21 de diciembre de 2016

«SANTA CLAUS: PERSONAJE RIDÍCULO Y PAYASO PANZÓN», LO LLAMA LA IGLESIA CATÓLICA. «ES UN IMPOSTOR»



“Santaclós es un personaje ridículo, un payaso panzón”, critica la Arquidiócesis Primada de México al lamentar que en estas fechas se dé más importancia que al nacimiento de Jesús, incluso en hogares católicos. En ese tenor, en un artículo publicado en el semanario Desde la fe, titulado “Santa Claus, el impostor”, lamenta que dicho personaje ficticio viniera a ocupar el lugar central en la Navidad, llegando a desplazar por completo de la escena al Niño Dios, y censura que esta fecha se haya convertido en “una fiesta consumista, donde lo que importa es comprar, regalar, apantallar, cenar, beber y esperar los obsequios de ‘papá Noel’”. 

El semanario católico refiere que la historia de Santaclós es un cuento tan descabellado y absurdo que debería generar burlas y ser olvidado, pero no fue así, y culpa a la poderosa mercadotecnia por haber logrado lo inaudito. Aparte, José Luis Chávez Botello, arzobispo de Oaxaca, consideró que la crisis social, política y económica que sufrimos no puede ser impedimento para festejar con grande esperanza y alegría la Navidad. 

En un mensaje a propósito de esta conmemoración, llamó a celebrar la Navidad con realismo, responsabilidad familiar y social, y sugirió rescatar el verdadero sentido de la Navidad destacando que no hay Navidad auténtica sin Jesucristo. Por ello, los católicos debemos dar al Niño de Belén el centro en estas celebraciones; que todo lo que hagamos nos hable del Niño de Belén y nos mueva a abrirle nuestra vida: adornos, luces, posadas, piñatas, villancicos, árbol, cena, regalos, el nacimiento. 

El sacerdote considera que hay que dejar a un lado las propagandas de consumo, y advierte que no porque se tenga el aguinaldo hay que derrocharlo en compras no necesarias. “Por alguna razón a la gente le encantó el mito de Santaclós, y decidió hacerle el juego a una refresquera que popularizó su imagen. Así, muy pronto la ilusión de esperar al gordo de los regalos sustituyó por completo la ilusión de celebrar al Niño Dios”, dice.

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