuerzas armadas son los dueños de las calles, deciden el toque de queda, a quién prefieren detener y a quién asesinar, lo asegura un niño de una comunidad lejana, al norte del país, donde el Ejército se ha asentado y afirma que cuando caminan cerca de los elementos agachan la mirada y que los pasos se vuelven más pesados, que parece que no se avanza, porque el temor siempre quiere paralizarlos.
“Me detuvieron, a golpes me subieron a su camioneta y me dijeron que si los delataba iban a matar a mi hijo, no fui la primera, pasa siempre, violan a quien decidan, salgas o no de tu casa, somos las mujeres violentadas sexualmente por los soldados y marinos”
“Todo el tiempo vivimos bajo el temor que nos hagan algo, ellos tienen armas y nosotros coraje, pero eso nunca ha servido para evitar la muerte. En comunidades como las de Guerrero, Michoacán, la sierra chiapaneca, el triángulo dorado (Sinaloa, Durango y Sonora), deberían llegar las famosas brigadas contra el hambre, que no sirven para maldita la cosa y en lugar de irse a tomar la foto con dos kilos de frijol, cuando se dignan a llegar, deberían subir a repartir chalecos antibalas, eso para nosotros sería más benéfico, aquí cada centímetro es un campo de guerra, ejército contra pueblo, o la alianza SEDENA y narco contra los comuneros, entonces para nosotros somos víctimas de quien nos apunta con el gatillo, Peña no controla cierto, pero nuestro agresor inmediato son los elementos de las fuerzas armadas, no podemos pedir a un presidente que las saque cuando Marina y Ejército deciden hacer y deshacer, hasta Peña Nieto les tiene miedo, piensa que si los deja de solapar le darán un golpe de Estado”, asegura Horacio Ramírez, perteneciente a una policía comunitaria del centro del país.
Mastrogeovanni asegura que el Ejército tiene la fuerza de actuar y reprimir, lo que da por hecho que podría reflejar esa acción en contra de los criminales, sin embargo, todos los actos se han volcado en contra del pueblo mexicano, dejando de lado a los grupos criminales y a sus negocios ilícitos.
El periodista reflexiona sobre los casi 10 años de asesinatos impunes, falsos positivos, chivos expiatorios, masacres inexplicadas e injustificables y se pregunta ¿Qué tiene que pasar? después de decenas de miles de desapariciones forzadas, de desplazamientos forzados, de decapitaciones, de feminicidios. ¿Qué más tiene que pasar?
Las preguntas siguen, porque después de callar a la prensa, tanto que los periodistas para tener la esperanza de sobrevivir prefieren autocensurarse, después de haber aceptado muertos colgados de los puentes, hombres decapitados, personas disueltas en ácido como algo normal, como algo tolerable… después de haber visto reiterarse ejecuciones extrajudiciales, practicar la tortura de manera constante e impunemente, por parte de las policías, del Ejército, de la Marina ¿qué más va a pasar? ¿Qué más tiene que pasar para que se voltee a México y se lo califique por lo que es: la tumba de los derechos humanos?
*Textos en cursivas son testimonios obtenidos por Revolución TRESPUNTOCERO de distintos documentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario