4 de abril de 2021

TU PODER RADICA EN MI MIEDO; YA NO TENGO MIEDO, TÚ YA NO TIENES PODER


En la primavera del año 64 de la era cristiana el tirano y extravagante emperador Nerón Claudio César Augusto Germánico, que accedió al trono tras la muerte de su tío Claudio, motivado por el deseo de poder, pasión por mandar y deseos insanos propios de una mente desquiciada, mandó quemar la Ciudad de Roma para inculpar a los cristianos y justificar su persecución, aprehensión y posterior ejecución, iniciándose así la primera revuelta en contra de los seguidores de Cristo.

El incendio arrasó cuatro de los catorce distritos que había en la ciudad eterna y dañó según se cree otros siete. La tradición oral cuenta que, mientras Roma ardía el maniático de Nerón tocaba la lira.

Posteriormente y aprovechando la coyuntura Nerón se mando a construir un nuevo y extravagante palacio al que se conoció como Domus Aurea (casa de oro). Tomando en consideración que el lujo y el tamaño del palacio era descomunal, Nerón impuso nuevos impuestos a todos los pueblos subyugados por el imperio para su construcción.

Según Tácito, Nerón para evitar ser inculpado de la quema de la Ciudad, rápido busco culpables y por eso condenó a los cristianos y los arrojó a las bestias, a otros crucificó y quemó para sentar un precedente.

En los anales de la historia a Nerón no se le recuerda con benevolencia, sino por las ejecuciones extrajudiciales que llevó a la práctica incluyendo la de su propia madre y la de su hermanastro Británico, en adición a eso, por haber sido un asiduo perseguidor de los seguidores de Cristo.

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