Lumen acaba de publicar
'La filosofía de Mafalda' con sus reflexiones más vigentes y universales, y en
cada una de ellas laten las grandes reflexiones de las mayores mentes.
SILVIA LÓPEZ | 14 ABR
2021
“La filosofía de
Mafalda es, en primer lugar, la de amarse los unos a los otros, y si eso no
funciona, amarse los otros a los unos”, explica para S Moda Lola Martínez
Albornoz, la editora del libro recién publicado La filosofía de Mafalda (Lumen)
quien ha seleccionado para este volumen las viñetas de Quino que en su opinión
mejor resumen la filosofía de vida de Mafalda.
"Pero la filosofía
de Mafalda", prosigue la editora, "es también la de soportar las
vicisitudes de la vida —ya sean la sopa o las guerras— con optimismo y una
sonrisa, y es la escuela de pensamiento que creó Quino con cada uno de los
pequeños filósofos que protagonizan sus tiras: Felipe, Susanita, Manolito,
Miguelito y Libertad".
La intención de Quino,
un pesimista nato, según él mismo contó, fue la de crear a un personaje que
intentara resolver el dilema de quiénes son los buenos y quiénes los malos.
“Mafalda le dio la oportunidad de volver a dar a los adultos que lo leen sus
ojos de niño con los que ver la realidad tal como es y, tal vez, cambiarla. Le
dio la oportunidad de ser optimista”, explica Martínez Albornoz, que ha
rastreado en el ingente trabajo del argentino para condensar en cerca de 150
páginas una síntesis del pensamiento de una niña que podría haber hecho suyas
las palabras de Aristóteles: "Nunca se alcanza la verdad total, ni nunca
se está alejado de ella"
Porque, pese a la
autoría masculina, Mafalda es también un icono feminista. "Curiosamente,
Mafalda nació en 1963 como tira que serviría de publicidad de unos
electrodomésticos, aunque la acción no cuajó, y Quino aprovechó el personaje y
lo adaptó para la revista Primera Plana. «Ya que no tenía que elogiar las
virtudes de ninguna aspiradora, a Mafalda la hice protestona, cascarrabias. Fue
una revancha inmediata». Mafalda, en efecto, no era una heroína femenina como
las protagonistas de los cuentos infantiles y tebeos de la época; era, como la
llamó Umberto Eco, una contestataria", explica la editora
Mafalda es un icono
feminista también "porque su postura con respecto al lugar que debe ocupar
la mujer en el mundo es la de una niña que toma las riendas de su futuro, que
desea que este sea tan brillante como el de cualquier niño: estudiar una
carrera, ser astronauta, presidenta del Gobierno o intérprete en Naciones
Unidas (para poder mediar evitando guerras y conflictos). Quiere ser
independiente y no aspira ni al matrimonio ni a la maternidad, porque los
identifica con la opción vital de su madre, que abandonó los estudios y se pasa
el día cuidando el hogar, que ella llama 'antro de rutina'. Esto último, hoy en
día, nos resulta cruel ya que el feminismo ha incorporado la noción de sororidad
entendiendo que aquello, más que una opción vital, era una imposición
social", matiza Martínez Albornoz.
Umberto Eco, que
describía a la criatura de Quino como "una heroína de nuestro
tiempo", no fue el único intelectual rendido al saber de esta niña universal.
Julio Cortázar dijo con sensatez: "No tiene importancia lo que yo pienso
sobre Mafalda. Lo importante es lo que Mafalda piensa de mí". Y, para
Gabriel García Márquez, "cada libro de Quino es lo que más se parece a la
felicidad: la quinoterapia".
¿Cómo es posible que
las reflexiones de Mafalda sigan tan vivas como hace 50 años? "Será —decía
Quino— porque el mundo propicia, día a día, las reflexiones que salen de
Mafalda". Para Lola Martínez Albornoz, además, "los grandes temas que
preocupaban a la sociedad argentina de los 60 son los mismos que preocupan al
ser humano desde el principio de los tiempos: el amor, la incomprensión, la
búsqueda de la justicia, del sentido de la vida, o de la felicidad, el miedo a
la muerte... Las viñetas de Mafalda nos hablan como si hubiesen sido dibujadas
hoy mismo, aunque ahora descubrimos en ellas nuevos significados: la
preocupación por el planeta, por ejemplo, o por el fascismo y la
intolerancia".>>
Según su editora,
Mafalda, que es una pequeña filósofa, "practica una filosofía socrática:
la del amor por el conocimiento por encima de todo, para lo que, antes que nada
es preciso dudar de todo y cuestionárselo todo, desde el mundo en el que vive,
la sociedad que la rodea y los sentimientos que nos invaden y que son tan
inexplicables. Mafalda necesita explicárselo todo".>>
"Lo verdaderamente
fascinante de Mafalda", prosigue su editora, "es que el sentimiento
que inspira es unánime, no entiende de edades, de colores políticos, ni de
niveles sociales o intelectuales. La avalancha de afecto y admiración hacia
Quino cuando murió fue extraordinaria: un homenaje espontáneo en las redes
verdaderamente abrumador. Mafalda es un clásico y como buen clásico aguanta a
la perfección la revisión de los años y siempre tiene nuevos niveles de
lectura, nuevos matices".>>
Sin embargo, su autor
no estaba tan enamorado de su creación como el resto del planeta, nos cuenta
Martínez Albornoz: "Quino nunca pensó que Mafalda fuera a tener un éxito
tan grande que casi lo fagocitara, así que tal vez de lo que más orgulloso se
sintiera fue de lograr dejar de dibujarla. Los lectores, según él mismo decía,
lo trataban casi como a un criminal de guerra por haberla abandonado, pero él
sintió que por honestidad debía pasar página y dedicarse a su obra de humor
gráfico, que es mucho más desconocida en España, pero absolutamente magnífica
(el lector puede encontrar toda la obra de Quino en Lumen)".
La filosofía de Mafalda
(Lumen) de Quino (6,99 €).
https://smoda.elpais.com/moda/si-piensan-que-pienso-lo-que-piensan-que-pienso-se-equivocan-por-que-mafalda-fue-una-gran-filosofa/100426178/image/100426420
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