En un laudo emitido el 31 de mayo pasado por la Junta Local de
Conciliación y Arbitraje de la Ciudad de México se determinó que el contrato
colectivo de trabajo firmado por Demos Desarrollo de Medios, S. A. de C. V. –la
razón social editora de este diario– y el Sindicato Independiente de
Trabajadores de La Jornada (Sitrajor) hace
financieramente inviable a la empresa.
En
tal circunstancia, y con el propósito de evitar despidos masivos y reducciones
propiamente salariales y en el afán de salvaguardar la fuente de trabajo,
resultó ineludible suprimir aquellas prestaciones no estipuladas en la ley y
que habían sido acordadas de manera bilateral por la empresa y el sindicato a
lo largo de 30 años.
El
Sitrajor, en uso de su derecho, emplazó a huelga a la empresa y ayer, a las
cinco de la tarde, cerró las entradas al edificio del diario.
Significativamente, cerca de un centenar de trabajadores permaneció al interior
de las instalaciones con la finalidad de garantizar el funcionamiento y la
manufactura del periódico.
En
esta circunstancia inusual, y a la espera de la calificación que la autoridad
laboral emita sobre la medida sindical, La Jornada seguirá
llegando a manos de sus lectores, tanto en su versión impresa como en su sitio
web, seguirá cumpliendo su deber informativo y se mantendrá, como lo ha hecho
siempre, en el más escrupuloso acatamiento del marco legal.
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