El “Live Aid Venezuela” sigue
generando coletazos. El concierto financiado por el multimillonario
británico Richard Branson, reunió el 22 de
febrero a una camada de figuras del espectáculo cercanas al llamado a derrocar a Nicolás Maduro.
Fue la actuación
de Diego Torres la que encendió la mecha, cuando
interpretó en el escenario de Cúcuta la famosa “Color Esperanza”. La canción fue coreada por los
escasos asistentes al evento, sin que ninguno de ellos, probablemente, supiera
que ésta fue compuesta no por Torres, sino por el argentino Coti. Fue éste último
quien salió a rechazar la utilización del tema en el evento: “Como autor de Color Esperanza les digo que es una canción que
sólo está a disposición de la gente, no de políticos”.
Alejandro Sanz salió
a defender a Torres, respondiendo: “La política es la piedra en el
camino. La gente es la suela del zapato del que camina. Aquí nadie habló de
política, hermano. La política hace tiempo que dejó de tener importancia. Si no
queremos hablar de política, no hablemos de ella”.
Coti (cuyo nombre
real es Roberto Sorokin) replicó: “¿Qué bien nacido podría no
estar de acuerdo con verdadera ayuda humanitaria? ¿En cada rincón donde se
necesite? Esperemos que en este caso los camiones no vengan con tanques detrás
y dejen una estela de más hambre, más muertos, más violencia y más
desesperación como otras veces sí ha ocurrido. Esa es mi esperanza”.
Fue allí cuando
entró Joan Manuel Serrat a la disputa, escribiéndole a
Sanz en su instagram: “El concierto fue un acto
político. Eso es de obvio conocimiento y natural intuición. Todos esperamos que
detrás de ello no venga muerte y miseria, porque entonces muchos serían los
inadvertidos cómplices”.
El mundo de la música parece no tener tregua frente a lo que ocurre hoy
en Venezuela. Se espera aún la respuesta de Diego Torres, quien ha sido
fuertemente vilipendiado en su país por ser parte del show montado por los
intereses norteamericanos.
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